ADN

Perderse con un mapa es culpa de los genes

La genética influye en la falta de orientación, la aversión a las matemáticas o la incapacidad para la geometría, según un estudio

Dos turistas consultan un mapa en la Puerta del Sol de Madrid
Dos turistas consultan un mapa en la Puerta del Sol de Madridlarazon

Investigadores del King’s College de Londres (Reino Unido) han descubierto que la genética podría desempeñar un papel importante en la ansiedad que provoca en algunas personas las matemáticas o hacer frente a tareas espaciales como leer un mapa o resolver un problema de geometría.

Los autores de este trabajo, que se publica en la revista ‘Scientific Reports’, recuerdan que las habilidades espaciales son importantes en la actividad cotidiana y se han relacionado con el éxito en profesiones relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, según informa Europa Press.

Sin embargo, estas habilidades varían mucho entre unas personas y otras y siempre se ha pensado que, en parte, pueden estar condicionadas por el nivel de ansiedad de cada uno.

Para ver la relación entre ambos factores, los autores analizaron una muestra de más de 1.400 parejas de gemelos de 19 a 21 años en quienes se analizó su nivel de ansiedad en general y, más en concreto, la ocasionada por las matemáticas y la llamada ansiedad espacial, provocada por la navegación y la resolución de problemas geométricos.

Todas las formas de ansiedad mostraron un componente genético sustancial, con el ADN explicando más de un tercio de las diferencias entre los gemelos.

Asimismo, vieron que los entornos no compartidos entre ambos hermanos explicaban las diferencias observadas en su ansiedad espacial, en alusión a aquellos ámbitos que los gemelos criados en una misma familia no comparten, tales como actividades extraescolares, determinados maestros o amigos.

El estudio también mostró que las personas que se ponen más nerviosos o presentan más ansiedad a la hora de orientarse no lo hacen cuando se enfrentan a un problema geométrico, como la resolución de un rompecabezas. Y lo mismo se observó en el caso de las matemáticas y la ansiedad general, mostrando que aquellos que experimentan ansiedad espacial no necesariamente tienden a ser ansiosos con otras actividades como las matemáticas.

Los investigadores también encontraron una pequeña pero significativa diferencia de género en su muestra, ya que las mujeres muestran mayores niveles de ansiedad que los hombres en todas las áreas, algo que a su juicio podría deberse a que son más propensas a exteriorirazar su sensación de ansiedad.

La investigadora del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN) y principal autora de este trabajo, Margherita Malanchini, cree que estos resultados tienen implicaciones importantes a la hora de buscar genes específicos que definan diferencias de ansiedad entre unas personas y otras, y cree que algunos genes podrían contribuir a la ansiedad provocada pro diferentes motivos aunque, según han visto, cada una podría estar provocada por genes específicos.

«Identificar los genes específicos para cada tipo de ansiedad podría ayudar a identificar a los niños que tienen más riesgo de sufrirla cuando son más pequeños, de cara a intervenir precozmente y prevenir su aparición», ha explicado.

EP