Brote de ébola

Javier Limón se niega a dar las llaves a la Comunidad para desinfectar su casa

Javier Limón, marido de Teresa Romero, en su habitación del Carlos III
Javier Limón, marido de Teresa Romero, en su habitación del Carlos IIIlarazon

La casa sigue tapiada con una plancha de pladur. Así quedó después de que los bomberos echaran la puerta abajo para sacrificar al perro de la pareja.

La casa de Teresa Romero y Javier Limón sigue tapiada con una plancha de pladur. Así quedó después de que los bomberos echaran la puerta abajo tras conseguir una orden judicial para poder entrar y sacrificar al perro que tenía la pareja y después de que el cerrajero se negara a abrir la puerta.

La casa fue pulverizada con lejía para eliminar los restos de ébola cuando se llevaron al animal, lo mismo que los portales, escaleras y ascensores del acceso de la urbanización en la madrileña localidad de Alcorcón. Después, y ante la inquietud vecinal, fueron limpiados a fondo los ocho portales de la urbanización con cargo a la Comunidad de Madrid. Pero ya han pasado 19 días desde que Teresa Romero fue ingresada en el hospital Carlos III por tener los síntomas del virus y la casa sigue sin limpiar. Javier Limón se resiste a dar las llaves de su casa para que alguien entre a hacer algún tipo de desinfección sin estar él presente, comentaron a este periódico fuentes próximas a Limón. Se ha negado a hacérselas llegar a la Comunidad de Madrid, a pesar de que se ha puesto a su disposición para hacer estos trabajos de forma completamente gratuita.

Limón está muy molesto después de que los bomberos echaran abajo el pasado día 8 de octubre la puerta de su vivienda con una orden judicial para sacrificar a su perro y las tensiones con la Comunidad de Madrid son evidentes, después de los múltiples anuncios que han hecho tanto él mismo como la portavoz familiar, Teresa Mesa, de que se va a querellar con la Administración autonómica.

¿Casa libre de virus?

Los planes de Limón nada más salir del hospital el próximo lunes, cuando está previsto que reciba el alta, son pasarse por su domicilio para comprobar que todo sigue en su sitio. Y así es. Nadie ha entrado en la vivienda durante su ausencia a pesar de que se han difundido informaciones falsas en relación a que se habían quemado colchones. Tan sólo el Ayuntamiento de Alcorcón ha pedido ya medidas de la puerta de su casa para reponérsela.

La intención del marido de Teresa, que además es el presidente de la comunidad de vecinos, es dar el mismo lunes una rueda de prensa y ya ha contactado con una empresa de limpieza para que realice las labores de desinfección. Luego, prevé repercutir los gastos «a quien corresponda», dijeron fuentes próximas a Limón, consciente de que no puede dormir en su domicilio hasta que no se realicen esas labores.

Después de supervisar la vivienda, piensa marcharse unos días a casa de su madre o de un familiar. Hoy su casa sigue con las ventanas abiertas y algún vecino ha denunciado malos olores, posiblemente por los excrementos del animal.