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El vídeo que hizo pensar que Morate tenía un cómplice

Se levanta de su asiento y camina en dirección a los andenes para coger su tren
Se levanta de su asiento y camina en dirección a los andenes para coger su trenlarazon

LA RAZÓN ha tenido acceso a los informes de autopsia que revelan un dato inquietante y hasta ahora desconocido en el caso de las chicas asesinadas en Cuenca.

Marina y Laura compartieron un terrible destino este pasado verano, las dos murieron asesinadas el 6 de agosto en Cuenca. Fueron halladas, enterradas juntas, en el nacimiento del río Huecar. LA RAZÓN ha tenido acceso a los informes de autopsia que revelan un dato inquietante y hasta ahora desconocido. Bajo las uñas de ambas se detectó material textil idéntico. En el caso de Marina se dice: «Identificación de distintos tipos de fibras, de las cuales una de color azul delustrante presenta similares características morfológicas y de color que una recogida en una uña de la mano derecha de Laura del Hoyo». Según el médico forense José Carlos Fuertes: «Con un porcentaje rayano a la certidumbre, esas fibras están en ambas uñas porque las víctimas usaron algún mecanismo de defensa ante la brutal agresión». En ese mismo sentido se expresan los firmantes de la autopsia en el documento: «El estudio de fibras textiles puede tener valor probatorio en determinados hechos delictivos que impliquen contacto físico entre dos personas. Para ello es fundamental cotejar las fibras dubitadas (las de las uñas) con las indubitadas de la ropa del presunto agresor». Ese no es otro que Sergio Morate, a quien una apresurada huida a Rumanía y las laboriosas pesquisas policiales del Grupo 1 de la UDEV Central llevaron a prisión.

El primer paso consistió en identificar la ropa que el imputado llevaba en el momento del crimen. Los agentes pidieron ayuda a Alexander, el amigo del detenido que le vio durante cinco minutos en un horario que se cree es el coincidente con el del crimen. Es decir, que el sospechoso no tuvo tiempo de cambiarse. Encontraron las ropas y compararon la composición del tejido con esos hilos rescatados de debajo de las uñas de las víctimas. El cotejo resultó negativo. Aun así, los investigadores registraron armarios y cajones buscando una prenda de la que pudiesen haberse desprendido las fibras. Tampoco hubo éxito. La misma frustrante conclusión se obtuvo al analizar los objetos textiles de la casa de Morate.

El resultado generó cierto desconcierto dentro del propio grupo investigador, que a lo largo de las pesquisas se ha planteado en más de una ocasión la posibilidad de que Sergio Morate no actuara solo. ¿Cómo pudo matar a dos mujeres sin que ninguna se defendiera?, ¿sin que nadie escuchara gritos o le arañara? Una es posible, ¿pero dos? La probabilidad es tan escasa que produce desazón. Otra de las preguntas que les ha azorado es: ¿pudo Sergio trasladar los dos cuerpos solo, sin ayuda alguna, hasta el lugar donde más tarde fueron hallados? Cuando a estas inquietantes incógnitas se le suma la presencia del mismo tipo de fibra bajo las uñas de Laura y Marina, la turbación aumenta.

Los policías de la UDEV, guiados por el instinto de decenas de casos, sometieron a Alexander a su lupa inquisidora. ¿Pudo él haber participado en el doble crimen? Revisaron las cámaras de seguridad de la estación de tren de Cuenca en uno de cuyos AVE, en el de las 17:53, llegó el día del crimen. También estudiaron las imágenes en las que, a partir de las 19:04, se le ve de nuevo en la estación, cuando compró un billete que le trasladó a Alicante. En ambos casos camiseta amarilla, pantalón corto, zapatillas negras Puma... Una vez más sometieron la ropa a pruebas para compararla con las fibras anónimas, pero tampoco esta vez les sonrió la fortuna.

¿Pudo ser que los cuerpos se contaminaran en su traslado desde la casa de Morate hasta el nacimiento del río? Allí los descubrió Arturo: «Saqué a mis perros de caza a pasear. De repente marcó con fuertes ladridos que había encontrado algo. Estaba a unos veinte metros del camino por el que iba paseando. Me acerqué, vi algo blanco y luego unos pies. Llamé inmediatamente al 112».

Los investigadores buscaron el vehículo en el que pudieran haber sido trasladadas. El 13 de agosto, horas después del hallazgo de los cuerpos, localizaron el Opel Frontera que solía usar Sergio Morate a la entrada del merendero del pueblo de Palomera. Una grúa municipal lo trasladó de madrugada, hasta dependencias policiales donde fue inspeccionado. Se buscaron huellas y sangre sin éxito. Es entonces cuando cobra relevancia el testimonio de Raúl, amigo de Sergio, y a cuyo relato ha tenido acceso LA RAZÓN: «En la mañana del día del crimen, Sergio vino a la tienda que mi hermano, mi madre y yo tenemos. Me pidió que le dejara el Seat Ibiza. Se lo presté porque somos amigos, porque ya lo había hecho otras veces y no tuve problemas y porque en el pasado él me cedió una furgoneta para hacer una mudanza. No me dijo para qué lo quería, pero sospeché que lo necesitaría porque en la parte de atrás tiene una bola de enganche para remolques», apunta Raúl, de 33 años. Por la tarde los dos coincidieron durante unos minutos a las afueras de Cuenca. «Abrió el maletero del coche que llevaba en ese momento para entregarme un navegador y no vi nada raro». Lo que ocurrió aquella madrugada es un misterio, porque, en su primera declaración, Raúl aseguró que Sergio no usó el coche porque lo vio aparcado en el mismo sitio en que lo había dejado él, en la segunda ya empezó a deslizar la posibilidad de que el vehículo había sido movido y en la última se contradijo y sostuvo las dos versiones. En cualquier caso, las alarmas de los investigadores se encendieron. ¿Pudo Morate usar ese vehículo para trasladar los cuerpos? Los especialistas de Policía Científica sometieron el vehículo a un exhaustivo examen: «Se realiza una búsqueda mediante luz forense con distintas longitudes de onda para la detección de restos o vestigios no visibles sin que se detecten elementos dignos de mención. Se aplican reactivos para el revelado de huellas, dando resultado negativo. Por último se procede a rociar el habitáculo y el maletero con Luminol no detectándose rastro alguno de sangre». Los agentes están convencidos de la culpabilidad de Morate y prometen seguir trabajando para terminar de atar el caso.