Parques Naturales

Doñana resucita con las últimas lluvias

Las más de doscientas mil hectáreas del Espacio Natural de Doñana han renacido de uno de los inviernos más secos de los últimos años gracias a las lluvias de 130 litros por metro cuadrado de media caídas la pasada semana.

Las intensas precipitaciones de mayo, que algunos puntos de Doñana han superado los 150 litros por metro cuadrado, han inundado decenas de miles de hectáreas de este espacio protegido, que permanecían secas desde el invierno y que constituyen uno de sus ecosistemas más importantes, pues albergan cientos de miles de aves durante la invernada y son la zona de nidificación y de alimentación de numerosas especies durante la primavera.

Las imágenes registradas ayer, tras diez días consecutivos de cielos nubosos, por el sistema de imágenes por satélite MODIS, utilizado por la Estación Biológica de Doñana (EBD) para el seguimiento de este espacio protegido, reflejan una inundación de buena parte de la zona de la marisma tras estos días de intensas lluvias.

Este nivel de inundación ha permitido que los lucios (lagunas de pequeña profundidad) del Membrillo o de los Ánsares, que estaban totalmente secos estén ahora repletos de agua, según la EBD.

Las intensas precipitaciones han causado daños en algunas especies de aves, que ya habían construido sus nidos o incluso habían iniciado el proceso de cría en zonas ribereñas, ya que han sido destruidos por la crecida de los ríos y arroyos que inundan Doñana.

Tras los intensos aguaceros de este mes, la lluvia acumulada en el año hidrológico en Doñana se encuentra próxima a la media anual, con un promedio de 500 litros por metro cuadrado (568 en el caso de la estación de Almonte), según la EBD.

Los técnicos de este centro del CSIC consideran que el actual año hidrológico está siendo «bastante atípico», pues acumula un otoño temprano en el que empezó lloviendo bien, seguido de un invierno bastante seco y una primavera tardía anormalmente lluviosa.

Aunque la precipitación de lluvia acumulada esté en torno a la media, las precipitaciones han llegado tarde para la mayoría de las especies y seguramente sean pocas las que se beneficien de ella, concluye el informe de la EBD.