Embarazo

Así afecta el zika al cerebro de un feto

Un amplio estudio de las imágenes de ultrasonido de 45 bebés cuyas madres dieron positivo en el virus demuestra cómo éste ataca a todas las zonas cerebrales del feto. Es capaz de destruir el cuerpo calloso que une los dos hemisferios

Los ventrículos cerebrales del bebé de la imagen estaban llenos de líquido cerebroespinal que no ha sido capaz de drenar
Los ventrículos cerebrales del bebé de la imagen estaban llenos de líquido cerebroespinal que no ha sido capaz de drenarlarazon

Un amplio estudio de las imágenes de ultrasonido de 45 bebés cuyas madres dieron positivo en el virus demuestra cómo éste ataca a todas las zonas cerebrales del feto. Es capaz de destruir el cuerpo calloso que une los dos hemisferios

«Una imagen vale más que mil palabras». Es una frase muy manida pero en este caso es clave. Desde que a mediados de 2015 empezáramos a oír hablar del virus del Zika –de la familia de los flavivirus– y de sus brutales consecuencias en los fetos, los médicos han ido dando pequeños pasos para conocer mejor cómo ataca a los cerebros de los bebés. Hace menos de una semana, investigadores de la Universidad de Yale explicaban cómo el virus era capaz de mimetizarse con algunas células de la placenta para propagar la carga viral y atacar el cerebro. Ayer, otro grupo de científicos desplazados a Brasil –el país más castigado por esta enfermedad y donde más de 1.700 niños han nacido con microcefalia– ha realizado un extenso estudio mostrando la agresividad con la que el virus ataca a las estructuras cerebrales. Han podido analizar las imágenes de ultrasonido y las diferentes ecografías, así como escáneres cerebrales, que se les han ido realizando a los bebés cuyas madres habían dado positivo en el virus e, incluso, en algunos casos, no habían presentado todos los síntomas característicos de la enfermedad. Sólo uno unía a todas la madres: todas padecieron una erupción muy característica al final del primer trimestre de gestación. Y es que, como indican los autores de la investigación publicada en «Radiology», «en ese momento es cuando el cerebro se desarrolla a mayor velocidad». Los resultados son apabullantes.

Virus destructivo

En cada una de las 75 imágenes que se incluyen en la investigación se refleja cómo el virus destruye, sin piedad, algunas de las partes clave para el futuro desarrollo del feto. Las dos imágenes que ilustran este artículo son las de dos hermanas gemelas, de 14 semanas de gestación. Su madre, de 24 años, sufrió la característica erupción en la novena semana de embarazo. Como exponen los investigadores, los dos bebés padecen calcificaciones, así como una acumulación de piel en la región occipital que «demuestra que el cerebro, en un primer momento, iba a ser más grande de lo que finalmente es», afirman los autores. Sin embargo, uno de los problemas que han detectado al analizar la conformación de sus cerebros es la falta de cuerpo calloso, uno de los tejidos más importantes del cerebro. «Si estas fibras no existen, que son las responsables de unir las dos partes del cerebro, significa que el cerebro del bebé no va a poder cumplir con la mayoría de sus funciones», explica Máximo Vento, presidente de la Sociedad Española de Neonatología. Para el doctor Vento estas imágenes no hacen más que confirmar la gravedad de la enfermedad. «Lo que consigue el virus es desestructurar el cerebro del feto», sostiene.

Gracias a este amplio estudio, los médicos también han sido capaces de detectar otras zonas a las que el virus ataca. Como el cerebelo que, en la mayoría de las imágenes aparece dañado y que juega un papel primordial en el desarrollo del habla, el equilibrio y la movilidad. Y es que en muchas de las fotografías que se han publicado de bebés con microcefalia –esta calificación no es más que la punta del iceberg, ya que sólo se refiere al reducido tamaño del cráneo del bebé, cuando el daño real es el que el flavivirus realiza en su interior– se les ve con poca movilidad, con los bracitos pegados a su cuerpo. Esta actitud también la provoca el zika. «Al afectarle al cerebelo, el cerebro no manda las indicaciones necesarias a los músculos para mantener el tono muscular y pueden atrofiarse», añade Vento. De ahí la importancia de la fisioterapia para estos niños.

Otra de las zonas cerebrales afectadas son los ganglios basales, responsables de las emociones y del desarrollo cognitivo de los fetos. A ello se suma que, casi todos los bebés que se analizaron sufren problemas en el córtex producidos por pequeñas calcificaciones que no permiten a las neuronas llegar al lugar del cerebro que les corresponde. Este hecho preocupa especialmente a los expertos porque el córtex es una de las regiones que se siguen desarrollando después de nacer y, por lo tanto, con el tiempo podrían surgir nuevos problemas. Y es que, como indica el doctor Vento, lo que consigue el virus es «colonizar el cerebro y frenar el desarrollo del mismo».

En cuanto los médicos detectan que el cerebro está dañado, son pocos los cuidados terapéuticos que se les pueden dar, pero sí que es importante que acudan a un centro de atención temprana donde ganan calidad de vida.

Crisis sanitaria por la fiebre amarilla

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha convocado una reunión del comité de emergencia para el próximo 31 de agosto por el brote de fiebre amarilla en África. Su directora general, Margaret Chan, ha pedido a los expertos independientes que analicen la situación en los países africanos afectados para responder a esta última crisis sanitaria. Se trata del brote de fiebre amarilla más fuerte que ha golpeado la región en 30 años y las reservas globales de vacunas de emergencia casi se han terminado. Angola y República Democrática del Congo son los focos de la epidemia.