Buenas prácticas para la conservación de la costa

La compatibilidad entre el mantenimiento del entorno y la actividad costera resulta posible gracias a campañas de voluntariado medioambiental y chiringuitos a pie de playa que permiten mejorar su eficiencia, promovidas por la Fundación Biodiversidad

Retirada de residuos y basuras marinas, cursos de sensibilización de conservación, plantación de especies de ribera, colocación de casas nido para murciélagos y rehabilitación de frezaderos de truchas son algunas de las diferentes actividades de voluntario entre más de 40 propuestas de 37 entidades que se desarrollan este año para conservar las zonas costeras. En el marco del Programa de Playas, Ríos, Voluntariado y Custodia del territorio, en las que se prevé que participen más de 5.000 voluntarios. Porque, si uno se lo propone, es posible una compatibilidad entre la conservación del entorno y la actividad costera.

Además de estas actuaciones, 88 chiringuitos, pertenecientes a siete de las diez Comunidades Autónomas costeras, participarán en los «Premios Chiringuitos Responsables», que reconocen la labor que se realiza desde los establecimientos hosteleros a pie de playa para mejorar su eficiencia y relación con el entorno. Se repartirán 9.000 euros en seis premios y uno de ellos, la «Mención especial del público», será elegida por los propios clientes, que podrán reconocer a través de la red social facebook la labor de los 10 chiringuitos finalistas para esta categoría. De esta forma, el ministerio busca impedir cualquier uso de la costa que perjudique su protección ambiental, y de facilitar el desarrollo de todas aquellas actividades que se ejercen de forma responsable desde el punto de vista ambiental.

Unos premios que ya están en su cuarta edición y cuyo último premiado en 2014 ha sido el chiringuito Es Dolç, situado en la localidad mallorquina de Ses Salines, por su recogida selectiva de residuos y de aceites, el reparto de ceniceros, la instalación de una placa solar fotovoltaica, su política de kilómetro 0, la implantación de un sistema de gestión ambiental de acuerdo a la norma UNE-EN ISO 14001. Los chiringuitos, de esta forma, se comprometen con el Decálogo de Buenas Prácticas Medioambientales, una iniciativa que pretende orientar a éstos en la mejora de la gestión del espacio y los recursos que poseen.

Ejemplo a seguir

El compromiso con el entorno medioambiental agrupa ya, tras cuatro ediciones, a más de 660 chiringuitos y 16.000 voluntarios gracias al programa de Actuaciones de Conservación de la Costa del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y de la Fundación Biodiversidad, perteneciente al mismo. La actividad, que incluye tanto el Programa Playas, Ríos, Voluntariado y Custodia del Territorio y los Premios Chiringuitos Responsables, hace que la actividad en la costa sea compatible con su conservación. Estas iniciativas promueven un modelo de desarrollo que fomenta la ocupación y actividades que se realicen de un modo sostenible, que ha sido bien acogida en el extranjero, ya que Chipre pondrá en marcha en breve la campaña de chiringuitos responsables con la misma filosofía e imagen que el programa español.

Guía interactiva de playas

Ante la demanda de información de la Guía de Playas, el ministerio ha puesto en marcha una herramienta que permite acceder a la guía de un modo directo en los móviles y tabletas, además de a través de la web del propio ministerio. La «app» está ya disponible de modo gratuito en las tiendas virtuales de Apple (Apple Store) y Google (Google Play). Una aplicación que se caracteriza por la facilidad de navegación, las posibilidades de búsqueda y, en definitiva, por su usabilidad.

Busca facilitar a todos los ciudadanos el acceso a la más actualizada y detallada información sobre las playas de nuestro litoral, de modo que este conocimiento invite a su disfrute, al tiempo que se favorece su cuidado y conservación por parte de todos. «Nuestros 10.000 kilómetros de costa, con cerca de 3.500 playas, constituyen un patrimonio natural de incalculable valor para España y su protección es un deber para los poderes públicos, al que los ciudadanos pueden contribuir para que sea eficaz», ha apuntado Pablo Saavedra, Secretario de Estado de Medio Ambiente.