Mascotas

Proteja a su perro del frío

Las mascotas de menor tamaño y de pelaje corto pueden necesitar una prenda de abrigo

Si el can tiembla y no manifiesta alegría en el paseo es cuando hay que poner algún abrigo
Si el can tiembla y no manifiesta alegría en el paseo es cuando hay que poner algún abrigolarazon

Las mascotas de menor tamaño y de pelaje corto pueden necesitar una prenda de abrigo

Nuestras mascotas están más adaptadas que nosotros a la hora de tolerar el frío. Piénsenlo por un momento: durante miles de años, el ser humano ha sobrevivido a severas glaciaciones gracias a su capacidad para crear fuego o a su habilidad para abrigarse con pieles. Mientras, los animales han tenido que salir adelante con sus propios recursos y, gracias a esta evolución, hoy pueden presumir de contar con una mayor resistencia a las bajas temperaturas. Durante estos días, la ola de frío siberiano ha supuesto un vuelco a nuestros termómetros. ¿Significa esto que nuestros perros y gatos no necesitan una protección extra? No siempre. Los dueños deben estar especialmente atentos a las necesidades del animal.

«Los problemas que genera el frío les afectan más a los perros. Es cierto que el origen del perro es el lobo modificado, más adaptado al frío, mientras que el gato procede del gato salvaje africano, más adaptado al tema cálido. Pero, al contrario que los gatos, los perros salen a la calle, pasean y tienen contacto con el exterior», afirma a LA RAZÓN Manuel Lázaro, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Veterinarios de Madrid. Así, el principal factor de riesgo que deben de tener en cuenta los dueños durante estos días es que «no se puede dejar a los perros a la intemperie». «Nos viene bien poner el ejemplo de las personas. Por mucho frío que haga, si sales a correr, tu cuerpo genera calor y no hay mayor problema. Lo mismo con los perros: si corre, no va a tener problemas», explica Lázaro. Por ello, si la mascota tiene por costumbre dormir en el jardín, es necesario que lo haga dentro de una caseta no sólo protegida contra el frío, también contra la humedad.

Ahora bien, en función de su raza y su tamaño, algunos perros son más sensibles al frío. «En general, los animales son capaces de tolerar situaciones muy bajas sin manifestar problemas de salud. Los perros pequeños son más frioleros al tener menor superficie corporal y, por tanto, una mayor pérdida de calor», explica el veterinario. También hay que tener en cuenta el pelaje. Un galgo, un bóxer o un dálmata están menos adaptados al frío que un san bernardo o un husky.

Así, si el perro tiembla, se acurruca y no manifiesta alegría durante un paseo, o sufre más somnolencia de la habitual, será cuando se le deba poner algún pequeño abrigo o impermeable con vistas a protegerlos. Y, por supuesto, si el animal padece enfermedades como artritis, deben ir protegidos para evitar que las condiciones climatológicas adversas les empeoren los síntomas. «Más allá de que la moda que supone este tipo de indumentaria, puede ser importante ponérsela como protección». Eso sí, debe resultarles cómodo.

Del mismo modo, si hay nieve o hielo, no es conveniente sacar al perro durante media hora; mejor paseos cortos. De lo contrario, se les pueden dañar las almohadillas de las patas debido a heridas sangrantes o quemaduras, causándoles un sufrimiento más que evitable.

Un consejo: del mismo modo que a nosotros, a las mascotas no les favorecen los cambios repentinos de tiempo. «Los perros toleran bien los cambios climáticos. Lo que no soportan bien son los cambios bruscos. A las personas nos pasa lo mismo», dice Lázaro. Por ello, si el perro es friolero, no es conveniente que pase de estar horas pegado al radiador a salir a la calle con temperaturas de bajo cero.