Enfermedades

Éstos son los virus que vienen

Médicos expertos en infecciosas se preparan para las enfermedades que pueden llegar este verano como la fiebre hemorrágica Crimea Congo, «el ébola europeo», la gripe aviar o el Lassa

Compartir conocimientos. Michael Jacobs, a la izquierda, lidera la unidad de Infecciosas del Royal Free de Londres, conversa con el responsable del mismo departamento de La Paz, José Ramón Arribas y con su colega turco Onder Ergonul
Compartir conocimientos. Michael Jacobs, a la izquierda, lidera la unidad de Infecciosas del Royal Free de Londres, conversa con el responsable del mismo departamento de La Paz, José Ramón Arribas y con su colega turco Onder Ergonullarazon

Desde 2013, tanto por las consultas de Medicina Tropical como en la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Carlos III (UAAN) del Hospital La Paz-Carlos III han pasado más de mil pacientes con casos sospechosos o confirmados de zika, ébola, Crimea Congo y fiebre de lassa, entre otras enfermedades emergentes. Y es que la globalización y los movimientos migratorios no han hecho más que extender virus que, hasta hace unos años, eran desconocidos para Occidente. Sin embargo, a raíz de la crisis del ébola de hace unos años, no sólo los países europeos se han tenido que poner las pilas en la formación de sus sanitarios y en la creación de unidades especializadas de aislamiento, sino que también se han dado cuenta de la necesidad de coordinarse entre departamentos de diferentes países que ha resultado muy beneficiosa.

Es por ello que La Paz ha reunido a expertos de toda España y a varias figuras importantes de otros países en un curso sobre los virus emergentes que pueden llegar este verano. «Nos hemos focalizado en virus como el Ébola, el Lassa o los coronavirus porque son de alto riesgo. Aprendimos mucho de la crisis del ébola y, por eso, cuando el año pasado tuvimos el primer caso de fiebre hemorrágica Crimea-Congo, el protocolo funcionó muy bien», afirma a LA RAZÓN José Ramón Arribas, jefe de la Unidad de Infecciosas de La Paz. Para que nuevos casos no les pillen por sorpresa, al encuentro acudió Onder Ergonul, responsable de Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Koç, en Estambul. Y es que en Turquía esta enfermedad, que se transmite a través de garrapatas, ha hecho estragos. En 2002 detectaron el primer caso y hasta el momento ya se han contabilizado más de 10.000. Esta enfermedad, «es el ébola de Europa, sobre todo en el sur y Turquía tiene una gran experiencia en ello. En España tuvisteis el primer caso el pasado verano y por eso los colegas de aquí se pusieron en contacto conmigo, para compartir mi experiencia y lo hicieron muy bien. En los últimos 15 años han muerto 500 personas en Turquía por este tipo de fiebre hemorrágica. Entre ellos, unos 10 sanitarios murieron por este ébola silencioso. Es muy importante el trabajo que están haciendo aquí porque se están preparando para el verano, para los casos que pueden llegar», afirma Ergonul a este diario.

Michael Jacobs, responsable de la Unidad de Infecciosas del Hospital Royal Free de Londres tiene mucho en común con Arribas. Por su unidad pasaron tres sanitarias con carga viral de ébola en sangre, como por la unidad de aislamiento de La Paz pasó la enfermera Teresa Romero. «Hay una diferencia importante entre Reino Unido y España, por nuestra relación histórica con África, desde los años 70 tenemos unidades especiales para tratar a las personas que llegan de las antiguas colonias. El ébola no era nuevo para nosotros, aunque no le habíamos prestado atención desde hacía años», explica a este diario. Su equipo, junto al de Arribas, fueron midiendo cómo el antiviral experimental o el suero de convaleciente iban funcionando. «Lo que consiguieron aquí fue excepcional», añade. Por su unidad también pasa un virus que a los españoles nos suena desconocido: el Lassa, otro tipo de fiebre hemorrágica, muy peligroso. « Es inevitable de que de tiempo a tiempo lleguen estas enfermedades», añade.

Pero sin duda, en lo que coinciden los tres es en los peligros que entrañan los virus que se transmiten a través del aire. «La gripe aviar es un verdadero desafío para el que debemos estar preparados. Tiene una alta tasa de mortalidad, aunque no se transmite muy bien de humano a humano, pero lo puede hacer», asevera Jacobs. «Es una de nuestras mayores preocupaciones, por eso debemos llevar una monitorización estrecha», añade Arribas. «Los virus de la gripe no dejan de mutar y debemos tener cuidado», concluye Ergonul.