Desapariciones

El enigma Lucía: Las imágenes con las que la familia reabre el caso

Los padres de la pequeña de tres años, cuyo cuerpo fue hallado en las vías del tren, no reconocen al individuo que se ve en esta imagen corriendo dos minutos después de la última captura de la menor con vida. Los peritos informáticos entregarán en unas semanas a la jueza del caso el informe con nuevas pruebas

En una de las cámaras de seguridad a las que ha tenido acceso este periódico, se ve cómo un individuo entra por el pasillo que comunica con las vías de la estación de tren de la localidad de Pizarra (Málaga)
En una de las cámaras de seguridad a las que ha tenido acceso este periódico, se ve cómo un individuo entra por el pasillo que comunica con las vías de la estación de tren de la localidad de Pizarra (Málaga)larazon

Los padres de la pequeña de tres años, cuyo cuerpo fue hallado en las vías del tren, no reconocen al individuo que se ve en esta imagen corriendo dos minutos después de la última captura de la menor con vida. Los peritos informáticos entregarán en unas semanas a la jueza del caso el informe con nuevas pruebas.

¿Quién es el individuo que entra y sale corriendo? Ésa es la pregunta que se hace la familia y los investigadores del caso de Lucía Vivar. Una de las cámaras de la estación de tren de la localidad malagueña de Pizarra, en la que desapareció la pequeña de tan sólo tres años, ha grabado a varios adultos durante la noche y la madrugada en la que se perdió su rastro. Su cadáver fue localizado a cuatro kilómetros en las vías del tren. LA RAZÓN ha tenido acceso a las imágenes de una de las cámaras de la estación (canal 006) que la familia encargó que tratasen a los peritos informáticos de SOS Desaparecidos, Servidet Soluciones Avanzadas. En ellas se ve a varios individuos que no han podido ser identificados por la familia de la menor. Entre ellos, el de la imagen de la izquierda que entra y sale corriendo por el pasillo que da a la vía de tren, enfrente de la vía en la que se ve –en una imagen publicada por «Interviú» de otra cámara de seguridad– a Lucía viva a las 23:34:53. Pues bien, en la imagen grabada por esta otra cámara se aprecia a un hombre que entra corriendo por el pasillo a las 23:36:46, tan sólo dos minutos después de la imagen en la que Lucía está viva. Y de nuevo esta cámara le graba cómo vuelve corriendo a las 23:37:20. Según las fuentes consultadas por este periódico, «no se entiende por qué va corriendo. Cuando se busca a alguien de noche no tiene sentido hacerlo corriendo, sin ayudarte de un móvil o de una linterna para darte luz».

Los padres de Lucía no le reconocen ni como miembro de la familia ni como vecino de la localidad. «Nosotros no le identificamos», aseguró ayer a este periódico Antonio Vivar, padre de la pequeña.

No es el único individuo que aparece en estas imágenes. Horas después, sobre las 05:30 de la madrugada se ve a otra persona, pero va con una linterna y caminando tranquilo cómo si estuviera buscando a alguien en esta estación de tren que une esta localidad con la de Álora.

La empresa Servidet Soluciones Avanzadas y SOS Desaparecidos van a realizar un informe con las imágenes tratadas de tres cámaras de seguridad de la estación de tren de Pizarra; una labor en la que tardarán unas semanas para poder obtener las imágenes con la mayor nitidez posible. Después, dicho informe se remitirá a la juez la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga que investiga la causa, con el fin de que la Guardia Civil trate de identificar al individuo. Algo en lo que será crucial la ayuda de los vecinos de Pizarra, así como de aquellos ciudadanos que estuvieron aquel trágico día en la localidad malagueña.

No es el único individuo que la familia de la pequeña no ha logrado identificar. En una de las cámaras del aparcamiento también se ve a un grupo de personas a altas horas de la madrugada, así como a otro individuo que en la zona del bar donde se perdió la pequeña se ve en las imágenes como si se agachara y que la familia tampoco ha logrado identificar.

