Policía

El último kilómetro de «Core»

Su dueño mató a este mastín tras atarlo a su coche y circular con él porque se había escapado y no llevaba la correa. «No pensé que pudiera morir», dijo. Una vecina lo grabó todo.

«Core», tirado en el asfalto, tras morir por fatiga, y el cable con el que fue atado por su dueño al coche
«Core», tirado en el asfalto, tras morir por fatiga, y el cable con el que fue atado por su dueño al cochelarazon

Su dueño mató a este mastín tras atarlo a su coche y circular con él porque se había escapado y no llevaba la correa. «No pensé que pudiera morir», dijo. Una vecina lo grabó todo.

Desde el pasado 8 de marzo, el municipio leonés de La Virgen del Camino luce en una calle de reciente creación una placa que reza: «Calle Mastín Leonés. En homenaje al perro valiente y cariñoso, grande, grande». El Ayuntamiento de Valverde de la Virgen, del que depende este pueblo, decidió honrar de esta forma a una raza muy querida en la zona, donde muchos de los vecinos son dueños de perros. Apenas dos meses después, La Virgen del Camino llora la pérdida de un can perteneciente a esta misma estirpe, en este caso un mastín español, en un inexplicable y cruel suceso de maltrato contra los animales.

Se llamaba «Core». Quienes lo habían visto decían que era muy viejo. Algunos incluso dicen que estaba «medio ciego». Lo cierto es que, para la raza a la que pertenecía, que suele vivir unos 10-11 años de promedio, «Core» era muy veterano: ocho años. Su dueño, V. D., de 47 años, tenía todos los papeles en regla. Su mascota contaba incluso con microchip. Sin embargo, el animal tenía un «defecto»: se escapaba con frecuencia de casa. En una de las últimas ocasiones en las que Core emprendió su «fuga», V. D. pensó que ya era suficiente. Arrancó su coche, fue en su busca y acabó dando con él en un descampado, cerca de su domicilio, dentro de una zona conocida como el «paraje de la fuentina». Allí se dio cuenta de que no había traído consigo la correa. Además, no conseguía que el animal se metiera dentro del coche. Fue entonces cuando no se le ocurrió mejor idea que sacar un cable del vehículo, atar un extremo en un anclaje del asiento trasero del coche y unir el otro al cuello del animal. Su plan era trasladarlo así hasta casa.

El atestado de la Guardia Civil no refleja la velocidad a la que circulaba en aquellos momentos. Fue uno de los detalles que V. D. no precisó, o no quiso precisar, a los agentes. Pero fue lo suficientemente deprisa como para que el perro marchara al trote. De vez en cuando, iba mirando el espejo retrovisor para asegurarse de que «Core» seguía allí. En una de estas ocasiones, lo perdió de vista. «Core» ya no estaba. El perro estaba tirado en el asfalto, con la lengua fuera. Por lo general, los mastines españoles son perros muy grandes que no destacan precisamente por su velocidad corriendo. Son muy habituales en la zona de León para cuidar el ganado. Un cálculo aproximado da a entender que el recorrido del vehículo fue de entre uno y dos kilómetros. Demasiado para el corazón de «Core». Había muerto de fatiga. El pobre animal tenía las uñas desgastadas.

Hubo testigos del suceso. Una joven, que en ese momento se disponía a ir a su trabajo, contempló toda la escena. Es más: lo grabó con su teléfono móvil. «¡Lo voy a colgar en redes sociales!», le dijo al hombre, cargada de indignación y razón. Poco después, se puso en contacto con la Policía Local de Valverde de la Virgen. Debido a la naturaleza del delito, se informó al puesto de la Guardia Civil de la localidad de Armunia, donde mostró las imágenes. En la localidad se rumoreaba que las imágenes llegaron a circular por las redes sociales, pero al parecer no fue así. Entre otras cosas, porque los agentes del Instituto Armado le pidieron que no las hiciera públicas.

«¿Pero se puede saber qué has hecho?». Esto fue lo más «flojo» que escuchó V. D. en el pueblo cuando la noticia se conoció a principios de esta semana. Virgen del Camino es una localidad de 4.500 habitantes. Y el acusado es bastante conocido por haber ejercido la hostelería en la zona –antes de tener su bar había regentado otro local–. De puertas para fuera, pocos quieren comentar lo sucedido. Pero de puertas para dentro, sí ha sido censurado. El dueño de otro bar, que le tiene como cliente, lo resumía así: «No quiero hacer ninguna declaración, porque suele pasarse por aquí. Sólo te diré que yo también tengo perro y he tenido una bronca muy gorda con él». ¿Qué respondía V. D. cuando le echaban en cara lo sucedido? «No pensé para nada que le pudiera ocurrir eso», afirman algunos vecinos que dijo. Según otros, «se lo tomó como un descuido». En su perfil de redes sociales dedica varias fotos a perros de su propiedad, entre ellos un rottweiler. Eso sí, ninguna de las imágenes que pueden verse pertenece a «Core».

Según informó el «Diario de León», tras ser puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de la provincia, el acusado fue condenado con una sanción económica y una pena de tres años sin poder poseer mascotas. Además, el juez le indicó que, si se veía de nuevo envuelto en un acto similar, podía enfrentarse a penas de cárcel. Tras la modificación del Código Penal, el acusado tenía que responder por el artículo 337, que establece que aquel que «por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente» a los animales «será castigado con la pena de tres meses y un día a un año de prisión e inhabilitación especial de un año y un día a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación» con ellos, así como para su tenencia. El hecho de que el V. D. no tuviera antecedentes y de que se enfrentara a una pena inferior a dos años parece haberle bastado para eludir la cárcel. Según fuentes judiciales, se trató de una «sentencia de conformidad»: el acusado reconoció los hechos, lo que implica una reducción de un tercio de la condena. La sanción ha sido criticada en las redes sociales, que se han visto inundadas de comentarios criticando lo que consideran un castigo «ridículo»: que una persona que mata a un animal esté tres años sin mascotas y pueda volver a tenerlas en tres años, por mucho que su intención no fuera acabar con su vida... como así fue.