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«He invertido hasta lo que no tengo con vistas al almacén nuclear»

Luis María Bilbao, ante la fachada del hostal que abrió en la localidad conquense de Villar de Cañas
Luis María Bilbao, ante la fachada del hostal que abrió en la localidad conquense de Villar de Cañaslarazon

Luis abrió su negocio ante el impulso del ATC en Villar de Cañas y otros vecinos del pueblo ya trabajan gracias al proyecto. Page pretende frenarlo y Medio Ambiente dice que decidirá Europa.

Durante toda su vida laboral, Luis María Bilbao había trabajado como ilustrador para un buen número de empresas de toda España. Sin embargo, la crisis azotó su sector y se quedó en paro. Su mujer, que llevaba 25 años en activo como abogada, corrió la misma suerte. Con dos hijos pequeños que alimentar, ambos se vieron envueltos en una situación que les era desconocida. Pero, tras dos años en el paro, Luis se cargó de optimismo y a sus 53 años decidió confiar su destino a una sola carta: «Mi madre compró una casa en Villar de Cañas hace 13 años. Nos planteamos arreglarla y convertirla en hostal con vistas al ATC que se va a construir en el pueblo». El septiembre pasado, el proyecto en el que había hecho partícipe a toda su familia –incluso a su madre, quien fue su avalista–, se hizo real y abrió el hostal «Un rincón en La Mancha» para continuar, según defiende, la tradición de las gentes del pueblo de «recibir al forastero con los brazos abiertos».

La oportunidad estaba a la vista. La apertura del local coincidió con la construcción de nuevas carreteras de la zona y del vivero de empresas de la localidad. Desde entonces han estado casi al completo, aunque Luis reconoce ahora están «más flojos» por el amago de paralización del proyecto del almacén nuclear. «Tengo una gran esperanza puesta en que se va a hacer el ATC porque me he metido en una trampa con el banco durante 15 años de la que no sé cómo podré salir si al final no se construye. He invertido hasta lo que no tengo por el ATC, pero ha quedado muy bonito. Es una nueva vida que afrontamos con ganas y con ilusión», comenta optimista.

Para su familia, la votación del Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear el pasado lunes, en la que se aprobó el informe vinculante que da un empujón al proyecto de instalación de una central de Almacenamiento Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas, supuso una gran alegría. En el pueblo, Luis comparte su alegría con muchos vecinos de esta localidad de menos de medio millar de habitantes situada en la mitad oeste de la provincia de Cuenca. «La aprobación es la solución de Villar de Cañas y de toda la comarca, nos ha dado la vida», admite José María Saiz, alcalde del pueblo. Según el regidor, un total de 150 puestos de trabajo se crearán una vez estén terminadas las instalaciones y otras 100 personas se emplearán durante las obras de construcción.

Como la gran parte de las pequeñas localidades del interior del país, la población de Villar de Cañas está envejeciendo paulatinamente. Los jóvenes salen de la provincia para estudiar y, una vez formados, no retornan para buscar trabajo. Pero los efectos sobre la actividad del pueblo se han anticipado a la apertura del almacén. «La construcción de carreteras era algo muy necesario. Hay mucha gente que ahora está trabajando en las carreteras. Si no fuera por el ATC, muchos seguirían en paro. El proyecto está permitiendo que la gente tenga más oportunidades», explica Alejandro Pernías, un villardecañero integrante de la Plataforma Sí Queremos el ATC en Villar de Cañas.

Sin embargo, el anuncio realizado ayer por el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha de extender la superficie de terreno dentro del espacio Red Natura en la Laguna del Hito podría suponer una traba para que el combustible nuclear gastado y otros residuos radiactivos sean guardados en Villar de Cañas. Según la decisión de dicho organismo, se pasaría de 1.000 a 25.000 hectáreas protegidas, lo que impediría realizar «cualquier transformación sensible de la realidad física o biológica del entorno» y, consecuentemente, continuar con el proyecto del almacén al encontrarse su parcela dentro del espacio comprendido dentro del plan.

La medida, que ha cogido a contrapié a toda la comarca, está dentro de las competencias de la comunidad autónoma, pero, según afirman fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, «hasta que no se disponga de más datos e información detallada de lo que proponen no se podrán determinar los efectos que tendrá esa decisión sobre las actividades que se pretendan desarrollar». Será entonces cuando la Comisión Europea tenga que dar el visto bueno a la ampliación de la zona protegida.

«No asimilo que mi presidente pueda declarar zona ZEPA 25.000 hectáreas una zona en la que no hay ni una grulla. El almacén conlleva 1.000 millones de euros de inversión en Villar de Cañas y una asignación de seis millones repartidos en varios pueblos durante los 70 años de vida útil del almacén. Esto demuestra el interés que García Page tiene por Cuenca y por la comarca», defiende el alcalde de la localidad. Y es que el movimiento realizado por el Gobierno regional parece responder a una acción meramente formal. Ante este escenario y la necesidad imperante del almacén para albergar el excedente de residuos, el Gobierno central tiene la potestad para declarar el proyecto del ATC de interés nacional, primando así la voluntad de muchos vecinos de la comarca afectada. «Sabemos que decisiones a la ligera, como la del Gobierno autonómico, son de cara a la galería. Y nosotros llevamos mucho tiempo esperando», sostiene Pernías, confiado en que su pueblo contará con un almacén nuclear.