A ello hay que sumar nuevas pruebas solicitadas por la familia. «Estamos a la espera de la ampliación de la autopsia», explicó el padre de la pequeña.

Cabe recordar que la magistrada encargada del caso solicitó el pasado mes de septiembre a la Guardia Civil que investigase las pruebas solicitadas por la familia de Lucía, que entregó en el juzgado una serie de informes y escritos pidiendo que se ampliasen las pesquisas llevadas a cabo hasta entonces. Los progenitores están convencidos de que su hija no se fue por voluntad propia, negando por tanto la hipótesis inicial: que la niña se marchó por su propio pie, caminó más de cuatro kilómetros sola por las vías y después decidió dormirse entre los raíles, donde fue golpeada por el primer tren de la mañana del 27 de julio.

De hecho, tal y como ya avanzó este periódico, el informe pericial criminalístico realizado a petición de la familia de Lucía concluyó que la pequeña no murió de forma accidental en las vías del tren como apunta el informe forense, sino que la menor fue asfixiada. El documento revela que aunque Lucía presentaba un «politraumatismo craneal compatible con el golpe de tren», es «aventurado afirmar que fuera el mecanismo de muerte». Además, el informe pericial asevera que la pequeña murió por «asfixia mecánica», posiblemente por sofocación u oclusión de las vías aéreas».

Este documento también niega que la niña hubiera muerto entre las 05:00 y las 7:00 de la mañana, dado que durante el examen forense no se tomó la temperatura debidamente a la pequeña ni se tuvo en cuenta que el rigor mortis de una niña de tres años no es el mismo que el de un adulto. De ahí, que en el informe pericial se concluya que la menor murió de forma no accidental entre las 00:00 y las 03:00 de la madrugada; es decir, entre tres y cinco horas antes de lo afirmado por los forenses.

Ante tales incertidumbres, los progenitores de Lucía han solicitado que se realicen nuevos informes.

La niña de tres años desapareció la noche del miércoles 26 de julio. Lucía jugaba con sus primos a última hora del miércoles junto al bar La Estación, situado en el apeadero de Pizarra. Cuando los padres fueron a pagar la cuenta en el bar de la estación, en torno a las 23:20, se dieron cuenta de que Lucía no estaba con el resto de niños. Minutos después, daban la voz de alarma a la Guardia Civil y se iniciaban las labores de rastreo, a la que se sumaron unos 600 vecinos aproximadamente.

Ningún vecino reconoció escuchar nada, salvo una mujer que a las 05:00 de la madrugada aseguró oír ruidos extraños, como cuando alguien pisa una botella de plástico. La alarma de su coche comenzó a sonar y los perros se pusieron a ladrar.

El conductor del convoy no se dio cuenta de la presencia de la pequeña en las vías cuando pasó a las 06:45, sino tiempo después, al hacer el trayecto de vuelta.

El pasado jueves, los padres de la pequeña Lucía Vivar, Almudena y Antonio, pidieron que se investigasen los dos golpes que recibió su hija, uno grande y uno pequeño. Además, hicieron hincapié en que están pendientes de que se determine la hora de la muerte de su hija, un dato que consideran clave en este caso.

Además, también han pedido que se aclaren las circunstancias en las que se produjo la muerte de Lucía «y si se debió a una negligencia» en la organización de la búsqueda «o de no paralizar los trenes». Aunque, la familia también sostiene que la pequeña «no se fue por voluntad propia». «Desde el minuto uno sabíamos que a nuestra hija nos la quitaron», afirmó entonces el progenitor, tras reiterar que la muerte de su hija no fue accidental, a pesar de que sea la principal hipótesis de la Guardia Civil, que apunta a que la niña recorrió más de cuatro kilómetros sola hasta el lugar donde fue hallado su cadáver junto a las vías. «Si antes lo teníamos claro en un 99 por ciento, ahora lo tenemos en un 99,99 por ciento», aseguró la progenitora. «La niña no se hubiera alejado de su madre jamás», dijo el padre. Además, «nos habría escuchado llamarla».