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Los pasajeros del tren de Pontevedra aseguran que iba demasiado rápido

El convoy descarriló en O Porriño y chocó contra una torreta, lo que causó cuatro muertos y 48 heridos. Circulaba por una vía desviada a causa de unas obras de mantenimiento que obligaban a aminorar la marcha.

El tren ha descarrilado en el término municipal de O Porriño (Pontevedra)
El tren ha descarrilado en el término municipal de O Porriño (Pontevedra)larazon

El convoy descarriló en O Porriño y chocó contra una torreta, lo que causó cuatro muertos y 48 heridos. Circulaba por una vía desviada a causa de unas obras de mantenimiento que obligaban a aminorar la marcha.

Un exceso de velocidad del tren de la compañía Comboios de Portugal, que ayer cubría la línea entre Vigo y Oporto, podría ser la causa del descarrilamiento del convoy a la altura de la localidad pontevedresa de O Porriño, según apuntan los primeros indicios, aseguran fuentes próximas a la investigación del siniestro. La causa definitiva, no obstante, no se sabrá con todos los detalles hasta pasados varios meses tras examinar a conciencia el registrador de datos del tren o «caja negra», que ayer pudo extraerse del tren.

El siniestro ha causado el fallecimiento de cuatro personas: el maquinista de Comboios de Portugal, José Arnaldo Moreira, (45 años), el interventor de Renfe, Miguel Veiga (50 años), un turista estadounidense y el jugador de balonmano de 23 años Joaquín Rodríguez, «Coqui». Este último falleció poco después de ser trasladado al Hospital Álvaro Cunqueiro (HAC) de Vigo. Además, un total de 48 personas tuvieron que ser atendidas en este hospital y en el de Povisa y la Clínica Fátima de Vigo.

El tren de media distancia partió de Vigo a las 9:02 horas de la mañana con destino Oporto –un trayecto que se recorre en dos horas– y acabó descarrilando a las 9:25 horas en un tramo recto. El convoy, que viajaba con 65 pasajeros, chocó con una torreta eléctrica, lo que provocó que volcara uno de los vagones mientras que otros dos quedaron semivolcados. El siniestro ocurrió a pocos metros de la estación de O Porriño después de atravesar el puente de la N-120.

El ministro de Fomento en funciones, Rafael Catalá, confirmó ayer que se estaban realizando obras de mantenimiento en la vía principal, a la altura de donde se produjo el descarrilamiento, con lo que el tren entró por una vía desviada, por donde debería circular a 30 km/h por hora. El fuerte impacto en la cabina hace pensar a los investigadores que podría ir a una velocidad superior.

La alcaldesa de la localidad de O Porriño Eva García, explicó que recientemente se hizo un arreglo en la vía para que los convoyes circulasen a más velocidad a pesar de que pasa «por el medio del pueblo». Sin embargo, el hecho de que el tren entrase en una vía desviada, obliga a reducir la velocidad en ese tramo porque supone un cambio de dirección complicado.

De momento, parece descartarse que el tren, un modelo diésel de la serie 592, de 30 años de antigüedad, no reuniera las condiciones de seguridad necesarias para circular. De hecho, pasó una gran revisión en mayo pasado, según confirmó Catalá , con lo que se supone que el convoy reunía todos los requisitos necesarios para circular. Además, un día antes del accidente el tren pasó en Oporto otra revisión rutinaria, aunque menos minuciosa que la del pasado mes de mayo. De ahí que el ministro asegurase que «el maquinista y el tren tenían todas las certificaciones y garantías necesarias. La investigación se centra ahora en comprobar si la vía se encontraba en las correctas condiciones, lo mismo que el desvío habilitado, si la señalización funcionó correctamente o si pudo tratarse de un error humano.

El «Asfa» básico funciona de forma que el maquinista, al paso de una señal lateral, debe responder a una advertencia acústica o luminosa. Pero, en caso de que no disminuya la velocidad hasta lo estipulado, este sistema de seguridad no frena el tren.

Un sistema más moderno como el «Asfa digital» sí obliga a frenar al convoy en el supuesto de que el maquinista no lo haga. Fuentes del sector ferroviario aseguran que está instalado en algunas unidades más nuevas del S592, que tiene subseries más recientes.

El presidente de Comboios de Portugal, Manuel Queiró, descartó que el accidente sea atribuible a un fallo humano o material. «Nada indica que el accidente fuera por un fallo humano o del material», explicó en el lugar del siniestro. «Fueron circunstancias anormales que tendremos que descubrir», dijo el responsable de la operadora ferroviaria lusa. También hizo hincapié en que los maquinistas de España y Portugal que operaban esa línea habían recibido formación específica y que el tren disponía de todas las certificaciones, garantías y requisitos exigidos.

El Ministerio de Fomento y Renfe se vieron obligados ayer a activar el Plan de Asistencia a Víctimas de Accidentes Ferroviarios y sus Familiares, que incluye un teléfono de atención a víctimas (900 101 020). Además, se dispuso de centros de atención a familiares en la estación de Vigo y en el lugar del accidente.

A lo largo del día, numerosas autoridades se desplazaron hasta el lugar del siniestro, desde la alcaldesa de este municipio, Eva García de la Torre, pasando por la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el ministro Rafael Catalá, y el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, entre otros.