Tribunales

El Supremo rebaja la pena al hombre que asesinó y ocultó el cuerpo de su exmujer en Níjar

Mantiene, la agravante de parentesco y la atenuante de confesión

El Tribunal Supremo (TS) ha rebajado a 16 años de prisión la pena impuesta a Khaihil E., el hombre de 38 años que, en septiembre de 2013, asesinó a su exmujer mientras dormía.

El Tribunal Supremo (TS) ha rebajado a 16 años de prisión la pena impuesta a Khaihil E., el hombre de 38 años que, en septiembre de 2013, asesinó a su exmujer mientras dormía en la casa que ambos compartían en un paraje rural de Níjar, en Almería, y después enterró su cuerpo, que mantuvo oculto meses, ya que rechaza que se "aprovechase de la nocturnidad y de lo aislado del lugar para asegurarse la impunidad"como sí apreció el jurado popular que lo declaró culpable.

La sentencia, consultada por Europa Press, elimina esta agravante y disminuye la condena de 18 años de cárcel impuesta por el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería, estimando así el recurso de casación elevado por la defensa del procesado. Mantiene, sin embargo, la agravante de parentesco y la atenuante de confesión de los hechos.

El Alto Tribunal sostiene que la agravante de "aprovechamiento de las circunstancias y lugar y tiempo"del artículo 22.2 del Código Penal contribuyó al "aseguramiento de la ejecución"del crimen, por lo que deben englobarse en la alevosía.

La defensa argumentó que la víctima "estaba usando voluntariamente la misma vivienda que el acusado por la cercanía a su trabajo y por no disponer de medios para alquilar otra", por lo que Khaihil E. "no buscó de propósito el lugar para cometer los hechos".

Añadió en su recurso que se trataba de una vivienda por la que pasaban "frecuentemente"trabajadores que accedían o salían de la zona, existiendo otras viviendas cercanas y remarcó que el hecho de que se tratase de zona rural "no implica de por sí, que constituya despoblado".

"El acusado no buscó de propósito el lugar, ya que tanto agresor como agredida vivían allí, aunque sí es indudable que el proyecto criminal resultaba asegurado si, aprovechando el momento en que por el lugar no solían pasar persona, precisamente durante la noche, la muerte de la mujer estaba garantizada, ante la imposibilidad de pedir auxilio", concluye el TS.

Por último, el Supremo señala que desprenderse del cadáver "pudo hacerlo de cualquier manera el acusado y precisamente enterrado en las proximidades de la casa, no garantizaba ni mucho menos la impunidad".

"De ahí que entendamos que las circunstancias de tiempo y lugar favorecían la ejecución y aseguramiento de la muerte de la víctima, pero no influyeron en la posterior impunidad, así que deben estimarse consumidas en la alevosía, que cualifica el homicidio y lo convierte en asesinato", apostilla.

Asesino y víctima se divorciaron en 2013 en Marruecos y, a su vuelta a España, estuvieron conviviendo. Khahil E. confesó ante la juez de Violencia de Género que quitó la vida a su compañera, H.A., en la noche del 30 de septiembre de 2013. Para ejecutar el asesinato, y "con la intención firme de causar una muerte cierta a H.A", Khaihil E. "esperó"durante una hora en el domicilio que ambos compartían "a que ella se durmiera para abalanzarse aprovechando que se encontraba por ello indefensa".

El procesado enterró el cuerpo "bajo tierra para ocultar lo sucedido"y, según declaró el mismo, lo hizo "envolviéndola en sábanas tras cavar una fosa con una pala y una azada, que disimuló con tubos encima".

En sede judicial también admitió, diciendo "estar muy arrepentido", que "no le contó nada a nadie"y que a un familiar solo le dijo que ella "se había ido a Francia".

El cadáver de H.A. fue encontrado por agentes de la Guardia Civil el 13 de enero de 2014 después de el procesado, ya detenido tras meses de investigación, les indicase el lugar en un paraje agrícola de Níjar conocido como 'El Polver'.

La familia de ella había denunciado su desaparición en octubre aunque, según relató él en su declaración en fase de instrucción, se deshizo de sus pertenencias al día siguiente del crimen. Así, dijo que había tirado al interior de en dos contenedores de basura"tanto la "ropa"como su "teléfono móvil y el pasaporte".