Asuntos sociales

Los jóvenes piensan que sus hijos van a vivir peor que ellos

La fundación SM y la Fad, publican un estudio sobre la evolución de este segmento de la población en España en los últimos 40 años.

Agrupación de jóvenes en unas fiestas municipales practicando el «botellón» en el parque del Oeste
Agrupación de jóvenes en unas fiestas municipales practicando el «botellón» en el parque del Oestelarazon

La fundación SM y la Fad, publican un estudio sobre la evolución de este segmento de la población en España en los últimos 40 años.

La fundación SM y la Fad, a través del centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud, publicaron ayer un estudio sobre la evolución de la juventud española en los últimos 40 años titulado «Protagonistas y espectadores, un retrato de la juventud española desde sus discursos individuales y colectivos». El informe ha contado con la participación de Eusebio Megías, asesor del centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud; Javier Elzo, catedrático emérito de la Universidad de Deusto; Almudena Moreno, profesora titular de la Universidad de Valladolid; Ignacio Megías, socio fundador de Sociología Tres; Juan María González-Anleo, investigador de la Fundación SM y Ana Rubio y Patricia Tudela, técnicas de investigación del centro reina Sofía, entre otros.

En la presentación del mismo, Javier Palop, director ejectivo de la Fundación SM, explicó que la intención del informe es « mejorar nuestra sociedad y aportar valor a la visión que tiene respecto a los jóvenes, además de mejorar, profundizar y analizar qué es lo que ocurre con nuestros jóvenes. En definitiva, ayudar a tomar conciencia a la sociedad adulta de que los jóvenes son lo que es en realidad la sociedad, es decir, no emergen de la nada, sino que son hijos de otras generaciones anteriores». Algo muy importante, continúa Palop, ya que «lo que vivimos en nuestra etapa de juventud condiciona a los ciudadanos que vamos a ser en nuestra etapa adulta, y así sucesivamente».

El problema del desempleo

La públicación consta de dos volúmenes. El primero, «Una mirada longitudinal sobre la juventud española», que da respuesta a cómo han ido respondiendo a los hitos históricos de los últimos cuarenta años que han supuesto un impacto social transformador en la juventud española. «Nuestro interés no es hablar de historia», aclara Palop, «es comprender de dónde venimos, pues es imposible hablar de nuestro futuro si no comprendemos bien esto». El informe abarca la revolución cultural y política de la Transición, la desregularización laboral, el estallido de la burbuja económica y la crisis subsiguiente y el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las dinámicas relacionales. Desde la perspectiva de los factores estructurales el elemento más significativo, sin duda alguna, es el problema de empleo. Especialmente acentuado desde la desregulación del mercado laboral que se produjo en 1984. Que supuso la institucionalización de la precariedad y la volatilidad en el empleo juvenil, modificando sustancialmente los proyectos de vida, asumiendo la quiebra del Estado de Bienestar y la parálisis del «ascensor social». Así, es la primera generación, desde hace décadas, que cree que sus hijos vivirán peor que ellos.

Nuevas formas de diversión

La presencia, sobre todo en los años 80, de cambios drásticos en los referentes sociales y en el contexto político, junto con el acceso a una mayor libertad, facilitaron la construcción y desarrollo de nuevos modelos de ocio, acentuados por la búsqueda de identidad propia y el conflicto generacional. Fue una forma de ocio que absorbía, literalmente, los ingresos procedentes de empleos precarios e irregulares, insuficientes para transitar las exigencias de la vida adulta. Este modelo fue rápidamente estigmatizado por la sociedad por sus excesos y por incorporar elementos de riesgo cómo el consumo abusivo de alcohol y drogas. Todo esto facilitó que se implementara una representación de la juventud como una etapa despreocupada, hedonista, ajena a las responsabilidades.

El segundo volumen, «Los discursos de los jóvenes españoles», analiza el momento presente para poner en valor su papel como actor cultural, político, tecnológico, ético y económico. En este contexto, la juventud vive en la incertidumbre de proyectar su vida a largo plazo, y en la inseguridad, tanto laboral como económica y emancipatoria, lo que provoca la necesidad de reducir al máximo las probabilidades de frustración y desengaño. En la esfera personal, ante la precariedad laboral se recuperan los procesos formativos, la juventud emigra en busca de nuevas oportunidades, se refugian en la familia, limitan sus aspiraciones y renuncian a tener hijos. Reivindicando los valores tradicionales (esfuerzo, moralidad, prudencia...) en contraposición al hedonismo de etapas anteriores. Frente a estos argumentos, hay temas como el feminismo, el ecologismo y la diversidad en los que se considera que se han producido avances en relación directa con los valores, donde son los grandes protagonistas.