Incendios

Arde una nave con productos tóxicos en Guadalajara

La empresa de reciclaje de Chiloeches, en Guadalajara, no cumplía con los requisitos de seguridad y se cerró por «actividad clandestina»

Una gran columna de humo se aprecia en el horizonte desde la zona norte de Madrid
Una gran columna de humo se aprecia en el horizonte desde la zona norte de Madridlarazon

Una inmensa nube negra desata la alarma entre los vecinos de la zona w Preocupación por el vertido de líquidos que amenaza el río Henares

A última hora de ayer, el aguacil del Ayuntamiento de Chiloeches (Guadalajara) regresaba al Consistorio para ofrecer las últimas novedades del incendio de la nave de reciclaje de residuos químicos que ardía desde la madrugada anterior. «Está controlado, pero aún está ardiendo bastante material», afirmó a los trabajadores del ayuntamiento. Mientras, los más más de 3.300 vecinos de la localidad siguen observando, desde sus casas, como la columna de humo va cambiando de color en función del vertido que arde. «A primera hora era completamente negra, a media tarde ha ido tomando un color más amarillo y ahora ya tiene un tono más parecido a la ceniza», explica Mariano, uno de los funcionarios del Ayuntamiento, a este diario.

No es que en el Consistorio temieran que esto pudiera ocurrir, pero sí que, a lo largo de los últimos años, han tenido varios problemas con esta empresa de reciclaje. Hasta tal punto de que, tras varios requerimientos, el Ayuntamiento decidió el pasado 17 de junio clausurar la planta de reciclaje de productos químicos «por actividad clandestina» y «por no disponer de licencia de apertura o autorización de puesta en funcionamiento para el ejercicio de su actividad», así como por «incumplimiento de normativas medioambientales y de seguridad», extremo que fue publicado en el Boletín Oficial de España (BOE) del 14 de julio de 2016. «La empresa solicitó una licencia especial para tratar productos más peligrosos de los que reciclaban y tras varias inspecciones se les denegó», argumentan desde el Consistorio de la localidad. «No cumplía con los requisitos», concluyen. La actividad clandestina a la que se hace referencia coincide con una denuncia interpuesta ante la Guardia Civil, de forma paralela a la inspección del Ayuntamiento, por un particular, por la que agentes del Instituto Armado «vigilaban la nave» desde su cierre. Ayer, mientras el local ardía, «los dueños no aparecieron ni por el ayuntamiento ni por la nave», afirman desde el Consistorio.

Lo que más preocupa a los vecinos es la nube tóxica que, en función de los cambios en la dirección del viento, puede acercarse o alejarse a la localidad. «Los medidores móviles que se han colocado por la mañana no han mostrado que exista ningún valor alarmante», afirma Mariano, pero sí es cierto que los habitantes, desde que el fuego se iniciara pasadas las cuatro de la madrugada, «olían a plástico y a disolvente». Y es que la nave sobre todo tiene productos de pintura y aceites. Todos inflamables. Lo que sorprende a los vecinos es la hora de inicio del incendio porque «la noche no fue calurosa, todo lo contrario, más bien fresca. Además, a esa hora no suele haber actividad en el polígono», sostiene Mariano.

Además de la nube tóxica, el otro problema que preocupa a los responsables del municipio es la posibilidad de que los vertidos lleguen al río Henares, ya que la empresa está muy cerca de un arroyo que desemboca en sus aguas. El alcalde de Chiloeches, Juan Andrés García, aseguró ayer a Ep que además del amplio operativo antiincendios que trabaja para sofocar las llamas de la planta de reciclaje de residuos químicos, hay efectivos trabajando en construir «un dique de contención» para evitar un posible vertido. Asimismo, ayer por la tarde 12 vehículos y 28 personas de la Unidad Militar de Emergencia se trasladaron a la localidad alcarreña para ayudar en las labores. Y es que aún se desconocen las causas del incendio.

«Que no sean otra vez los neumáticos»

En el Ayuntamiento de Chiloeches lo primero que preguntaron era si la nave calcinada era la que había recogido los neumáticos que no habían ardido en el incendio de Seseña. «Sólo esperábamos que no ocurriera otra vez», dicen desde el Consitorio.