Cambios climáticos

Huracanes: lo peor está por llegar, según un estudio

Los científicos alertan de un cambio en los patrones meteorológicos que harán más peligrosos los huracanes en Estados Unidos

Efectos del huracán Matthew a su paso por Haití el pasado mes de octubre
Efectos del huracán Matthew a su paso por Haití el pasado mes de octubrelarazon

Del Caribe a las costas de Florida. De Centroamérica al sur de Estados Unidos. Cada vez con más fuerza y con más insistencia, los huracanes se han ido desplazando de forma gradual hacia el norte. Lo llevan haciendo cuatro siglos y el proceso se va a acelerar.

Esta es la principal conclusión a la que ha llegado un grupo de científicos de la británica Universidad de Durham, integrados en el proyecto de la Unión Europea “Hurricane”, que han detectado que este cambio en la trayectoria de los huracanes se debe a un cambio en los patrones meteorológicos, en concreto a la expansión de los cinturones de circulación atmosférica provocada por el aumento de las emisiones de dióxido de carbono.

Esta alteración, según los científicos, es poco esperanzadora para las grandes ciudades de la costa este de EE.UU., como Nueva York o Boston, ya que aventura un aumento del riesgo de sufrir estos fenómenos. El consejo, en este caso, es obvio: las autoridades deben estar prevenidas para ello con medidas a medio y largo plazo.

El estudio, publicado recientemente en la revista «Scientific Reports», reconstruye la precipitación originada por los huracanes en el Caribe occidental durante los últimos cuatro siglos mediante un análisis de la composición química de una estalagmita obtenida en el sur de Belice. Sus responsables descubrieron que la media de incidencia de huracanes en este emplazamiento se ha reducido con el paso del tiempo. Cuando se comparó el historial de huracanes en Belice con los registros documentales de otros emplazamientos como Florida o Bermudas, salió a la luz que los huracanes atlánticos (Cabo Verde) no están reduciéndose en número sino que se están desplazando hacia el norte, según explica la UE a través de su agencia Cordis.

La influencia de la industrialización

Si bien el calentamiento natural producido durante siglos ha influido en cierta medida en el desplazamiento de las trayectorias de los huracanes, su actividad se redujo en el Caribe occidental a finales del siglo XIX, fecha que coincide con el desarrollo industrial rápido que experimentó la región al integrarse en la economía mundial. Este crecimiento económico vino de la mano de un aumento de las emisiones de dióxido de carbono y aerosoles de azufre a la atmósfera, recuerda la investigación.

El enfriamiento regional inicial del hemisferio norte debido a las emisiones de aerosoles con origen industrial debería haber desplazado las trayectorias de los huracanes hacia el sur tras la rápida industrialización, pero la cantidad mayor de dióxido de carbono atmosférico anuló este efecto y amplió la célula Hadley, un patrón de aire circulante en el cinturón tropical de la Tierra.

Esta circunstancia, consecuencia directa de la huella del hombre en la Tierra, desplazó la trayectoria de los huracanes más hacia el norte, alejándolos del Caribe y acercándolos a la costa nororiental estadounidense. Es más, en la investigación se sugiere que, desde finales del siglo XIX, las emisiones antropogénicas han sido la causa principal del desplazamiento de las trayectorias de los huracanes, en lo que supone una alteración de las ubicaciones de los sistemas meteorológicos mundiales.

Sandy como precedente

El precedente al que se agarran los expertos para concienciar a las autoridades es el del huracán Sandy, que azotó en 2012 el Caribe y gran parte de la costa oriental estadounidense, e incluso alcanzó las provincias costeras orientales de Canadá, con el resultado de 233 personas muertas. y los daños provocados se calcularon en decenas de miles de millones de dólares.

«La devastación provocada por el huracán Sandy urge a planificar los sistemas de protección ante el efecto que pueden ejercer tormentas con un poder destructivo similar, las cuales podrían producirse con mayor frecuencia en el futuro», explica Lisa Baldini, autora principal del estudio.

«Las trayectorias de los huracanes se han desplazado hacia el norte desde el Caribe occidental, pero el aumento de las temperaturas en la superficie del mar podría fomentar el desarrollo de tormentas ciclónicas en la zona. Por otro lado, una mayor temperatura también aporta energía adicional y puede contribuir a la generación de tormentas de mayor tamaño. Es necesario por tanto prepararse para la llegada de tormentas más grandes y más frecuentes a la costa nororiental de los Estados Unidos y de tormentas más intensas en el Caribe», concluye James Baldini, coautor de la investigación.