Menos alumnos en clase

Es el principio del fin de los recortes en el ámbito de la enseñanza. El secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, propuso ayer bajar un 20% el número máximo de alumnos por clase durante la presentación del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE). Afectará a todas las etapas educativas de tal manera que el tope de alumnos en Primaria bajará de 30 a 25; en Secundaria, de 36 a 30; y en Bachillerato, de 42 a 35. Volveríamos así a los niveles que había antes del año 2012, cuando el ex ministro de Educación, José Ignacio Wert, se vio obligado a aprobar en un decreto de racionalización del gasto público co n «recortes de emergencia» para los tiempos de crisis que corrían. Con ello se pretendía ahorrar 3.000 millones en educación. El decreto establecía que estas ratios de alumnos por clase se mantendían sólo hasta que la tasa de reposición del profesorado alcanzara el cien por cien (ahora era del 50%). Y eso es lo que se prevé que ocurra en 2016.

Así las cosas, Educación dará vía libre a la posibilidad de que haya menos niños por aula y más profesorado con empleo fijo. «La tasa de reposición del profesorado del cien por cien es una medida que favorece la estabilidad de las plantillas en los centros, pues actualmente existe un excesivo empleo temporal. Se palía la discriminación de la enseñanza pública con respecto a la privada y concertada – ya que la tasa de reposición de efectivos no afecta a la enseñanza privada–, además se evita la discriminación de los centros rurales respecto a los urbanos, pues el profesorado funcionario de carrera prefiere las plazas existentes en los centros urbanos», manifestó a LA RAZÓN el secretario de Estado de Educación, Marcial Marín. La medida también «permitirá la convocatoria de oposiciones en todas las comunidades autónomas, por lo que mejorará la cualificación del profesorado», añadió. El hecho de que también baje el número de alumnos por clase «mejorará la calidad de la eduación y la atención del alumnado y posibilitará una mejor atención a la diversitdad. En definitiva todo ello repercutirá en una mejora de los niveles de convivencia en las aulas».

Los recortes aplicados desde 2012 coinciden con un dato beneficioso, el de la reducción de la tasa de abandono temprano de las aulas hasta niveles desconocidos. Ayer, Marín cifró la tasa en el 20,8%, mientras que el porcentaje de jóvenes entre15 y 29 años que ni estudia ni trabaja (ni-nis) también ha bajado hasta el 20,7%. La escolarización infantil alcanza sus mayores cotas, con un 96% de niños de 0 a 3 años escolarizados.

El presidente del sindicato de profesores ANPE, Nicolás Fernández Guisado, valoró ayer las medidas anunciadas por Educación como «un cambio de tendencia, un avance en la regresión que hemos padecido durante estos últimos años. De hecho, venimos reclamando que la situación revierta desde que se anunció que la economía del país empezaba a mejorar, pero aún falta mucho que recuperar porque en los últimos cinco años se han perdido 6.300 millones de euros para la educación en los presupuestos y entre 25.000 y 50.000 puestos de trabajo». Fernández Guisado ha lamentado, sin embargo, que la partida para educación compensatoria (para alumnos con necesidades especiales) se haya reducido y también la dirigida a formación del profesorado. Por otra parte, los presupuestos para el año que viene prevén un aumento presupuestario para las becas generales, a las que se destinarán 1.416,5 millones.

1,5 millones para las «reválidas»

Hacer las evaluaciones externas o «reválidas», como también se conocen, en 3º y 6º de Primaria el curso que viene costarán 1,5 millones de euros. Es lo que está presupuestado para 2016. Educación cuenta con una asignación de 368 millones de euros para la implantación de la nueva reforma educativa (Lomce)el próximo año en que entra en vigor para los cursos impares de Secundaria y Bachillerato y está a pleno rendimiento en Primaria.

Mientras, el secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, anunció ayer que se están dando los primeros pasos dirigidos a conseguir en el futuro un pacto de estado educativo, una demanda histórica de todo el sector.