Papel

Política y sexo en la Casa Blanca

Los protagonistas del triángulo sentimental de la serie
Los protagonistas del triángulo sentimental de la serielarazon

Casi todas las series que sin taparse la nariz bucean en las cloacas de Washington están siendo eclipsadas por esa barbaridad que es «House of Cards». Sin embargo, no conviene perder de vista «Scandal», cuya cuarta temporada estrena hoy Fox Life en horario «prime time».

Olivia Pope. Este nombre hace temblar a muchos personajes de esta ciudad. Es una mujer aparentemente dura y sin escrúpulos para arreglar cualquier desaguisado que implique tanto a la Casa Blanca como a algunos de sus clientes. Pero bajo su aparente frialdad y fortaleza tiene un talón de Aquiles, una adicción en la que cae una, treinta veces y las que quedan: el presidente de los Estados Unidos, de quien es su amante intermitente. Pope es interpretada por la sensual Kerry Washington (su apellido ya marca lo que iba a ser su destino). Le acompaña Tony Goldwin –un actor que en algún momento despuntó en el cine de manera efímera–, y un elenco más que solvente.

La ficción no está entre lo más exquisito de la cosecha de los últimos años, pero termina enganchando al espectador gracias a unas tramas envolventes donde el sexo y el poder se fundeN hasta provocar giros del guión tan previsibles como efectistas que terminan conquistando a los televidentes. Con un 3,2 por ciento de cuota de pantalla y casi diez millones de espectadores, la ABC anunció a mediados de este mes que la renovaba por una quinta temporada.

¿Qué Olivia Pope nos encontraremos esta temporada? A una mujer que está de regreso después de vivir dos meses en una isla frente a la costa de Zanzíbar. Esta ave fénix tiene que levantar de nuevo su empresa «Olivia Pope y Asociados», ya que sus empleados han tomado distintos caminos.

Convivir con la traición

Según la productora ejecutiva de la serie, Shonda Rhines, «Olivia va a tener que aprender a convivir con las traiciones, al saber que los que eran sus amigos ahora son sus enemigos». ¿Eso qué significa? Pues que se tiene que desenvolver en un nuevo escenario que no es demasiado distinto al que se ha encontrado en las anteriores entregas: tendrá que gestionar cómo se transmite a la Prensa el deterioro psicológico de la primera dama de Estados Unidos después de que uno de sus vástagos, el pequeño Jerry fue asesinado al ser expuesto a la meningitis bacteriana. Eso para empezar. Después aparecerá un vídeo de alto voltaje sexual de la hija mayor del primer mandatario del país y Olivia representará al presunto asesino de un ex presidente republicano... Y suma y sigue. Uno de los puntos fuertes, en los que los guionistas rizan el rizo, es cuando el jefe de Gabinete del presidente, Cyrus, empieza a mantener una relación sentimental con un «gigolo» que ha contratado uno de sus adversarios para que le extorsione. Cuando se filtran a la Prensa fotografías de ambos, se llegará a un acuerdo para que éstos se casen.

Así es «Scandal», una serie que tiene su epicentro en el hogar más poderoso del mundo y que, capítulo a capítulo, se va convirtiendo en un culebrón sofisticadísimo con algunas tramas en la que sus responsables no dudan –por lo enloquecidas que pueden ser– en tirarse sin paracaídas.