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¿Dónde se ha escondido Sarah Jessica Parker?

La actriz volvió a HBO en 2016 para ejercer su absolutismo interpretativo en «Divorce»

Sarah Jessica Parker y su armario en «Sexo en Nueva York 2»
Sarah Jessica Parker y su armario en «Sexo en Nueva York 2»larazon

La actriz volvió a HBO en 2016 para ejercer su absolutismo interpretativo en «Divorce»

Como en los títulos de crédito de la serie –donde aparece un autobús empapelado con la cara de su personaje, Carrie Bradshaw–, entre 1998 y 2004 el rostro de Sarah Jessica Parker era más visto que La Gioconda con la diferencia de que no tenía que ir a ningún sitio para contemplarlo, simplemente era un asalto con premediatación y alevosía. Además de monopolizar el 99% de las secuencias de «Sexo en Nueva York» su imagen aparecía en vallas publicitarias, en las portadas de las revistas de moda, en las publicidades de las firmas más prestigiosas... Solo faltó una colección de cromos en honor a su figura porque Parker ya era una marca en sí misma. Mientras se sucedían los episodios y las temporadas si le mirabas fijamente el iris se podía ver una caja registradora. Se calcula que durante esos años su patrimonio engordó hasta los 90 millones de dólares.

Atontados con una serie que, ¿para qué engañarnos? creó adición, sus múltiples reposiciones son como una gozosa moviola para sus millones de seguidores. Poco se habló por aquel entonces de lo empalagosa que podía ser Carrie Bradshaw y, por extensión, su intérprete. La reinvención del rol femenino en las series fue un acierto –independientes, sexualmente muy activas, contradictorias y enamoradas del amor–, pero Bradshaw era muy cansina e intensa. Sus pensamientos con la voz en «off» estaban barnizados por una suerte de cuitas pseudofilosóficas más propias de un manual de autoayuda. Y su intermitente relación con Big, entre novio y novio, era tan previsible como repetitiva.

Una actriz celestial

Por aquel entonces se había convertido en una intérprete celestial –ganadora de cuatro Globos de Oro y dos premios Emmy– que era una referencia estilística para cientos de miles de seguidoras que podían acceder –ésa es otra historia–, a las marcas de lujo que lucía en cada capítulo y ese vestidor más grande que la mayoría de los micropisos de los trabajadores de Manhattan. Pero la realidad es que las que daban juego de verdad y le robaban una y otra escena eran Cynthia Nixon (Miranda) y sobre todo, Kim Katrall (Samantha), que encarnaba a una depredadora sexual que elegía la superficialidad como forma de superviviencia. La voracidad de Katrall se comía la pequeña pantalla. Pero nadie dijo nada, aquella era la serie de Parker y su corrillo de palmeras que la idolatraban. No se acostaban con un muñeco de peluche con su esfinge porque el catre estaba ocupado por el ligue o marido de turno. Y aunque Carrie era omnipresente tres son multitud.

Cuando se terminó «Sexo enNueva York», a Parker no le faltó el trabajo, pero sí el éxito. No hay ningún título cinematográfico que se haya retenido en la memoria porque se dedicó a rodar películas clinex de usar y tirar, incluidas dos versiones de la serie que solo sirvieron para que las protagonistas se fueran de viaje con todos los gastos pagados a Marruecos. Aunque se intentó estirar la trama la magia se había acabado. Sin embargo sigue en run-run de que podría rodarse en cualquier momento «Sexo en Nueva York 3», posibilidad que debía descartarse por abusonas.

Ante este panorama regresó a la HBO para producir y protagonizar «Divorce», donde vuelve a demostrar su absolutismo interpretativo: nadie le pude hacer sombra. El problema no es que se haya escondido, es que no la vemos. La producción es una comedia, pero no hace mucha gracia. En ella encarna a Frances Dufresne, una mujer que toma la decisión romper su matrimonio. La serie es una consecución de las consecuencias de un divorcio no bien digerido: el papeleo legal que se entorpece, la custodia, cómo se reparten a los amigos... La sensación que transmite es que Parker de quién no se quiere separar es de Bradshaw porque, aunque la trama está en las antípodas, bien podría ser una sosias de ella con varios años más y muchas decepciones a sus espaldas. Como Parker, que ve cómo se estanca su carrera.