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Lo que dirá «La manada» al juez tras casi 500 días en prisión: «¿Cómo se declaran?: Inocentes»

Los cinco jóvenes acusados de violación declararán sólo al final del juicio y algunos SMS quedarán excluidos.

Los cinco sevillanos acusados de violar a una joven madrileña de 18 años en los San Fermines de 2016 declararán ante el juez el próximo 13 de noviembre en Pamplona
Los cinco sevillanos acusados de violar a una joven madrileña de 18 años en los San Fermines de 2016 declararán ante el juez el próximo 13 de noviembre en Pamplonalarazon

Los cinco jóvenes acusados de violación declararán sólo al final del juicio y algunos SMS quedarán excluidos.

«Se le acusa de un delito de violación, ¿cómo se declara?», preguntará el juez uno por uno a los cinco acusados. «Inocente, señoría», responderán. «Muy bien, pues ahora acompañen ustedes al oficial a una sala adjunta donde podrán seguir la declaración de la joven que los denunció a través de una pantalla», ordenará el Presidente de la Sala. «Ustedes serán interrogados el último día del juicio». Así arrancará el lunes 13 de noviembre el juicio contra «La Manada», los cinco jóvenes sevillanos detenidos durante los San Fermines de 2016.

Hasta ahora los acusados habían sido interrogados siempre y sin excepción, en primer lugar. Miguel Carcaño, José Bretón, Santiago del Valle o Francisco Medina –al que se juzga estos días por el doble crimen de Almonte– abrieron sus respectivos juicios. Sin embargo, en un auto novedoso y pionero, los tres magistrados de la Audiencia Provincial de Navarra le han dado la vuelta a la estructura de la vista oral. La primera en responder a las preguntas de la acusación y la defensa será la chica madrileña que presentó la denuncia. Aunque todavía no se ha decidido, con toda probabilidad la joven lo haga a puerta cerrada. Sólo estarán presentes los tres magistrados, el fiscal, los abogados y ella. Lo harán así para que los acusados, en una sala aparte, eviten mantener cualquier contacto visual que pueda intimidarla durante su interrogatorio.

Su primera declaración describe los momentos a la presunta agresión así: «Vine de Madrid con mi amigo Rubén. Llegamos sobre las 18:30 del 6 de julio. Aparcamos el coche en el casco viejo y fuimos al concierto de la Plaza del Castillo. Rubén se fue a dormir y me quedé sola. Me senté en un banco donde había un chico hablando con otros tres que estaban de pie. Nos pusimos a hablar. Se notaba por el acento que eran sevillanos. En un momento dado les anuncié que me iba a dormir. Se ofrecieron a acompañarme al coche. Iban tres por delante. Se dirigieron al hotel Leire. Es cierto que me habían dicho que dormían en un coche, pero no me extrañó que acudieran al hotel aunque no me dijeron para qué lo hacían. Allí el vigilante de seguridad se negó a dejarles entrar porque no estaban en la lista de clientes. Hubo un momento en el que las actitudes de los cuatro chicos me empezaron a molestar: cómo me agarraban del hombro, cómo me abrazaban, etc. Así que les dije que seguía sola, pero ellos insistieron en acompañarme». Es a partir de este instante donde ella denuncia que se tuercen los acontecimientos: «Íbamos caminando y una chica ha abierto un portal. En ese momento el chico que iba conmigo me ha metido dentro. Me intenté zafar, pero no he podido. Además otro me tapaba la boca y no podía gritar. Dentro del portal me han rodeado los cuatro, me han tirado al suelo y me han soltado el sujetador». La declaración continúa describiendo los detalles de lo que ocurrió a continuación. La consistencia de su testimonio y los vídeos que se grabaron durante la presunta agresión serán, sin duda, la clave del proceso.

El orden de las testificales no es la única decisión controvertida de los magistrados que dictarán sentencia. También han resuelto que no valdrán como pruebas y, por tanto, quedan excluidos del juicio, todas las grabaciones de voz, mensajes de texto o vídeos contenidos en los teléfonos que los acusados entregaron el día de su detención que tengan fecha anterior al día 7 de julio, que es cuando ocurrieron los presuntos hechos. El juez instructor había hecho mucho hincapié en dos muy concretos que ahora van a quedar excluidos. Los grabó Alfonso, el militar, el 1 de julio y los compartió en el chat de La Manada. El primero dice así: «Quillo follarnos una gorda entre los cinco en San Fermín sería apoteósico. Es que os digo otra cosa, prefiero eso a follarme a un pepino de tía yo solo. Yo prefiero una gorda entre los cinco». En el segundo se le escucha decir: «En Pamplona vamos a pelísimo sin hotel ni nada. En Pamplona las ideas claras, buscar gorditas con casa. Gorditas pamplonicas y vámonos que nos vamos».

Durante la instrucción de la causa la Fiscalía sostuvo que de estos audios se podía colegir que los cinco sevillanos habían planificado buscar alguna «gorda» para violarla. Sin embargo, al excluir estas notas de voz del procedimiento, los propios magistrados sobre los que recae la responsabilidad de dictar sentencia se han cargado de un plumazo las pruebas que sostenían la tesis de la planificación.

Por otro lado las partes deben decidir si quieren un juicio cerrado, para evitar a los medios de comunicación, o público –como suelen ser todos–. «A nosotros nos interesa una vista pública», anuncia Agustín Martínez, abogado de tres miembros de La Manada. «No tenemos nada que esconder, nada. Luz y taquígrafos y que se vea cuál es la verdad».