Educación

Dejar de estudiar para aprender una receta de cocina

Centros educativos denuncian que la llamada a la huelga de deberes promovida por Ceapa, que propone actividades alternativas, puede mermar la autoridad del profesor y que se cuestionen las decisiones de colegios e institutos.

Campaña #NoalosDeberes de CEAPA
Campaña #NoalosDeberes de CEAPAlarazon

Centros educativos denuncian que la llamada a la huelga de deberes promovida por Ceapa, que propone actividades alternativas, puede mermar la autoridad del profesor y que se cuestionen las decisiones de colegios e institutos.

«Las madres y los padres queremos recuperar el tiempo familiar que nos corresponde, lo necesitamos para poder realizar actividades conjuntas con nuestros hijos e hijas». Así reza el cartel de la huelga de deberes para los fines de semana promovida por la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) del mes en curso. Ceapa defiende así la importancia de pasar tiempo en familia, y recomienda a los progenitores que se nieguen a que sus hijos realicen deberes los fines de semana, sean de la etapa escolar que sean. A cambio, recomiendan charlar de un tema de actualidad, preparar una nueva receta de cocina o visitar juntos a algún familiar.

«Nuestros hijos tienen cada vez más deberes y el nivel de exigencia es mayor. Hay niños de tres a seis años que también tienen deberes, cuando la única tarea a esa edad debería ser jugar», denuncia José Luis Pazos, presidente de Ceapa. De hecho, España está entre los países que más horas de deberes pone a la semana: según la OCDE, seis horas frente a las menos de cinco de los demás países.

Desde Ceapa defienden cero deberes. «No hay ninguna razón para que los deberes no se hagan en clase. Es un concepto erróneo, los deberes son negativos para la educación, generan desigualdades entre el alumnado, ya que penalizan a los hijos de padres que no saben, no están o no quieren ayudarles, y, como consecuencia, muchos de estos hijos acaban llenando las listas de abandono escolar», afirma Pazos. Les avala, pero sólo en cierta parte, el estudio de la OMS que alerta de que los jóvenes españoles son los cuartos de toda Europa que más presiones sienten por los deberes. De hecho, a los 15 años, el 70% de los chicos y el 60% de las chicas confiesa que sienten una gran presión por este motivo. Incluso los niños de 11 años también afirman estar agobiados.

La clave es la racionalización, que es lo que piden el resto de asociaciones de padres y de profesores. «Mostramos nuestro absoluto rechazo a la medida promovida por Ceapa. Estamos a favor de abrir un diálogo para la racionalización de los deberes. Las tareas escolares son buenas si son proporcionales y adecuadas a la edad. La insumisión promovida está injustificada, es desproporcionada y no ayuda a mantener la convivencia en los centros. Se está atacando la actividad académica de forma desproporcionada y va en contra de la libertad de cátedra del profesorado. Lo que demuestra que no se tiene respeto a la labor de los profesores. Otra cosa que subyace es la dificultad para conciliar la vida laboral y familiar, pero eso no tiene que ver con los deberes», explica Nicolás Fernández Guisado, presidente de la Asociación Nacional de Profesores de Enseñanza (ANPE).

Guisado hace hincapié en que «hoy no hay más deberes que hace unas décadas, sino que lo que hay son más actividades extraescolares. Entiendo que si de lunes a viernes se les apunta a música, inglés, guitarra, natación para llenar el tiempo hasta que los padres salen de trabajar, no se les puede decir a los niños que se pongan a hacer deberes a las 21 horas, pero eso es un tema de conciliación, y ahí también hay que buscar la racionalización».

En este sentido, el presidente de ANPE, tras recordar que en educación no hay recetas mágicas, explica que «en Infantil no es necesario poner deberes, ya que lo que tienen que hacer es jugar. En Primaria, con tres o cuatro años, con reforzar media hora en casa es suficiente, cuando tiene entre cinco y seis años entre 45 minutos y una hora, en ESO es necesario y fundamental que los estudiantes hagan deberes una hora al día y en Bachillerato dos y si es necesario fines de semana también. La clave reside en la coordinación entre profesores, para que el de Matemáticas no ponga dos horas de deberes y el de Lengua nada u otras dos. Y esa coordinación la hay en general».

«No se pueden poner ni suprimir los deberes por decreto. Cada padre puede decidir hacer lo que quiera, pero la consecuencia es que si no han estudiado suspenderán», recuerda Guisado, que insiste en que «los profesores deben ejercer su labor y criterios académicos sin admitir ingerencias».

Los profesores no son los únicos que no están de acuerdo con la propuesta de Ceapa. «No nos parece la manera de plantear el debate. Se está politizando la vida escolar», dice Antonio Poveda, secretario regional de FERE-CECA Madrid, agrupada en la Federación Española de Religiosos de Enseñanza.

Desde la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa), su presidente, Pedro Caballero recuerda que «los deberes son necesarios porque permiten afianzar lo que se ha aprendido durante la jornada escolar. No se puede permitir que se decida no hacer deberes».

Caballero está de acuerdo en que el volumen de deberes es desproporcionado, por eso estamos a favor de dialogar con Ministerio de Educación, CC AA, centros... porque hay que llegar a un consenso. Pero no se puede utilizar a los niños como moneda de cambio».

Poveda cree que «la revisión sobre el tipo de deberes» que se impone a los alumnos debe llevarse a cabo «en el seno de los centros»; es decir, entre el consejo escolar y las asociaciones de padres, lo demás «no deja de ser un cuestionamiento de las decisiones del centro». Algo preocupante, pues puede «mermar la autoridad de los profesores». No en vano, y como recuerda el Ministerio de Educación, «las tareas sólo pueden estar reguladas por el régimen interno de los centros y la voluntad de los profesores». En este sentido, desde la Confederación de Padres de Alumnos (Cofapa), defienden «la unidad familia-escuela por encima de todo. Rebelarse contra los profesores no va acorde con esa unión», afirma la presidenta Begoña Ladrón de Guevara; que se pregunta si con deberes nos referimos a leer un libro, investigar un tema o reforzar las materias.

El presidente de Concapa recuerda, a su vez, que «se puede compaginar la vida familiar con los deberes. Hay tiempo para todo». Y debe haberlo, porque «los deberes sirven de entrenamiento para que años después saquen una carrera. Lo que no se puede caer es en el error de que el niño toque la viola, el bombo, nade, etc.: eso les genera estrés. El problema de la conciliación familiar no se resuelve poniendo o quitando deberes», recuerda Santiago Ortigosa, profesor titular de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid.