Premios Alfonso Ussía

El Premio Ussía al Mejor Estudiante ya tiene ganador

José Miguel Lendínez será recompensado con una beca de 6.000 euros para sufragar sus estudios universitarios

El joven palentino dedica cuatro horas diarias al estudio
El joven palentino dedica cuatro horas diarias al estudiolarazon

José Miguel Lendínez será recompensado con una beca de 6.000 euros para sufragar sus estudios universitarios.

El Premio Ussía al Mejor Estudiante del año recompensa al joven con la nota media más alta en la tarjeta de acceso a la Universidad. Un año más, LA RAZÓN ha premiado el trabajo, la constancia, la responsabilidad y amor al conocimiento demostrados por aquel alumno que el pasado curso 2016-2017 consiguió la nota más alta comprensiva de Bachillerato y la fase general de la prueba de acceso a la Universidad. Este estudiante modelo encarna el sacrificio, la capacidad de organización, la dedicación al estudio y la voluntad de exprimir al máximo su formación académica. Y, por todo ello, resultará galardonado el día 11 de diciembre en la sede madrileña de LA RAZÓN.

Su nombre es José Miguel Lendínez, tiene tan sólo 18 años y vive en Palencia. No obstante, desde que terminó sus estudios en el IES Jorge Manrique, coge todos los días el transporte público para ir a la Universidad. Esto se debe a que, actualmente, se encuentra estudiando el doble grado de Física y Matemáticas en la Universidad de Valladolid. «Siempre lo tuve claro», asevera. El trayecto diario en autobús le es más liviano porque ha podido estudiar lo que se propuso desde siempre. Es la Física su gran pasión y su don, pero cuando observó que la nota que había sacado le alcanzaba para combinarla con la carrera de Matemáticas, no se lo pensó dos veces.

De entre sus logros destaca el haber superado el Bachiller con la calificación media más alta, un 10. Pero, además del mérito que esto supone, cabe añadir que el suyo no fue un Bachillerato corriente. El joven palentino optó por estudiar, de manera simultánea, el programa educativo nacional —el habitual, en la mayoría de los casos— y el Bachillerato Internacional, que se imparte en tres idiomas distintos y de forma externa o accesoria, por lo que Lendínez se enfrentó al doble de exámenes que un estudiante en circunstancias normales. Cursar este doble Bachillerato tiene «mayor dificultad en tanto que tienes que hacer los dos a la vez», reconoce el estudiante, y prosigue: «hay que compaginarlos muy bien, ya que tienen una mayor carga lectiva».

Como la gran mayoría de los premiados en ediciones anteriores, Lendínez también practica deporte en su tiempo libre. Numerosos estudios afirman que el ejercicio físico estimula las capacidades cognitivas, libera el estrés acumulado y contribuye a la concentración. Él así lo subraya: «el deporte ayuda a despejar la mente, a que no todo sea encerrarse en los libros». Su actividad favorita es el judo, una popular arte marcial japonesa, aunque también acude al gimnasio con regularidad.

Asimismo, cuando su agenda se lo permite, pasa el tiempo con sus amigos y ve series de televisión, un denominador común en los chicos de su edad. Como amante de la ciencia, recomienda Breaking Bad, de Vince Gilligan.

Pero, ¿cuál es el gran secreto? ¿Cómo un joven es capaz de llevar una vida sociable, a la par que seguir dedicándole tiempo a sus hobbies y, a la vez, conseguir unas notas excelentes?

«Organizarse, llevar las cosas al día, no dejar todo para el final e ir poco a poco». Estos son los cuatro consejos que Lendínez tilda de «fundamentales» para obtener unas buenas calificaciones. De dos, como mínimo, a hasta cuatro horas diarias logra dedicarle al estudio y el repaso de lo aprendido durante la jornada. Por otro lado, el joven hace hincapié en lo importante que resulta «entender lo que estudias» y no memorizar sin profundizar en los contenidos. Sirviéndose de estas pautas, alcanzó un envidiable 9,840 de nota media en su tarjeta de la Universidad.

El joven ganador, además de recibir un galardón en forma de estatuilla a imagen del columnista de LA RAZÓN, Alfonso Ussía, obtendrá una beca universitaria de 6.000 euros de cuantía con el propósito de sufragar los gastos académicos para el presente curso 2017-2018.

Cuando le preguntamos a este joven a qué dedicaría la beca de LA RAZÓN, éste respondió que, además de para comprar material necesario para sus estudios, se costearía una residencia fija en Valladolid, para terminar así con el vaivén diario en el autobús que le supone estudiar en otra provincia, además de la consiguiente pérdida de un tiempo crucial que podría impedirle continuar con su brillantez académica.

El día de mañana, el estudiante palentino se imagina en un centro de investigación o dedicándose a la docencia. Quizá le abriguen las palabras de aliento que Alfonso Ussía, nuestro columnista y maestro de ceremonias, dedicaba a los Mejores Expedientes Académicos de la pasada edición: «Que sigáis así. España os necesita». ¡Enhorabuena!