Investigación científica

Células madre más potentes para «fabricar» órganos

En color verde, las células madre integradas en un embrión de ratón
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La mayoría de los estudios científicos que han trabajado en los últimos años en el desarrollo de nuevos tejidos se han centrado en las células madre humanas pluripotenciales. En la práctica, pocos han tenido éxito. El investigador español Juan Carlos Izpisúa hace años que optó por seguir otra vía y ayer, en la revista «Nature», ha publicado otro gran hallazgo –hace tan sólo tres semanas ya anunció que habían conseguido manipular el ADN para erradicar enfermedades hereditarias–. En esta ocasión lo que ha conseguido desde el laboratorio que dirige en el Instituto Salk (La Jolla, California, EE UU) es dar con las quimeras que permiten que las células humanas puedan desarrollarse en el interior de otro animal. En concreto, del cerdo.

Hace un par de años, Izpisúa ya había conseguido generar órganos con especies diferentes, entre rata y ratón. Y éste es sólo el paso siguiente. En palabras de este bioquímico, han conseguido identificar un «método fiable» que es capaz de crear células madre humanas en un embrión animal y utilizarlo, así, de incubadora de órganos a la carta. «Las células que hemos identificado pueden garantizarnos tremendos avances en el estudio y desarrollo de nuevas vías para generar terapias», asegura el experto.

El objetivo de esta nueva técnica es reemplazar aquellas células, tejidos u órganos que se pudieran dañar por enfermedades como la diabetes, las insuficiencias hepáticas y cardíacas o la enfermedad renal. Para producir las células, los científicos del Instituto Salk han elaborado una combinación de señales químicas que dirigen las células madre humanas en un recipiente de laboratorio para que puedan orientarse espacialmente. Después, se insertan entonces las células madre humanas orientadas espacialmente (rsPSCs humanas) en regiones específicas de embriones de ratón parcialmente disecados y los cultivan durante 36 horas. En otro recipiente, también se incorporan células madre humanas cultivadas usando métodos convencionales, para poder comparar las técnicas preexistentes con la nueva. Mientras que las células madre humanas derivadas a través de métodos convencionales no lograron integrarse en los embriones modificados, las rsPSCs humanas comenzaron a desarrollarse en los tejidos en fase inicial. Las células en esta región de un embrión temprano sufren cambios dinámicos que son capaces de producir células, tejidos y órganos del cuerpo. «No sólo tenemos que considerar el momento, sino también las características espaciales de las células madre. La comprensión de ambos aspectos de la identidad de una célula madre podría ser crucial para generar tipos de células funcionales y maduras para la medicina regenerativa», subrayó Izpisúa. Así, a grandes rasgos lo que han conseguido los investigadores es ir colocando células madre en los lugares del embrión donde se va a desarrollar cada órgano.

En la investigación no sólo ha participado el centro norteamericano, si no que también ha contado con representación de instituciones españolas como la Universidad Católica San Antonio de Murcia, el Hospital Clínic de Barcelona y la Fundación Pedro Guillén. Este reconocido traumatólogo español lleva años buscando la fórmula para cultivar cartílago y es uno de los que primero podrá beneficiarse de este avance, ya que este tejido es «más sencillo» de desarrollar que órganos más avanzados como un hígado o un riñón. Y es que este experto en rodilla lleva años trabajando para poder dar con la clave para crear tejidos a partir de células madre.

Otro gran conocedor del día a día de esta técnica es el director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, que apuesta de forma clara por la nueva técnica que, a sus ojos, «no causa problemas éticos», aunque sabe que contará con detractores porque la bioética juega un importante papel en este tipo de experimentos. Como afirma a LA RAZÓN, «este camino es el más correcto hacia la creación de órganos. Dar con las quimeras que permiten desarrollar tejidos humanos en cerdos es lo más realista». Con la nueva técnica «se va poder crear una fábrica de órganos que dará un vuelco a la filosofía del trasplante. Con estos resultados se abre un abanico enorme». Pero no es sólo, a Matesanz le ha sorprendido el rápido avance de la técnica y, por eso, asegura que «en cinco años ya podríamos ver algo en clínica humana. Va a más velocidad de lo que yo pensaba». Entre los primeros órganos que considera que se podrían desarrollar opta por «un fragmento de hígado o riñón», ya que otros como el páncreas o los intestinos «son más delicados, pero no veo una barrera en ello».