Guardia Civil

La única defensa del asesino del guardia civil: «Soy menor»

Ninguno de los cuatro jóvenes de Barbastro que viajaba en el vehículo mostró signos de arrepentimiento por la muerte del agente.

El funeral del policía ayer en Barbastro, al que acudió el ministro del Interior
El funeral del policía ayer en Barbastro, al que acudió el ministro del Interiorlarazon

Ninguno de los cuatro jóvenes de Barbastro que viajaba en el vehículo mostró signos de arrepentimiento por la muerte del agente.

Eran primos, menores, ninguno tenía carné de conducir y «habíamos salido a pasear con el coche». A. J., el conductor de 17 años del Opel Astra que se cobró la vida del guardia civil de 54 años José Antonio Pérez tras saltarse un control de alcohol y drogas en Barbastro (Huesca), conducía bajo los efectos de las drogas. No era la primera vez que lo hacía. Había cogido el coche a su padre, con antecedentes delictivos y también consumidor de estupefacientes. A.J. se había casado a los 12 años por el rito gitano con su prima (ahora de 17), que viajaba como copiloto en el momento del siniestro y con la que tiene un hijo. En la parte trasera del vehículo viajaba otra pareja de 14 años, también familia. José Antonio les dio el alto a las 19:35 del viernes en la rotonda de intersección entre la N-240 y la N-123, a las afueras de Barbastro (Huesca), un lugar donde habitualmente suele estar la Guardia Civil para practicar este tipo de controles preventivos.

José Antonio extendió por la ventanilla a A. J. un test de drogas, «momento en el que los ocupantes del vehículo aprovecharon para agarrar con fuerza por los brazos al agente hasta introducirle en el coche. El conductor arrancó en ese momento y se dio a la fuga con el agente dentro hasta chocar frontalmente a los pocos metros con un Audi Q7 en el que viajaba una familia. La fuerza de la colisión provocó que el agente saliera despedido del Opel y recibiera un fuerte golpe en la cabeza al impactar contra el asfalto, lo que le causó la muerte casi de manera instantánea. El conductor del Audi resultó herido de gravedad», relatan fuentes del Instituto Armado.

«¿Por qué agarró al agente por los brazos y se dio a la fuga?», preguntó el fiscal a A. J. «No lo sé... soy menor», respondió sin ofrecer ninguna otra explicación y sin dar muestras de arrepentimiento ni nerviosismo. El menor primero comenzó contando al fiscal que él no conducía el coche, sino otro familiar... pero acabó derrumbándose hasta reconocer la autoría. Todos fueron detenidos por la Guardia Civil unas horas después de lo ocurrido.

Tras el impacto con el otro vehículo los cuatro jóvenes abandonaron el coche. El conductor y su mujer se escondieron tras la bionda de la carretera. Otro de los ocupantes, de 14 años, permaneció escondido en un trastero toda la noche a pesar de que tenía una pierna rota, mientras que la otra ocupante, también de 14 años, acudió a casa de un familiar. Sufrió una lesión en el hombro a la altura del cinturón de seguridad, por lo que acudió al hospital y contó que había tenido un accidente de circulación. Eso puso sobre la pista a la Guardia Civil, que no tenía constancia de ningún otro siniestro que no fuera aquel. Localizó a la menor, que relató una historia increíble a los agentes: un coche la había atropellado y, al ir distraída consultando el teléfono móvil, éste se le clavó en el hombro. Ayer, el juez de menores de Huesca decretó el internamiento en un centro de menores en régimen cerrado del conductor que causó la muerte del guardia civil. El magistrado tuvo en cuenta la gravedad de los hechos al ser autor de un homicidio, a lo que habría que añadir otros delitos relacionados con la seguridad vial: conducción temeraria, circular sin el correspondiente permiso e ir bajo los efectos de las drogas. Los otros tres menores, sin embargo, ayer ya se encontraban en sus casas. Fueron puestos bajo la custodia directa de sus progenitores, aunque permanecen a disposición de la Fiscalía mientras se determina su grado de participación.

A José Antonio, un agente muy conocido en la localidad , deportista y corpulento, le quedaba sólo un año para jubilarse en la Guardia Civil y pasar a la reserva activa. Ayer, el ministro del Interior le puso, a título póstumo, la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil.