Astronomía

Nueve años bailando en una nebulosa planetaria

Una investigación liderada por el Instituto de Astrofísica de Canarias ayuda a entender cómo se originan los distintos tipos de nebulosas planetarias y cómo afectan a nuestro sol y el Sistema Solar

Imagen de la nebulosa planetaria NGC 1514 obtenida con la Wide Field Camera del Telescopio Isaac Newton, del Grupo de Telescopios ING, instalado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma)
Imagen de la nebulosa planetaria NGC 1514 obtenida con la Wide Field Camera del Telescopio Isaac Newton, del Grupo de Telescopios ING, instalado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma)larazon

Un equipo de astrónomos, liderado por el astrofísico del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Universidad de La Laguna (ULL) David Jones, ha descubierto una estrella binaria con el periodo orbital más largo conocido hasta la fecha –más de nueve años- en el interior de una nebulosa planetaria, según informa en un comunicado el IAC.

Ell hallazgo puede ayudar a entender, entre otras cosas, cómo evolucionará nuestro Sistema Solar y, en última instancia, el Universo en su conjunto.

Las nebulosas planetariasson una fuente continua de interés por todos los secretos que aún encierran. No tienen relación alguna con los planetas, a pesar de su equívoco nombre, sino que son envolturas de gas y polvo que producen las estrellas de masa intermedia como nuestro sol cuando mueren y expulsan sus capas exteriores, según explican en el IAC.

Tienen formas de los más variadas, desde esferas casi perfectas hasta alargados relojes de arena, y aún no hay consenso sobre si una única estrella es capaz de producirlas, o si por el contrario hay dos estrellas implicadas en su creación.

«Hasta ahora –explica David Jones- se habían observado estrellas binarias en nebulosas planetarias, pero con períodos muy cortos de un día de duración aproximadamente. A pesar de que estos sistemas determinan la forma de la nebulosa, la falta de estrellas con períodos más largos nos preocupaba porque se supone que son habituales».

En este sentido, la nebulosa planetaria NGC 1514 era una firme candidata a albergar una estrella binaria en su interior por su forma no esférica aunque hasta hoy no había podido corroborarse. «Sospechábamos que tenía que ser una estrella binaria. Sólo necesitábamos ser persistentes y observarla», explica Hans Van Winckel, investigador de la Universidad de Lovaina - KU Leuven (Bélgica) y coautor del estudio.

Gracias a HERMES, un espectrógrafo muy sensible y estable, monitorearon durante diez años la estrella, detectando pequeñas variaciones en su velocidad radial y que se debían al continuo movimiento de los dos objetos orbitando uno alrededor del otro. La excentricidad de su órbita (forma de elipse en lugar de círculo) también facilitó observar esas diferencias en la velocidad, según el Instituto.

Los resultados de esta investigación revelan que todos los tipos de sistemas binarios, incluso los que tienen períodos muy largos, pueden impactar profundamente en la nebulosa que originan, lo que podría tener implicaciones importantes, por ejemplo, en nuestro sol, destacan los autores de la investigación.

Ahora que se sabe que pueden jugar un papel tan significativo, se abre la posibilidad de que un planeta masivo como Júpiter, con un período orbital similar (12 años), pueda tener un efecto parecido al observado en la nebulosa planetaria NGC1514. Y esto es relevante porque ayuda a comprender cómo depositan las estrellas en el medio interestelar el gas y polvo, rico en átomos y moléculas, del que nacerán las sucesivas generaciones estelares. “Al estudiar estos procesos en las nebulosas estamos intentando entender cómo evolucionará el Sistema Solar y, en última instancia, el Universo en su conjunto”, concluye David Jones.

Los resultados, publicados en Astronomy & Astrophysics Letters, forman parte de un proyecto que ha recopilado datos durante casi diez años con el espectrógrafo de alta resolución HERMES, instalado en el telescopio MERCATOR y ubicado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma).