Guardia Civil

Las fronteras, a examen

La cadena temática DMAX ultima la segunda temporada de su. programa de reportajes sobre los puestos de aduanas en España

Imagen de una lancha de Vigilancia Aduanera
Imagen de una lancha de Vigilancia Aduaneralarazon

La cadena temática DMAX ultima la segunda temporada de su

programa de reportajes sobre los puestos de aduanas en España

Un día cualquiera en Barajas. Frente al trasiego de viajeros que despegan o aterrizan, se camuflan entre la multitud personas que actúan con normalidad para pasar inadvertidos. Pero los Cuerpos de Seguridad del Estado no les pierden de vista. Tampoco uno de los equipos de «Control de fronteras: España», que se empotran con ellos para grabar las imágenes. «El aeropuerto de Madrid es el que nos ofrece más diversidad de casos delictivos. Algunos son muy tristes, como la trata de blancas, mujeres que llegan a la terminal donde les suelen esperar sus ‘‘dueños’’, dispuestos a explotarlas laboral o sexualmente. Y no hay que olvidar a los ‘‘boleros’’, que portan cocaína líquida en su cuerpo y pueden morir en cualquier momento», explica Ramón Campoamor, el director del programa que emitirá próximamente el canal temático DMAX. Sin embargo, no se pueden obviar otras barbaridades que narra Campoamor; una de las más terribles es el desprecio por los animales, ya que no faltan los que traen los cadáveres de especies autóctonas africanas para comérselos en una cena que pretenden que sea «exótica».

Tráfico de personas

La segunda temporada goza de cuatro equipos operativos en las principales localizaciones que son «puntos calientes» para las actividades delictivas. Cada zona tiene sus particularidades. Así el espectador verá al servicio de vigilancia aduanera que mira cada milímetro de los contenedores que llegan a La Junquera para detectar paquetes y cajas con contenido ilegal. En Melilla y Algeciras, lo que prima es el tráfico de personas y la inmigración. Sin escrúpulos, los patrones de las lanchas y sus secuaces tiran a seres humanos a alta mar en plena noche para no ser detenidos. Ante la eficacia de la Guardia Civil, los traficantes de tabaco de Gibraltar han encontrado nuevas vías para, desde La Línea, introducir sus remesas en nuestro país. El volumen de negocio es aproximadamente de 5 millones de euros anuales y las pérdidas del Estado en impuestos se estiman en 800 millones. Otras de sus prioridades en esa zona es el fraude fiscal que se realiza a través de embarcaciones de recreo. Y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la AEAT (Agencia Estatal de Administración Tributaria), entre sus labores, controla el negocio de sustancias radioactivas peligrosas en los puertos de Algeciras y Valencia.

«El rodaje es duro porque nos atenemos a sus horarios y a veces las operaciones son fallidas. En seis meses se ruedan unos 700 casos y finalmente se emiten unos cien», comenta Campoamor. La colaboración con las Fuerzas de Seguridad del Estado es total porque «necesitamos su aprobación y revisan el montaje final», puntualiza. Sólo hay una de las ramificaciones más dantescas del mal a la que no se le ha dedicado ni un solo minuto de metraje en las cinco emisiones previstas: las maniobras de los terroristas yihadistas para entrar en nuestro país. «No se ha contemplado en ningún momento grabar los operativos», culmina Campoamor.

Un gran éxito en 53 países

Heredero directo de «Control de aduanas» en Estados Unidos, Australia y Canadá, entre otras, la versión española ha tenido una gran acogida en el extranjero, ya que su primera entrega se ha vendido a 53 países. Ésta es una de las producciones más rentables para el canal temático DMAX, ya que registró una media del 1,9 por ciento de «share» y 341.000 espectadores, con picos de un 3,1 de cuota y 521.000 seguidores.