El olimpismo español, en vilo por el virus del Zika

El COE está a la espera de las recomendaciones de la OMS para saber si los deportistas corren riesgos con su participación en los Juegos Olímpicos de Río, que se celebran en agosto.

Antes de que termine febrero, el Comité Olímpico Español organizará una expedición a Río con presidentes de federaciones para hacer una visita a las instalaciones de los próximos Juegos. Es lo habitual. Lo hizo con Pekín en 2008 y con Londres, en 2012. No hay excepción en el caso de la ciudad carioca, a pesar de que las noticias que llegan del zika no son precisamente tranquilizadoras. Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, hacía estas declaraciones sólo hace una semana: «Estamos perdiendo la batalla contra el mosquito, que sigue reproduciéndose, pero vamos a ganar la guerra». En el país hay un millón y medio de afectados y 3.700 embarazadas en riesgo de que sus bebés sufran microcefalia. La Organización Mundial de la Salud ha dado la alerta global por peligro de infección (cuatro millones ya en toda América) y Thomas Bach, presidente del COI (Comité Olímpico Internacional), se congratula por la decisión adoptada por la OMS, «así todos nos concienciaremos», ha dicho, para añadir a continuación: «Por ahora no hay ni prohibición para viajar a Brasil ni anulación de viajes». Y subraya que mantienen contacto permanente con las autoridades sanitarias tanto locales, que insisten en que a partir de abril la incidencia será menor, como mundiales.

Alejandro Blanco, presidente del COE, no oculta su preocupación por lo que está sucediendo, pero evita caer en el alarmismo: «Si para la OMS lo que ocurre es serio, para nosotros también lo es». Advertido de que Estados Unidos admite que sus deportistas renuncien a los JJ OO de Río si no se sienten cómodos, explica: «Desde luego, no se puede obligar a nadie a competir si no va a poder dar el ciento por ciento. Una cosa es la ley y otra, el sentido común».

En esta línea de actuación se ha situado el Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC), que le ha comunicado a sus deportistas y a los empleados de las distintas federaciones que se planteen la posibilidad de no asistir a la cita olímpica, informa Reuters. «No vayan si no se sienten cómodos», vendría a ser, en resumidas cuentas, el mensaje trasladado, como reconoció ayer la Federación de Esgrima. La declaración de emergencia internacional declarada por la OMS ha sido clave en la decisión del comité norteamericano. Precisamente, el presidente de EE UU, Barack Obama, anunció ayer la petición al Congreso de 1.800 millones de dólares para combatir el virus tanto a nivel nacional como internacional. El problema se centra sobre todo en los estados sureños, pues es previsible que en primavera se propague la transmisión del zika.

Alejandro Blanco entendería los temores que puedan invadir a los deportistas por la amenaza del zika, pero descarta que en estos momentos haya un riesgo crucial por acudir a Río. «De hecho –comenta–, nosotros vamos a viajar a Río a finales de mes con los presidentes de federaciones para ver cómo van las obras y cómo son las instalaciones donde van a vivir y a competir nuestros deportistas».

La tranquilidad es, por tanto, relativa. En el COE no ocultan su preocupación, pero están tranquilos porque los conductos de comunicación están abiertos. «Sólo esperamos recomendaciones de la OMS y a ver si la Comisión Médica del Comité Organizador nos transmite alguna novedad». Por ahora, no hay nada nuevo. «También estamos en contacto con el COI y lo que esperamos es que en la situación actual nos comuniquen cuáles son las medidas de prevención. Si es necesario vacunarse o a qué hospitales pueden acudir los deportistas o los demás expedicionarios de las delegaciones en caso de que lo necesiten».

Hay que esperar, pues, y ver cuál es la evolución del virus. «He pedido opinión –añade Alejandro Blanco– y por ahora no es negativa. Repito, sí se puede viajar a Río, sólo necesitamos que nos informen de medidas preventivas, de lo que hay que hacer y de los hospitales que atienden».

Mientras, en nuestro país, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad publicó por primera vez la estadística de afectados por el virus. Según los análisis del Centro Nacional de Microbiología se trata de nueve personas, una de ellas una mujer embarazada, y localizadas en Cataluña –cinco–, Castilla y León –dos–, Murcia y Madrid –ambas con uno–. Todos ellos son casos importados de países afectados.