Desapariciones

Caso Manuela Chavero: Un hombre con el que se relacionó en internet, principal sospechoso

Las investigaciones se centran en un individuo muy violento que vive en la zona donde desapareció Manuela. Podría haberse sentido «engañado» al enterarse de que la mujer habría establecido contacto con otras personas

Caso Manuela Chavero: Un hombre con el que se relacionó en internet, principal sospechoso
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Las investigaciones se centran en un individuo muy violento que vive en la zona donde desapareció Manuela. Podría haberse sentido «engañado» al enterarse de que la mujer habría establecido contacto con otras personas

La Guardia Civil centra sus pesquisas, sin descartar otras hipótesis, en un individuo, de carácter muy violento, que tuvo relaciones con Manuela Chavero, la mujer de Monesterio (Badajoz) desaparecida desde el pasado 5 de julio, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del caso. La relación entre este individuo, que vive en la zona, y la desaparecida se habría establecido, o al menos mantenido en el tiempo, mediante mensajes a través de las redes sociales, independientemente de los contactos personales que pudieron tener en varias ocasiones.

La investigación realizada por la Comandancia de Badajoz conjuntamente con agentes de la Unidad Central Operativa (UCO), que hicieron un pormenorizado estudio de las llamadas telefónicas y contactos telemáticos de Chavero, permitió centrar las pesquisas en dos o tres individuos, aunque uno de ellos era, por su perfil personal, el que ofrece más sospechas.

Hubo que analizar y establecer los correspondientes perfiles, cientos de llamadas y mensajes para no dejar ningún hilo suelto.

También ha sido investigado el marido de Chavero, ya que tienen bienes en común, pero el día de la desaparición se encontraba en Sevilla, con los hijos de ambos. El hecho de que en esa misma jornada protagonizara un incidente en un bar hizo sospechar a algunos que se trataba de una maniobra para tener más afianzada su coartada.

Ese estudio de los contactos telefónicos y telemáticos de Chavero permitió saber que intercambiaba mensajes con varias amistades masculinas, hecho este que se produjo después de que se realizaran los trámites de separación.

Actualmente existen numerosas redes en el ciberespacio para que personas adultas puedan conocerse y, en muchos casos, establecer citas personales con el fin de comprobar si la apariencia y personalidad coinciden con la que se ofrece en las páginas web.

Expertos han advertido en ocasiones sobre la peligrosidad que pueden conllevar este tipo de espacios para la amistad u otro tipo de relaciones, pero, al tratarse de personas adultas (no ocurre lo mismo con los menores) se presupone que tienen el suficiente conocimiento para evitar cualquier situación peligrosa.

Los investigadores trabajan con la hipótesis de que el principal sospechoso, con el que Chavero tuvo, al parecer, algún tipo de relación personal, se enteró de que la mujer mantenía esos contactos con otras personas y su reacción, dado su carácter, podría haber sido imprevisible. Sin causa que lo justifique, al no existir una relación formal, podría haberse sentido «engañado», con la consiguiente reacción de celos.

Las fuentes consultadas insisten en que se trata de la principal hipótesis de trabajo, sin que se hayan descartado otras que, al menos sobre el papel, tienen menos fuerza.

Los investigadores tratan de «abrochar» el caso con el mayor número de evidencias antes de presentárselo ante la autoridad judicial que dirige las diligencias de la desaparición de Manuela Chavero. Por ello, intentan acumular todos los datos posibles sobre este individuo antes de dar un paso determinante, como podría ser su detención. Lo que parece evidente es que las pesquisas marchan por buen camino y que el caso podría quedar resuelto en las próximas semanas.

Una vez más, la labor de investigación policial que desarrollan agentes de una comandancia, en este caso la de Badajoz, junto con la de carácter técnico, a cargo de los especialistas de la UCO, se demuestran fundamentales para el esclarecimiento de delitos, como ha ocurrido recientemente con el crimen de Pioz y la detención del presunto autor del cuádruple asesinato.

De hecho, agentes de la UCO realizaron, el pasado 23 de septiembre, un nuevo reconocimiento de la vivienda de Manuela Chavero. Su familia había requerido que esta unidad reforzara las pesquisas conocedores de los éxitos logrados en otros casos. Además, al haber concluido ya el informe sobre la desaparición de Diana Quer, ahora podrán reforzar las pesquisas que se realizan en Badajoz.

Manuela, en trámites de separación y con dos hijos de 14 y 6 años que se encuentran con el padre en Las Pajanosas (Sevilla), estuvo la noche del 4 de julio con una amiga, la última persona que la vio. La mujer regresó a su casa en las afueras de Monesterio, y ahí se perdió su rastro.

En el domicilio no había rastros de que se hubieran forzado puertas o ventanas o se hubieran producido hechos violentos. Sobre su cama estaban los pantalones que había llevado el día anterior; la luz del salón y de la cocina estaban encendidas, al igual que la televisión; y su cartera y su teléfono móvil también estaban allí. La última conexión a uno de los postes de la zona se produjo a las dos menos cinco minutos de la madrugada del 5 de julio.

El pasado día 15, más de 300 voluntarios, de la zona y llegados de otras zonas de España, y equipos de especialistas de la Guardia Civil realizaron una batida en los alrededores de Monesterio para tratar de encontrar algún indicio del paradero de Manuela Chavero. La batida concluyó sin éxito.

Fueron ocho horas de búsqueda en 15 zonas de rastreo en las que se peinaron 27 kilómetros lineales. Paco Lobatón, presidente de QSD Fundación Europea por las Personas Desaparecidas, organizadora de la batida, lamentó que este dispositivo no se realizara en los días siguientes a la desaparición de Manuela. Entre otras unidades de la Guardia Civil, participaron agentes del Servicios Aéreo, el Cinológico (perros) y el Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS). También estaban presentes 70 voluntarios de Cruz Roja Extremadura, además de vecinos, amigos y familiares de desaparecida.