Santiago de Compostela

Así violó «El Chicle» a su cuñada: «Cuento hasta diez para que te quites la ropa. Elige el sabor del condón»

LA RAZÓN accede a la declaración de Vanesa Rodríguez. «Me amenazó con un cuchillo y me dijo que si lo contaba mataría a mi familia».

Esta imagen de julio de 2016 muestra que las hermanas seguían teniendo relación tras los abusos
Esta imagen de julio de 2016 muestra que las hermanas seguían teniendo relación tras los abusoslarazon

LA RAZÓN accede a la declaración de Vanesa Rodríguez. «Me amenazó con un cuchillo y me dijo que si lo contaba mataría a mi familia».

Tras la desaparición de Diana Quer, los agentes de la Guardia Civil que se hicieron cargo de la investigación no tardaron en fijarse en El Chicle, por sus antecedentes y, en particular, por la denuncia que interpuso su cuñada hace más de una década que, más tarde, retiraría por la presión familiar que sufrió. LA RAZÓN ha tenido acceso al relato que ofreció la joven a los agentes que da detalles explícitos de la forma de actuar de Enrique Abuín.

Vanesa Rodríguez, la hermana gemela de Rosario, detalla lo que aconteció el verano de hace 13 años. «Sobre las 08:30 de la mañana del 17 de enero de 2005 cuando estaba delante de mi casa esperando al autobús para ir al instituto se acercó mi cuñado en su coche, un Fiat Bravo, y me dijo que me subiera y que le acompañara porque iba a ir al banco a sacar dinero para devolvérselo a mi padre». Con esta excusa fue como El Chicle consiguió que ella no dudara de su palabra y le acompañara. Acto seguido le aseguró que irían a «Rianxo y luego me acercaba al instituto donde yo estaba estudiando que era el de Vilaxoan».

Y prosigue su relato: «Me monté y mi cuñado, El Chicle, cogió la autovía que va hacia Ribeira. Se desvió en la capilla que queda a la altura de Boiro, aproximadamente a unos dos kilómetros de la vía rápida». Es en este momento cuando se empieza a vislumbrar la verdadera intención de El Chicle. «Aparcó el coche cerca de la capilla, en un descampado. Me amenazó con un cuchillo que sacó de la guantera del coche y me dijo que me tenía que desnudar», recoge la declaración de la joven. Justo en ese momento le quita el teléfono: «Me cogió el móvil y empezó a ver las fotos que tenía, luego lo guardó en el lateral del coche y no me lo devolvió».

Abuín lo tenía todo pensado, ya que, acto seguido sacó un cuchillo con el que, según el relato de Vanesa, la amenazó: «Tendría unos 20 centímetros de hoja con un mango negro y me dio miedo. Me puso el cuchillo frente al pecho aunque no llegó a clavármelo pero sí me lo puso ahí para amenazarme». Ella se negó, no quería tener relaciones con él: «Le dije que no quería hacer nada con él, que me llevase a casa y me dijo que por chivata me iba a pasar eso». Es en este momento cuando la denunciante explica por qué la tilda de chivata. «En realidad había abusado ya de mí en julio de 2004 porque me había tocado el pecho por encima de la ropa en contra de mi voluntad. Se lo conté a mi hermana y ella tuvo un problema con su marido, aunque luego siguieron juntos. Por eso cuando me apunta con el cuchillo y me lleva en el coche me dice que soy una chivata», explica.

Y es que los hechos del año anterior ocurrieron en el mismo entorno, en un vehículo. «Aquello, lo de 2004, pasó cuando mi cuñado me llevaba en coche de vuelta de la playa desde Rianxo a Padrón, a casa de mis abuelos. En esa carretera paró junto a una fábrica que creo que es una refinería y que queda a la derecha viniendo desde Rianxo», recuerda la joven. Y no fue la única ocasión.

Fue en diciembre de ese mismo año: «Mi cuñado vino preguntando a mi casa en Las Lombas si estaba mi hermana y me cogió en el coche. Me llevó primero a Villanova y al parque eólico de Bustelo y al mismo sitio que me llevó ayer, a la capilla de Boira. «En el coche, sin bajar, me dijo que contaba hasta diez para que me quitase la ropa al tiempo que me amenazaba con el cuchillo». Este relato es idéntica a la anterior descripción, mantenía la misma forma de actuar.

«Tenía miedo así que lo hice, también me dijo que le hiciera una felación, pero le dije que no». En ese momento, «sacó una caja de condones que tenía en la guantera del coche y me dijo que eligiera un sabor». «Como me negué» a hacerle la felación, «me dijo que mejor entonces me follaba. Se puso el condón y me penetró vaginalmente, fueron varias veces aunque no consigo recordar las que me violó, eyaculó en una ocasión y no se cambió de condón. Duró unos 10 minutos. Durante ese tiempo me estuvo tocando el pecho, yo me quedé en el asiento del copiloto y fue él el que se echó encima de mí. Sólo se quitó los pantalones». Tras terminar de explicar cómo ocurrió, ofreció un detalle más: «Después de violarme me hizo ponerme un camisón azul que llevaba. Me rozó con el cuchillo por el pecho desde la garganta hasta el ombligo pero no llegó a clavármelo ni me dejó ninguna señal. No me peleé sólo me quedé inmóvil hasta que terminó». Añade un recuerdo más: «Mientras estaba encima de mí me dijo que tenía los pechos duros y que me los iba a dejar más blandos mientras me penetraba. Cuando terminó se quitó el condón lo tiró por la ventanilla y también tiró otros dos condones que llevaba en la caja. Mientras me vestía me decía que si se lo contaba a alguien mataba a mi hermana, a mi sobrina, y que luego me mataría a mí» y también le aseguró que él se quitaría la vida.

«Fuimos hasta Villagarcía y me dejó allí. Me volvió a repetir que si le denunciaba me mataría a mí, a su hija, a mi hermana y también a mis padres». La joven estaba tan nerviosa que no fue al instituto. «Me quedé en casa con mi amiga P. L.C. que luego fue la que me acompañó a casa a mediodía y se lo contó a mi hermana Elena. Al principio no se lo dijimos a mis padres, luego decidimos hacerlo. Me llevaron a un centro médico y presentamos un parte médico. En el centro médico me mandaron al ginecólogo de Santiago de Compostela. Vino un coche y me atendió la doctora Fernández del Clínico Universitario. También me vio un médico forense y me dijeron que tenía que denunciar los hechos ante el juzgado».

Rivera pide revisar el código penal

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, no dijo si está o no a favor de la pena permanente revisable, porque, según destacó, «tenemos dudas de su inconstitucionalidad». El partido, anunció, ha preguntando al Tribunal Constitucional sobre esta cuestión, y quedan pendientes de su resolución. Rivera respondía así cuando le preguntaban por el caso de Diana Quer, cuyos padres han pedido que no se derogue la prisión permanente revisable. Ciudadanos también tiene dudas sobre el funcionamiento del sistema penitenciario, en el que no se cumplen íntegramente las condenas y no ven lógico que, cuando un recluso es condenado a 40 años de prisión, cumpla, por ejemplo, solo 15. Rivera indicó que su partido «quiere el cumplimiento íntegro de las penas» que imponen los jueces en determinados casos y planteó abrir un debate global sobre el Código Penal que incluya la revisión de los beneficios de los presos. Considera que eso es «lo que enfada a mucha gente», y por eso ha propuesto iniciar un debate, teniendo también en cuenta que, según la Constitución, se debe buscar la reinserción de los delincuentes.