Igualdad de género

«Hemos dimitido de educar en casa»

Fue una de las conclusiones de la mesa redonda celebrada en LA RAZÓN, que reunió a cinco profesionales para hacer balance de la Ley de Igualdad diez años después de su aprobación

José Luis Casero, Marta Pastor, María Jesús del Barco, Ana Muñoz y Manuel Julia Martínez
José Luis Casero, Marta Pastor, María Jesús del Barco, Ana Muñoz y Manuel Julia Martínezlarazon

Fue una de las conclusiones de la mesa redonda celebrada en LA RAZÓN, que reunió a cinco profesionales para hacer balance de la Ley de Igualdad diez años después de su aprobación.

Empoderar a la mujer, mejorar y presupuestar sin demora la legislación vigente, educar a las generaciones presentes y futuras en la igualdad, y concienciar a la sociedad de que la corresponsabilidad entre hombres y mujeres es la llave para alcanzarla. Éstas fueron las principales conclusiones a las que se llegó en la mesa redonda titulada «Diez años de la Ley de Igualdad», celebrada en la sede de LA RAZÓN.

En ella intervinieron cinco profesionales que hicieron balance del impacto y resultados de dicha norma cuando se cumplen diez años de su aprobación: Marta Pastor, directora y presentadora del programa «Ellas pueden», de Radio 5; José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles; María Jesús del Barco, portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) y magistrada del Juzgado de Primera Instancia Número cuatro de Madrid; Ana Muñoz, directora de la Fundación Integra, y Manuela Julia Martínez, presidenta del Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid (CAF).

La Ley de Igualdad, aprobada en 2007 por el Gobierno de Zapatero, nacía con el ánimo de «alcanzar una perfecta igualdad que no admitiera poder ni privilegio para unos ni incapacidad para otros». Así lo recogía, aludiendo a una frase del filósofo inglés John Stuart Mill, en su prólogo. Una década después, sin embargo, tres de cada diez empresarios siguen prefiriendo contratar a hombres en lugar de mujeres y los puestos que ellas ocupan en los consejos de administración distan de lo previsto.

Con estos datos sobre la mesa, ¿hemos roto la brecha?, ¿hay mayor igualdad que hace 10 años? «La Ley de Igualdad se aprobó, pero ni se ha desarrollado ni presupuestado», subrayó Pastor. «Así, llegamos a 2018 con un repunte en violencia de género, machismo y estereotipos; no hemos hecho sino normalizar la desigualdad», añadió. No obstante, recordó que con el recién aprobado Pacto de Estado contra la Violencia de Género «tenemos la oportunidad de recuperar el tiempo perdido», aunque lamentó que «la composición peculiar del Estado vaya a retrasar su implantación», en alusión a una previsible falta de acuerdo entre Administración Central y las Comunidades Autónomas. «En ese tiempo, muchas mujeres pueden morir», sentenció.

Machismo sutil

Sobre el aumento de violencia de género, tildó de alarmante que «pese a las 40.000 órdenes de alejamiento dictadas este año y a las más de 40 muertas, siga utilizándose el argumento de la denuncia falsa, cuando sólo una de cada 20.000 lo es». «Hay hombres que dicen ser denunciados falsamente, pero lo preocupante es que muchos ni siquiera son conscientes de estar ejerciendo violencia», enfatizó. En este sentido, «también hay que educar al hombre, no sólo en la cuestión de la violencia, sino también en la laboral», defendió en referencia a la paridad en los puestos de trabajo. «Hay que decirles que no vamos a robarles nada, sino que se trata de compartir». Al respecto, urgió a las empresas «a dejar de presionar a sus empleadas por el hecho de tener hijos, cuando los hombres, sólo por lesiones deportivas, solicitan hasta tres bajas al año», señaló.

La presentadora continuó haciendo referencia «a un nuevo machismo, muy sutil, que es el que están aprendiendo los niños». En este sentido, subrayó que «hemos dimitido de educar en casa» y reprobó el «utilitarismo» que, desde sectores como el marketing, hacen de la mujer. Puso como ejemplo el caso de las llamadas «it girls», «término que ya de por sí es vejatorio, pues “it” en inglés se refiere a cosa o algo neutro», argumentó.

Casero coincidió con Pastor en que «la mujer sigue siendo penalizada en su ascenso profesional por tener hijos» y suscribió el fenómeno del «machismo sutil». «Aunque con los años, el machista se haya retraído porque está mal visto en la sociedad, se ha generalizado un posmachismo ejercido por una minoría, el que alega las denuncias falsas o el que “ella iba provocando” en casos como el de la Manada», afirmó.

