París

El Consejo de Europa condena a Francia por no prohibir los castigos a los niños

El Consejo de Europa ha decidido condenar a Francia por no haber prohibido explícitamente los castigos corporales a los niños en contra de la Carta Europea de los Derechos Sociales, algo que incumplen también otros países miembros. El vespertino "Le Monde"reveló hoy que el comité de derechos sociales del Consejo de Europa tiene previsto hacer público el miércoles su dictamen contra Francia en una demanda colectiva presentada por una organización británica contra seis estados.

El dictamen no implica ninguna multa, pero la organización paneuropea espera que sirva para una modificación de la legislación, máxime porque podría abrir el camino a denuncias contra Francia ante el Tribunal Europeo de Derecho Humanos. A ese respecto, el coordinador de la campaña contra la violencia educativa en la Fundación por la Infancia, el médico Gilles Lazimi, avanzó que recurrirán ante el Tribunal de Estrasburgo para que París sea condenado judicialmente.

La decisión del comité de derechos humanos sobre los otros cinco países que fueron objeto de la demanda de la Asociación para la Protección de Todos los Niños (APPROACH) -Bélgica, Italia, República Checa, Eslovenia e Irlanda- es esperada para finales de mayo. La APPROACH, una ONG británica, alegó en su demanda que Francia viola el artículo 17 de la Carta Europea de Derechos Sociales "por la falta de una prohibición explícita y efectiva de todo tipo de castigos corporales a los niños en la familia, las escuelas y otros lugares, y porque Francia no ha actuado con la debida diligencia para eliminar esos castigos en la práctica".

Detrás de ese argumento jurídico está la teoría, apoyada por diversas asociaciones, médicos y cargos electos, que reclaman un cambio legislativo porque los golpes no sólo no son efectivos con los niños, sino que contribuyen a la difusión y a la reproducción de la violencia. Lazimi resaltó que "en Francia no se puede pegar a los animales, pero se puede pegar a los niños".

Sin embargo, de acuerdo con las últimas encuestas, un 80 % de los franceses son hostiles a esa prohibición, entre otras razones porque a su juicio eso podría amenazar la autoridad de los padres, que ya está de por sí cuestionada.

El Gobierno francés, más allá de lanzar llamamientos sobre la necesidad de tomar conciencia sobre los efectos perversos del recurso a la violencia por parte de los profesores, se ha mostrado reticente a intervenir en el terreno normativo. La cuestión no se limita a Francia, ya que un total de 27 de los 47 estados miembros del Consejo de Europa han adecuado su legislación a la normativa del Consejo de Europa para prohibir explícitamente los castigos corporales contra los menores, pero no así los otros 20 restantes.