Sociedad

Mauri, la madre «original»

Rara, distante, muy religiosa... Mauricia Ibánez no sociabilizaba en el pueblo. Los vecinos dicen que les manda cartas amenazantes.

El doctor Martín, director médico del hospital Recoletas de Burgos, donde Mauri dio también a luz a su hija Blanca
El doctor Martín, director médico del hospital Recoletas de Burgos, donde Mauri dio también a luz a su hija Blancalarazon

Rara, distante, muy religiosa... Mauricia Ibánez no sociabilizaba en el pueblo. Los vecinos dicen que les manda cartas amenazantes. Habla cada semana con la hija que tuvo a los 58 años.

En Palacios de la Sierra los vecinos viven desbordados por el revuelo creado desde que Mauricia Ibáñez se convirtiera el pasado día 14 en la mujer con más edad en dar a luz a gemelos. De hecho, al principio del embarazo «algunos vecinos pensaban que a Mauri le había dado por meterse cojines para simular un embarazo», afirma un vecino. Nada más lejos de la realidad. Si en junio aún había vecinos que no se creían que iba a volver a ser madre a los 64 años, en septiembre ya nadie dudaba de su gestación. «En Palacios hay 30 niños, sería bueno que hubiera más, pero así no», decía una madre a la puerta del colegio. En general les parece raro. Al igual que ella, los vecinos nos atienden si no damos su nombre: «Como le entres por el ojo que no debes ya tienes lío asegurado de por vida. Por favor, me buscas la ruina». Esta frase se repite. Están temerosos de cómo va a reaccionar cuando regrese.

La mayoría piensa que el problema de Mauri, más que por la edad, es porque es Mauri. No sólo no se lleva precisamente bien con los vecinos, sino que muchos, incluida gente de peso, apuntan a un trastorno. Y es que ésta no es su única excentricidad: «Tuvo una racha que nos cortaba las cortinas de fuera a los vecinos. También ha roto cristales. A mí me ha amenazado y no soy la única. A una señora del pueblo que alquiló una casa a una persona que a ella no le parecía bien le mandó un papel con amenazas que deslizó por debajo de la puerta. También se enemistó con todas las que hablábamos con la mujer del chófer. ¿Por qué? Porque su madre les había alquilado una parte de la casa y ella no quería que estuvieran allí. Es todo problemas. Es como salió. Ya su madre decía que es lista, pero que tiene cuatro veces más de maldad. Hace años ya que su madre me dijo que, si me hablaba mal, mejor que no le respondiera». No es la única vecina que incide en comportamientos extraños. «Pero si hasta rompía cristales. Siempre va sola, salvo cuatro zalameras que se le arriman».

Sólo encontramos a una mujer que asegura ser su amiga: «Es una mujer muy católica, va a misa todos los días. Con todos los vecinos hay que llevarse bien. Es mi amiga». Le preguntamos qué hobbies tiene o si tiene alguna anécdota con ella, por aquello de que es amiga. La respuesta vuelve a ser la misma, que va a misa.

Entre lo que nos dice un vecino y nos cuenta otro hay algo que siempre se repite y es que Mauri es muy creyente. El párroco, Benigno Sáinz, corrige: «No es lo mismo ser creyente que una persona religiosa. Lo segundo sí, muchos dudarían que es creyente porque, si no, no actuaría como actúa». El párroco no oculta que no le parece bien la edad ni las formas por las que Mauri ha vuelto a ser madre, pero prefiere guardar silencio amablemente. «Viene a misa por la mañana y por la tarde al rezo del rosario. Durante este último embarazo no venía a misa por la mañana, pero por la tarde –que la da otro padre– me dicen que sí. También canta».

Benigno bautizó a su primera hija, a Blanca María del Arroyal, con la que, al parecer, habla por skype y 15-20 minutos a la semana. Está en Canadá a cargo de su sobrina, ya casada. Tuvo a esta pequeña cuando volvió al pueblo, después de trabajar, según los vecinos, en Madrid y otros apuntan Australia, como funcionaria. Desde que regresó, hace más de 20 años, no trabaja.