Respecto a la incorporación de la mujer en el mercado laboral, aseguró que «es algo que ya fue asumido hace mucho tiempo, por eso la siguiente revolución ha de ser la de la corresponsabilidad», en otras palabras, «hombres corresponsables favorecen más la igualdad». No obstante, señaló que aún queda para alcanzarla y puso como ejemplo los resultados publicados por la Encuesta de Empleo del Tiempo (EET), que revela que la mujer sigue siendo las que más tiempo dedica al hogar, con una diferencia del 70% respecto al hombre.

Pastor se adhirió a la importancia de la corresponsabilidad, pues «igualdad también significa devolver a los hombres aquello de lo que han sido privados, como disfrutar más de los primeros meses de vida de sus hijos», dijo en alusión a la conciliación compartida.

De este modo, prosiguió, «en un momento en que el índice de suicidios masculino sigue siendo mayor que el femenino, crearíamos, además, una sociedad más feliz, en la que él se desprendería del peso de tener que cumplir con el ideario social de ser único y más fuerte proveedor de la familia», argumentó.

Corresponsabilidad

Del Barco también se mostró a favor de la corresponsabilidad, pues «las mujeres somos las que seguimos llevando el peso del hogar», y sentenció que «yo sé ya conciliar, ahora quiero que también lo haga mi marido». En su opinión, la brecha no se ha roto, entre otras cosas «porque la Ley de Igualdad está planteada para empresas de 250 trabajadores y no para los pequeños negocios». En estos casos, sostuvo, «es donde tiene que estar el estado del bienestar». Su balance fue que «la igualdad, en definitiva, necesita dinero y mientras no se invierta en ella no funcionará». Y, sobre la falta de acuerdo entre Gobierno y las Comunidades respecto a la ley, señaló que la solución sería que sólo fuese regulada por el Estado central.

Asimismo, la magistrada advirtió de cómo la televisión distorsiona la visión de los jóvenes sobre la igualdad, «con programas donde la mujer es un mero objeto de cambio». No obstante, defendió que la solución no es la imposición, sino la autorregulación de las propias cadenas.

Por otra parte, hizo mención a la desigualdad entre España y otros estados en lo que a permisos de paternidad y maternidad concierne. Algo en lo que coincidió Muñoz, que, en cambio, señaló que en países del norte de Europa, como Noruega, no existen leyes contra la violencia de género porque «son sociedades tan igualitarias que se niegan a hacer normas exclusivamente para la mujer»,. «Consideran la violencia una lacra hasta el punto de que no quieren visibilizarla», añadió. La directora de la Fundación Integra recordó que en España sigue habiendo un gran número de denuncias por violencia machista (42.689 en el segundo trimestre de este año) y que «todavía queda mucho por hacer en el ámbito de la formación del personal que atiende a las víctimas, desde el sanitario al judicial», destacó.

Por su parte, Martínez sostuvo que «estamos echando toda la culpa al género masculino, pero muchas veces el problema lo tenemos nosotras, que no nos ponemos en valor». Se mostró también a favor de la corresponsabilidad y, de este modo, no consideró que «el hombre nos vean como usurpadoras de sus puestos de trabajo, sino como compañeras de equipo».

En este sentido, también abogó porque los permisos de paternidad fuesen obligatorios, que no hubiera opción a elegir, y al respecto planteó la siguiente pregunta: «¿Por qué el 14,2% de los padres renunció en 2015 a los 15 días de baja que les correspondía por paternidad?».

En cuanto a la influencia de la televisión, enfatizó que «no todo está en manos de un tercero» y que «hay que educar en casa». «La cuestión es un reflejo de la sociedad, porque si la gente no viera ese tipo de programas, no estarían en antena», concluyó.

Un problema de todos

Pastor denunció que los medios no suelen mostrar el rostro de los asesinos de mujeres maltratadas, «de ahí que la sociedad no llegue a interiorizar el peligro». Muñoz reprobó que «desde la televisión sólo incidan en la denuncia, cuando muchas no pueden hacerlo». En estos casos, prosiguió, «hay que ayudarlas a buscar alternativas y es aquí donde el Pacto de Estado debe funcionar».

Martínez incidió en que «la violencia machista es un problema de todos» y mencionó un convenio sobre sensibilización en las comunidades de propietarios que el CAF mantiene con el Consejo General del Poder Judicial: «Un 10% de los casos son denunciados por vecinos de la víctima; si ellas no se atreven, hagámoslo nosotros», concluyó.