Brote de ébola

La mortalidad baja a un 20% en los países desarrollados

La Razón
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A pesar de los avances técnicos, no son tantos los que se han dado con respecto al tratamiento contra este virus que sigue siendo una incógnita. «Miguel y Manuel vinieron muy enfermos, sobre todo Manuel, y por eso las medidas de soporte no funcionaron. Con Teresa llegamos antes», explica De la Calle. «Lo único que tenemos claro hasta ahora es que debemos evitar que el virus se coma los órganos. Lo primero que ataca es a los glóbulos blancos y, si anulamos esta embestida, el propio organismo genera anticuerpos». La anticipación es la clave. «Con los casos que hemos tenido tanto en España como en Alemania y Estados Unidos podemos decir que la mortalidad por ébola en los países desarrollados es del 20 por ciento. Gracias al tratamiento de soporte ya no es un virus tan mortal», añade Arribas.

Pero, ¿y en que punto está el desarrollo del ZMapp que se administró a Pajares o del Favipiravir que recibió Teresa? El primero generó «una reacción muy agresiva en el organismo del misionero», recuerda De la Calle, «pero no sabemos si fue por la dosis». Y es que al ser medicamentos experimentales, la cantidad administrada la iban midiendo en función de las reacciones del enfermo. «El ensayo de este tratamiento sigue en marcha y es prometedor, pero con el descenso del número de casos en África puede que las investigaciones no concluyan», señala Arribas. La investigación del antiviral que recibió la auxiliar de enfermería «también está dando señales de eficacia», pero sin duda uno de los que mejores resultados está dando es el suero de convaleciente, como describió este equipo médico en la revista «The Lancet» en el que también narran cómo lo combinaron con Favipiravir y salvaron la vida de Teresa Romero. Es más, a raíz de la utilización de este plasma, «se ha creado una red europea de stock de este suero, por si aparece algún caso en cualquier país de Europa, que se pueda recurrir a él», anuncia Arribas.