Asuntos sociales

Cada semana una española solicita ser «vientre de alquiler»

Lo hacen por motivos económicos aunque no es legal en nuestro país. Asociaciones buscan apoyo político para regular la gestación subrogada

Melissa Rineer, junto a su dos hijos, lleva en su vientre el hijo de una pareja española
Melissa Rineer, junto a su dos hijos, lleva en su vientre el hijo de una pareja españolalarazon

El año pasado, más de 1.400 parejas españolas fueron padres gracias a la gestación subrogada, coloquialmente conocida como «vientre de alquiler». La cifra supera en más de 200 al número de niños que fueron adoptados en el extranjero –1.188, de acuerdo con los datos del Ministerio de Sanidad–. Y es que optar por esta vía se ha convertido en una opción a la que cada vez acuden más parejas, que así ven cumplido su sueño de ser padres. Y no es sólo eso, muchas mujeres también se han dado cuenta de que esta realidad está en auge y, a pesar de que la práctica es ilegal en nuestro país, «cada semana al menos recibimos una llamada de una mujer española que se ofrece como gestante», afirma Santiago Agustín, responsable del área social y psicológica de Interfertility, entidad que ayuda a los futuros padres a dar con esa persona que dará a luz a su futuro hijo. Como explica Agustín, «las mujeres que nos llaman no sólo lo hacen por desconocimiento –el Código Civil español asigna la filiación de los bebés a la madre que les da a luz– sino también por desesperación y, si en España estuviera regulada esta técnica no las aceptaríamos como posibles gestantes».

Cada vez son más las empresas que se dedican a buscar mujeres que cedan su vientre a otra familia, pero no todas tienen los mismos códigos éticos. Como explican desde Interfertility, «las mujeres que nosotros seleccionamos tienen una familia y tienen otra fuente de ingresos ajenos a los que perciben como gestantes, así garantizamos que el proceso salga bien. Sabemos que pueden aparecer dificultades cuando lo que prima es el dinero». El coste de un proceso de gestación subrogada en Estados Unidos, concretamente en California oscila entre los 70.000 y los 120.000 dólares. La madre que se ofrece como gestante suele percibir unos 2.700 dólares al mes, tras confirmar que la transferencia del embrión es correcta y está embarazada. A esta cuantía se suman los gastos médicos (incluidos seguros) y los gastos en ropa y transporte que la embarazada pueda necesitar durante los nueve meses del proceso. A éstos habría que añadir el desembolso relacionado con el proceso de filiación: los honorarios de los abogados estadounidenses o los de la agencia que coordina todo el proceso en territorio americano.

Grecia ha percibido esta técnica como una oportunidad y, por eso, en julio de 2014 aprobó una norma que le sitúa como el único país de la Unión Europea que permite a extranjeros optar por la gestación subrogada en este país. Reino Unido también cuenta con una legislación que regula este modelo de maternidad, pero sólo está concebida para ciudadanos británicos. La decisión griega ha sorprendido a las entidades que trabajan en esta área y, aunque algunas compañías ya ofrecen la posibilidad de realizar el proceso en tierras helenas, aún existen muchas dudas. «Han dado un salto importante, pero por ahora no creemos que lo hayan hecho con todas las garantías. Están un poco perdidos todavía y su sistema sanitario tiene ciertas carencias». Éstos son los motivos que esgrimen desde Interfertility para explicar su rechazo, «por ahora», a realizar procesos de gestación subrogada en Grecia. Es cierto que ya han recibido llamadas de parejas pidiendo información sobre el proceso griego, pero «no existe la suficiente seguridad y transparencia como para embarcarnos en este proceso», apunta Agustín. Desde la asociación «Son Nuestros Hijos» también muestran sus dudas acerca de la reciente norma helena: «Es cierto que hay familias interesadas en esta nueva vía, pero nosotros tenemos nuestro propio código ético y Grecia no cumple con él porque no da las garantías que exigimos. Para nosotros el mejor modelo es el que se da en California y en el que basamos nuestra propuesta para una posible regulación en España», afirma Antonio Vila-Coro, vicepresidente de la asociación. «La gestación subrogada debe contemplarse dentro de una ley integral porque no se puede cambiar un solo artículo del Código Civil y listo. Es mucho más complejo», añade. Así, desde hace seis años este organismo trabaja con la Asociación por la Gestación Subrogada en España para que llegue al Congreso una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que regule este modelo de maternidad. «Sabemos que es muy difícil obtener el medio millón de firmas necesarias, por eso nos estamos poniendo en contacto con todos los grupos para que se plantee como proyecto de ley». Por ahora, los más receptivos han sido UPyD y Ciudadanos, «pero también contamos con gente de otros partidos como el PP que nos ha mostrado su apoyo». Eso sí, desde la asociación ya son conscientes de que tendrán que esperar a las elecciones de noviembre y empezar de nuevo con las rondas de contactos para la próxima legislatura.

En cuanto a la relación con la gestante, desde «Son Nuestros Hijos», apuestan por «mantener una buena relación con ella porque estás viviendo el embarazo a través de otra persona». Es más, Antonio y su pareja mantienen la relación con la mujer que dio a luz a su hija. «Te felicitas por Navidad, en los cumpleaños» e, incluso, «estamos ahorrando para ir a verla». Y es que el vínculo que se crea entre las dos familias es difícil de romper, aunque respetan los casos de las parejas que prefieren no conocer a su gestante.

Países que lo contemplan

GRECIA.

La legislación contempla que la madre gestante renuncie a los embriones por medio de un juicio previo a la implantación de los mismos. Pueden solicitar este proceso las parejas casadas y las mujeres solteras. Aunque la legislación no prohíbe explícitamente a los varones solteros y a las parejas homosexuales recurrir a la gestación subrogada, no existe aún jurisprudencia al respecto.

REINO UNIDO.

La maternidad subrogada es una práctica legal, pero muy restringida. Por ejemplo, el acuerdo de subrogación no tiene obligación de cumplimiento bajo la ley de contrato, reconociendo como madre legal a la gestante, por lo que se debe pasar por un proceso de reasignación de paternidad. Además, es delito publicar un anuncio solicitando madre de alquiler o prestándose para serlo.

ESTADOS UNIDOS.

La gestación por sustitución es legal en algunos estados. En este país pueden acudir a este proceso parejas heterosexuales, homosexuales y solteros, pero es imprescindible que todos pasen por un examen psicológico. Los niños llegan a España con sentencia judicial, por lo que se precisa un procedimiento judicial para su reconocimiento por el registro civil.

CANADÁ.

Está terminantemente prohibido cualquier ánimo lucrativo vinculado con la gestación subrogada. Es delito tanto pagar a la madre gestante como solicitar de forma pública estos servicios u ofrecerse a darlos. También se considera delito pagar a las agencias que ponen en contacto a las parejas que buscan este servicio con las madres que lo ofrecen.