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Cádiz

Huelva esconde un desastre ambiental «desconocido»

La balsa de fosfoyesos se rompió en 1999 a causa de un temporal
La balsa de fosfoyesos se rompió en 1999 a causa de un temporallarazon

El documental «Un lugar diferente», presentado este martes en Madrid, narra el problema medioambiental que algunos ecologistas han bautizado como «uno de los mayores desastres de Europa», tanto por sus dimensiones físicas como por su longevidad en el tiempo: la balsa de fosfoyesos de Huelva, informa Efe.

Se trata de un tema con «muchos ingredientes» comprometidos (el político, el estético, el medio ambiente y la salud pública), pero «en España apenas lo conocen los propios ciudadanos de la ciudad, y mucho menos del resto del país», ha explicado a Efeverde Eduardo López-Jamar, codirector y coguionista del audiovisual junto con Rafael González.

Por eso, las imágenes describen una situación que comienza en los años 60 del siglo XX, cuando se instaló en la ciudad de Huelva un polo industrial con numerosas empresas químicas «con la promesa de un empleo digno» y que con el paso del tiempo se ha convertido en 1.200 hectáreas de fosfoyesos, un peligroso residuo de la industria química.

El documental, producido por 360 Globalmedia, muestra durante una hora una situación que, a juicio del director, es un «escándalo» y emplea para ello sólo las voces de distintos agentes implicados.

Desde un trabajador de Fertiberia hasta un ecologista que denuncia los niveles elevados de radioactividad, pasando por miembros de las tres administraciones involucradas o personas anónimas que llevan años militando por la lucha medioambiental en la zona.

López-Jamar ha explicado que ahora es «un buen momento» para presentarlo, porque es precisamente cuando se está debatiendo qué hacer con esta balsa de residuos, que cuenta con «una superficie similar a la del casco urbano de la ciudad» y sobre la que «nadie se pone de acuerdo».

«Las tres administraciones echan balones fuera», denuncia, porque «el Ayuntamiento dice que es un tema de la dirección general de Sostenibilidad de la Costa y Medio Marino, pero éste, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, dice a su vez que el asunto depende de la Junta de Andalucía».

Lo cierto es que el vertedero químico cuenta con residuos acumulados durante decenios, algunos «muy graves» como las cenizas del escape radiactivo de Acerinox (Cádiz), que se trasladaron allí.

El futuro de la balsa pasa por someterse a un plan de regeneración que cubra previamente su superficie con una capa plástica para luego crear un parque o bien aplicar el «adecuado» tratamiento para transportar los residuos desde el vertedero hasta un cementerio nuclear.

«El plan de regeneración de Fertiberia no afecta a las 1.200 hectáreas, sino sólo a 500 o 700», advierte López-Jamar, quien además indica que «el tipo de suelo no es adecuado y las filtraciones están casi garantizadas».

Además, el impacto estético de la balsa es «brutal», pues las «enormes montañas blancas» de residuos radioactivos «en ocasiones pueden ser confundidas con salinas».

Las consecuencias medioambientales para Huelva son «evidentes», ya que la ciudad «no puede crecer hacia la ría», que sigue contaminada y a ellos se suma el problema de salud pública, «uno de los más graves» que en el documental queda reflejado por el testimonio de Joan Benach, un investigador de la Universidad Pompeu Fabra que dirige el «Atlas de la Mortalidad de España».

Según este experto, la zona sureste de España es un «triángulo de la muerte» en el que la mortalidad es más elevada que en otras partes del país por razones que, aunque formalmente se desconocen y deben ser investigadas, «seguramente son sociales, laborales y medioambientales, aunque todo apunta al polo industrial».

EFE