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La falta de saneamiento limita el acceso al agua en el mundo

Una niña afgana lleva un cántaro de agua, en una imagen de archivo
Una niña afgana lleva un cántaro de agua, en una imagen de archivolarazon

El 91 por ciento de la población mundial tiene ya a su alcance agua potable, un gran éxito de la política de desarrollo amenazado por el fracaso a la hora de ampliar el acceso a un saneamiento adecuado, del que carecen uno de cada tres habitantes del planeta, informa Efe.

En total, 2.400 millones de personas no tienen a su alcance un inodoro que cumpla unos mínimos sanitarios y casi 1.000 millones defecan habitualmente al aire libre, señala un informe presentado hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef.

Según estas organizaciones, ese «fracaso» amenaza con contrarrestar los beneficios en áreas como la supervivencia infantil que se esperaba lograr con la mejora en el acceso al agua potable.

«Hasta que todo el mundo tenga acceso adecuado a instalaciones de saneamiento, la calidad del agua se verá afectada y demasiada gente seguirá muriendo por enfermedades transmitidas o relacionadas con el agua», señaló la directora del Departamento de Salud Pública de la OMS, María Neira.

Desde 1990, unos 2.100 millones de personas han obtenido acceso a saneamiento básico, una cifra que sin embargo se queda lejos de cumplir lo fijado en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que pretendían reducir a la mitad el número de gente sin saneamiento.

Así, el 77 por ciento de la población mundial debería tener actualmente acceso, una meta que no se alcanzará por unos 9 puntos porcentuales o 700 millones de personas.

Para la ONU, uno de las grandes prioridades pasa por reducir el número de personas que defecan al aire libre, una práctica muy problemática, pues supone un foco continuo de enfermedades y de contaminación del suministro de agua en muchos lugares.

Más de la mitad de los casi 1.000 millones de personas que lo hacen se encuentran en la India, a pesar de que el país ha logrado doblar la proporción de habitantes que tienen un inodoro a su alcance.

El problema, que se concentra en las áreas rurales, es en gran parte cultural, según las agencias de las Naciones Unidas.

«Nuestro fracaso en alcanzar la meta global de saneamiento es un fracaso a la hora de comprender y responder a normas culturales. No es sólo una cuestión de construir inodoros. Tenemos que entender lo que lleva a la gente a usarlos o no», explicó en una conferencia de prensa el director de Información, Investigación y Políticas de Unicef, Jeffrey O’Malley.

Se espera que uno de los objetivos que este año se incluirán en la nueva agenda global de desarrollo, que sustituirá a los Objetivos del Milenio, sea el de erradicar la defecación al aire libre para 2030.

La falta de saneamiento y el consumo de agua contaminada causan la muerte de unos 1.000 niños menores de cinco años cada día por enfermedades diarreicas, indicó la responsable de la oficina de la OMS en la ONU, Nata Menabde.

Según la organización, casi el 60 por ciento de esas muertes podrían evitarse con acceso a un saneamiento adecuado.

Pese al elevado número de muertes hoy en día, la supervivencia infantil ha experimentado un avance espectacular, pues hace sólo 15 años fallecían en el mundo el doble de niños por esas causas.

En gran parte, la mejora se debe al éxito en los esfuerzos por facilitar agua potable a todo el mundo.

«Impacta pensar que hace 25 años, (...) 1 de cada 4 personas en el mundo no tenía acceso a agua sin contaminar», señaló O’Malley, que destacó el «progreso espectacular» logrado desde entonces.

Hoy el 91 por ciento de la población mundial tiene a su alcance agua potable y el mundo cumplió ya en 2010 con la meta que se había fijado en este ámbito dentro de los Objetivos del Milenio.

La mejora ha sido especialmente llamativa en algunas de las áreas más pobres del mundo, por ejemplo el África Subsahariana, donde 427 millones de habitantes han obtenido acceso a agua limpia en los últimos 25 años, lo que supone una media de 47.000 personas al día. EFE