Pero aunque no tuviera mucha relación con los vecinos, cuando tuvo a Blanca algunos le dieron el cochecito y también le daban vestidos para la pequeña. Sobre si la llevaba sucia o no, es un extremo que unos vecinos aseguran y otros niegan. Así, mientras una mujer asegura que aunque tiene dinero iba a Burgos y recogía ropa de Cáritas (un extremo no confirmado), otros dicen que desde luego en el pueblo hay niños que van más sucios. Además, «cuando Mauri le dejaba a su tía Pili que se la llevara, lo primero que hacía era darle un duchazo». Pero «la alimentaba bien, se preocupaba por comprarle jamón, porque a la cría le gustaba mucho». Una vecina asegura que le quitaron a la niña después de que Servicios Sociales le dijese que tenía que limpiar la vivienda. Y lo hizo. «Mauri pintó la casa, la tenía limpia, el problema es que es muy desordenada».

En cualquier caso, los vecinos no entienden por qué a Mauri, que puede no encontrarse bien, en vez de quitarle a Blanca al principio se la quitaron cuando la pequeña tenía ya tres años y medio. «La limpieza era ‘‘original’’, según el día. Pero la niña estaba cuidada. Mauri empezaba a hacer las cosas bien. Se estaba integrando. Con esa decisión, la niña ha sufrido» y ella también.

En el pueblo algunos califican a Mauri de «original con mayúsculas. Es una mujer difícil». Incluso también se la lió al párroco. Dicen de ella que no le entran por el ojo los inmigrantes. En una ocasión, «durante una lectura de Biblia (hay dos grupos para adultos), el párroco se enfadó. Salió el tema de los musulmanes y le dijo que tenían sus errores, pero que todos son hijos de Dios. Mauri se calló y no ha vuelto a clase de Biblia. Desde entonces habla menos con el padre». Por eso mismo, al parecer tampoco había escolarizado a la niña, aunque también es cierto que Mauri sabía que «hasta los seis años no es obligatorio». También «estaba en contra de las mujeres que abortan, y su teoría era que por eso ella tiene hijos».

Hablamos con una pariente suya, que nos pide no dar el grado de parentesco. «Mauri es rara de por sí. Blanca alguna vez jugaba con mis nietos, pocas, porque ella no le dejaba ‘‘porque era suya’’. Ha tenido problemas con todos sus hermanos: Eugenio y Candela, (fallecidos), César e Ismael, que van y vienen de Canadá, y Pilar. A todos les parecía mal que se quedara embarazada a los 58 y ahora igual. De hecho, la familia de ella ya había pedido que le dieran la incapacidad, según dicen en el pueblo.

Sea por sus rarezas o por su empeño en ser madre, Mauri logró su objetivo. Sigue ingresada en la primera planta del Hospital Recoletas de Burgos, donde también trajo al mundo a Blanca. Nos atiende el director médico, el doctor Enrique Martín: «Mauri está contenta y satisfecha con los mellizos: un varón que nació a las 04:08 y que pesó 4,420 gramos y midió 47,5 cm y una niña que nació un minuto después y que pesó, 2,200 y midió 46,5 cm.». «Los bebés evolucionan satisfactoriamente, están con ella en la habitación, porque no necesitan incubadora, y la madre se encuentra muy bien. No da el pecho, porque los tocólogos y pediatras prefirieron frenarle la leche con medicación». Respecto a cuándo saldrá, «al ser cesárea suelen ser cuatro o cinco días, pero en este caso dependerá de cómo evolucionen los niños». Momentos después, Servicios Sociales mantenían el viernes una reunión con gerencia para saber la evolución de los niños y analizar cuáles serán los pasos a dar.