Energía nuclear

El CSN tendrá listo el informe sobre la renovación de Garoña en noviembre

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) prevé tener listo el dictamen final sobre la renovación de la licencia de actividad de Santa María de Garoña (Burgos) "en torno al mes de noviembre".

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) prevé tener listo el dictamen final sobre la renovación de la licencia de actividad de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) "en torno al mes de noviembre". Nuclenor, el titular de la central que lleva parada desde diciembre de 2011, ha pedido volver a producir electricidad hasta marzo de 2031, cuando cumplirá los 60 años de actividad.

El Pleno del CSN ha sido informado este miércoles por los directores técnicos de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica que se continúa con la evaluación de esta solicitud de renovación y operación del reactor burgalés, según los requisitos y pasos establecidos por el regulador en la Instrucción Técnica Complementaria (ITC) del 30 de julio de 2014 para que se pueda emitir el informe correspondiente.

A este respecto, el Pleno ha informado de que una vez "satisfechos y verificados"estos requisitos y pasos se pueda emitir el informe correspondiente. La previsión es que este informe se concluirá en el segundo semestre del año y el regulador ha precisado que esto será "en torno al próximo mes de noviembre", después de que el titular "vaya concluyendo todos los trabajos"que aún debe realizar.

Estos trabajos se refieren en particular a las modificaciones de diseño que previamente a su entrada en servicio deben contar con la apreciación favorable del CSN.

"Seguira cumpliendo"

Desde Nuclenor, el portavoz, Elías Fernández Centella, ha confirmado a Europa Press que el planteamiento de la central es "seguir cumpliendo los requisitos"de cara a la renovación y que, de hecho, "el Consejo de Seguridad Nuclear sabe todo lo que se está haciendo".

En concreto, ha recordado como algo "que es normal", el hecho de que en la planta el regulador mantiene un inspector residente y que hay inspecciones "constantes"del cuerpo técnico que está viendo la "evolución"de los trabajos.

La central nuclear de Garoña dejó de producir electricidad en diciembre de 2012, siete meses antes de que expirase su licencia de operación el 6 de julio de 2013. Un año más tarde, el 27 de mayo de 2014, el Consejo de Administración de Nuclenor solicitó la renovación de la autorización de explotación hasta el 2 de marzo 2031, una fecha en la que se situaría en los 60 años de edad.

La decisión se basa en lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 28 del Reglamento sobre Instalaciones Nucleares y Radiactivas, modificado mediante Real Decreto 102/2014, del 21 de febrero, para la gestión responsable y segura del combustible nuclear gastado y los residuos radiactivos.

Esta modificación legislativa, impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy, permitía a las plantas atómicas que no hubieran cerrado por motivos de seguridad nuclear o protección radiológica, sino por motivos económicos, pedir de nuevo su reapertura en el plazo de un año desde su cese de explotación.

Nuclenor, formada al 50 por ciento por Iberdrola y Endesa, expuso entonces que "un marco temporal de explotación de estas características"era necesario para que el proyecto fuera "viable", estable y lograr la "certidumbre adecuada"para acometer las inversiones precisas.

La empresa considera que un marco temporal de explotación "de estas características es necesario para hacer viable el proyecto y proporcionaría la estabilidad y certidumbre adecuada para acometer las inversiones precisas".

Desde entonces, la planta está en situación de cese de actividad,

a la espera de que "se den las circunstancias administrativas y regulatorias que posibiliten la vuelta a la operación", según el Foro de la Industria Nuclear. En concreto, el presidente del Foro Nuclear, Antonio Cornadó, ha mostrado este miércoles la preocupación del sector por que un activo industrial como el reactor de Burgos que, "funciona bien"pueda cerrarse cuando, de hecho "puede seguir operando a largo plazo".

El cierre, un lujo inasumible

"Garoña es un activo industrial que funciona. Es un lujo que España, que no es tan lista ni tan rica como para permitirse prescindir de un activo viable que además ha operado más de 40 años de edad y conoce cómo hacer para operar a largo plazo", ha subrayado durante la presentación del informe 'Resultados nuclearers de 2015 y perspectivas para 2016'. En este sentido, ha admitido que el futuro de Garoña está "en manos del CSN"y, llegado el caso, de la posterior resolución del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

Así, ha garantizado que "está demostrado"por parte de Garoña que es "viable y seguro"operar un reactor más de 40 años, por que ya ha funcionado durante 42 años y que, incluso, un dictamen técnico del CSN aprobado por unanimidad en 2009 era "favorable"a que la planta operase hasta 2019. De este modo, ha reiterado la defensa del Foro de la Industria Nuclear por la operación del parque atómico a largo plazo, porque "no supone un salto cuantitativo", ya que se está haciendo en otros países, como Estados Unidos, donde 81 de sus 99 reactores tienen autorización para operar 60 años.

En caso de que, finalmente, el Gobierno de visto bueno a Garoña, ha apuntado que entonces su vuelta a la producción eléctrica dependerá de su titular, Nuclenor, y su programa de plazos de vuelta a la operación. Reabra o no Garoña, Cornadó ha dicho que esta planta necesitará construir un almacén temporal individualizado (ATI) para su combustible gastado y sus residuos de alta actividad y que el Ayuntamiento del Valle de Tobalina ha dado esta misma semana el permiso para su construcción.