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Nuestro abuelo neandertal

El análisis de una mandíbula hallada en Rumanía en 2002 revela que es de un humano moderno, pero de un linaje que cuatro o cinco generaciones antes era neandertal

Nuestro abuelo neandertal
Nuestro abuelo neandertallarazon

El análisis de una mandíbula hallada en Rumanía en 2002 revela que es de un humano moderno, pero de un linaje que cuatro o cinco generaciones antes era neandertal

Entre el uno y el tres por ciento de nuestro ADN se lo debemos a los neandertales. Es algo que sabemos desde hace muy poco, desde que el registro genético antiguo reveló que aquella especie de hominino europea había transmitido parte de sus genes a Homo sapiens. Neandertales y humanos modernos se cruzaron.

Cuando los antecesores de nuestra especie llegaron a Europa, aquí se encontraron con un ser autóctono y convivieron con él. Hasta hace poco se pensaba que los primeros sapiens pudieron mezclarse con neandertales hace entre 50.000 y 60.000 años en el oriente medio antes de desperdigarse por Asia y Europa. Ahora los paleontólogos creen que Homo sapiens y neandertales pudieron convivir también en Europa al menos unos 5.000 años. Poco a poco se va rellenando el antaño incomprendido espacio temporal que parecía insalvable entre unos y otros: antes de hace 45.000 años, los únicos europeos existentes eran neandertales; desde hace 35.000 años los únicos europeos existentes somos sapiens. ¿Qué ocurrió entre tanto?

Según publicó ayer la revista «Nature», una mandíbula descubierta en Rumanía en 2002 puede tener la respuesta. Pertenece a un individuo que vivió en Europa hace 40.000 años y debió de ser un tataranieto de un neandertal. Es un humano moderno, pero perteneciente a un linaje que sólo cuatro o cinco generaciones antes era neandertal. Puede que sea el resto más antiguo que demuestra la convivencia genética entre ambas especies.

El análisis de ADN de esta pieza ha corrido a cargo del investigador del Howard Hughes Medical Institute David Reich y del experto del Max Plank Institute Svante Pääbo. Ambos coinciden en destacar la excepcionalidad del hallazgo. El aspecto físico de la mandíbula coincide con la de un humano moderno, aunque algunos rasgos recuerdan al extinto neandertal, de manera que no era descabellado pensar que se tratase de un descendiente de ambas especies.

La pequeña porción de ADN encontrada en el fósil ha sido suficiente para seguir su traza. Buena parte de los genes encontrados tanto en la madíbula como en microorganismos que la acompañan eran humanos, pero procedentes de una evidente contaminación actual. Una vez descartado el material contaminante, se pudo comparar el genoma restante con el de otros grupos humanos. La conclusión fue sorprendente: el fósil está más emparentado con los neandertales que cualquier otro material humano moderno encontrado. Entre el seis y el nueve por ciento de sus genes procedían del Neandertal.

Sólo cabe una explicación para esta cercanía: el individuo en cuestión pertenecía a una generación muy cercana a la del último Neandertal vivo. La datación mediante radiocarbono de los huesos desvela que su dueño murió hace entre 37.000 y 42.000 años. De manera que queda demostrado que Homo sapiens y neandertales convivieron también en Europa durante varias generaciones y se cruzaron, traspasando sus genes de unos a otros.

Como suele ocurrir en la ciencia paleontológica, la comunidad científica tendrá ahora que validar esta conclusión que, a buen seguro, será sometida a discusión. Pero puede tratarse de la evidencia más importante a favor de una teoría que hace apenas unas décadas se consideraba herética: que los neandertales no se han extinguido del todo, al menos una porción pequeña de sus genes habita hoy entre nosotros.

Buenos amigos

«Esta muestra, pese a estar en Rumania, todavía no se parece a los europeos de hoy», afirma David Reich, investigador del Instituto Médico Howard Hughes. «Es la evidencia de una ocupación humana moderna inicial de Europa, que no dio lugar a la población más tarde. Puede que haya habido un grupo pionero de los humanos modernos que llegaron a Europa, pero fue reemplazado por otros grupos».