Ciencia

La superficie de los océanos afecta al clima más de lo que se pensaba

Los océanos parecen producir significativamente más isopreno y, en consecuencia, afectar más fuerte al clima de lo que se pensaba, según se desprende de un estudio realizado por el Instituto de Catálisis y Medio Ambiente en Lyon (IRCELYON, CNRS/Universidad de Lyon 1), en Francia, y el Instituto Leibniz de Investigación Troposférica (TROPOS), en Alemania, que ha estudiado muestras de la película superficial en el laboratorio.

Los resultados subrayan la importancia global de los procesos químicos en la frontera entre el océano y la atmósfera, escriben los autore de este trabajo en la revista 'Environmental Science & Technology'. El isopreno es un gas que se forma tanto por la vegetación como por los océanos y que es muy importante para el clima porque puede formar partículas que pueden convertirse en las nubes y luego más tarde afectar a la temperatura y la precipitación.

Anteriormente, se suponía que el isopreno lo causaban principalmente procesos biológicos del plancton en el agua de mar. Sin embargo, químicos atmosféricos de Francia y Alemania podrían mostrar ahora que el isopreno también puede formarse sin fuentes biológicas en la película superficial de los océanos por la luz solar y así explicar la gran discrepancia entre las mediciones de campo y los modelos. La nueva reacción fotoquímica identificada es importante para mejorar los modelos climáticos.

Los océanos no sólo elevan el calor y el dióxido de carbono de la atmósfera, sino que también son fuente de varios compuestos gaseosos, lo que afecta el clima global. Un papel fundamental lo desempeña la llamada microcapa superficial (SML, por sus siglas en inglés), especialmente por la baja velocidad del viento. En estos pocos micrómetros de capa fina, diferentes sustancias orgánicas como materia orgánica disuelta, grasas y aminoácidos, proteínas y lípidos se acumulan, así como trazas de metales, polvo y microorganismos.

Para el estudio ahora publicado, el equipo tomó muestras del océano Atlántico Norte, recogiendo la película superficial en Raunefjord, cerca de Bergen, en Noruega. Para ello, los investigadores sumergieron una placa de vidrio en el agua y luego la sacaron cuidadosamente del agua. La delgada película de 200 micras se pega al vidrio y luego se raspa con un limpiaparabrisas y la muestra obtenida se analiza en el laboratorio más tarde.

En el Instituto de Catálisis y Medio Ambiente en Lyon (IRCELYON), que pertenece a la organización de investigación francesa CNRS y la Universidad de Lyon 1, el equipo analizó sus propiedades fotoquímicas mientras las muestras se irradiaron con luz y se analizaron los gases: resultó claro que el isopreno se produce en magnitudes que se atribuían anteriormente únicamente al plancton.

Ahora es posible estimar más de cerca las cantidades totales de isopreno que se emiten. Hasta ahora, las mediciones locales indicaban niveles de alrededor de 0,3 megatones anuales y simulaciones globales de cerca de 1,9 megatones al año. Pero el equipo de Lyon y Leipzig estima que la vía fotoquímica recién descubierta contribuye a entre 0,2 a 3,5 megatones al año y podría explicar los recientes desacuerdos.

"La existencia de las películas orgánicas en la superficie del océano por las actividades biológicas, por tanto, influye en los procesos de intercambio entre el aire y el mar de una manera fuerte inesperada. Los procesos fotoquímicos en esta interfaz podrían ser una fuente muy importante de isopreno", resume el profesor Hartmut Herrmann, de TROPOS.