Ciencia

Un atlas mundial para conocer (y valorar) al plancton

Investigadores de 19 países han recogido datos sobre el plancton en 500.000 localizaciones diferentes para elaborar el primer atlas oceánico de la distribución de estos organismos, que contribuyen a la regulación del clima

Uno de los tipos de plancton incluidos en el atlas
Uno de los tipos de plancton incluidos en el atlaslarazon

Los océanos cubren un 70% de la superficie de la Tierra y en ellos reside un alto porcentaje de la biodiversidad del planeta que, sin embargo, está mucho menos catalogada que la flora y fauna que puebla la superficie terrestre. "Hasta ahora no existía una base de datos global para el plancton"explica Meike Vogt, coordinadora del proyecto MAREDAT (Marine Ecosystem Data), el primer atlas oceánico del plancton a escala global, que se ha logrado elaborar recogiendo datos en medio millón de lugares, a lo largo y ancho del planeta.

La palabra plancton viene del griego plankton, que significa "errar", y hace referencia al conjunto de animales y vegetales microscópicos o de muy pequeño tamaño que son arrastrados por las corrientes de los océanos. Ya existían colecciones locales, pero por primera vez se ha creado una base de datos a escala global que alberga toda la información que se tiene sobre estos organismos, que son fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas marinos. Son la base de la cadena alimenticia oceánica, regulan el clima de la Tierra fijando el CO2 de la atmósfera y liberando oxígeno, y la acumulación de sus esqueletos constituyen reservas de carbono en el fondo marino.

La iniciativa fue impulsada por un grupo de científicos que realizaba modelos de los ecosistemas vegetales marinos, quienes "se dieron cuenta de que no existían suficientes datos para validar sus modelos y propusieron esta colaboración internacional, algo que no se había hecho nunca"explica esta investigadora del Instituto de Bioquímica y Dinámicas de Agentes Contaminantes de Zurich que colaboró en el proyecto con científicos británicos de la Universidad de East Anglia. Han participado 80 instituciones de 19 países.

Modelos más completos, predicciones más precisas

La importancia de esta base de datos es fundamental para los climatólogos, quienes, a partir de unos modelos de ecosistemas más completos podrán elaborar predicciones más precisas sobre el clima de la Tierra de cara al cambio climático.

Cuando el fitoplancton (plancton vegetal) realiza la fotosíntesis absorbe dióxido de carbono, libera oxígeno a la atmósfera, y cuando muere, transporta consigo una buena cantidad del carbono absorbido hasta los fondos marinos. De esta manera, su presencia disminuye la cantidad de dióxido de carbono de la atmósfera y contribuye a la regulación del clima global, además de generar en los fondos marinos reservas de carbono utilizables como fuente de energía.

La nueva base de datos establece tipologías más amplias que las existentes hasta ahora, permitiendo diferenciar el plancton según la facilidad o dificultad con la que transporta el carbono al fondo marino, lo que podrá ayudar prever con mayor exactitud el papel del océano como reserva de carbono en el futuro. Además, según la investigadora, "los ecosistemas oceánicos son muy complejos y hasta ahora no ha sido fácil medir el impacto humano en los diversos niveles de la cadena alimenticia". De hecho, aún solo se tiene una vaga idea de las futuras consecuencias de fenómenos como la sobrepesca y la acidificación de los océanos, pero estos datos ayudarán a hacer interpretaciones y cálculos con bases más sólidas.

"Entender las razones por las que cada tipo de plancton aparece en una región concreta del océano y qué momento", permitirá, según la investigadora, "predecir a dónde irá cuando cambien las condiciones del ambiente y calcular, por lo tanto ,el impacto ecológico correspondiente". Por ejemplo, si aumenta la temperatura del agua del océano, varía la cantidad de nutrientes a disposición del plancton y los ecosistemas se desplazan a otras zonas y "con estos datos podremos predecir a dónde creemos que irá a parar el plancton usando modelos estadísticos, y tras analizar cuidadosamente las localizaciones en las que viven hoy", añade Vogt. Estos organismos también controlan los ciclos de nitrógeno y incluso pueden provocar la formación de nubes.

Tantos animales como plantas

El plancton constituye la base de la cadena alimenticia de los ecosistemas marinos, todos los organismos desde los protozoos hasta las ballenas dependen de ellos. "Son como las plantas en la superficie, y si no hay plantas, no hay comida para nadie", añade Vogt. Siendo el alimento de pequeños moluscos hasta grandes crustáceos, el plancton representa la mayor parte de la biomasa de los océanos.

Los análisis iniciales de MAREDAT ya han revelado algunos resultados interesantes: muestran que en los océanos del planeta hay al menos tanto zooplancton como fitoplancton. "Esto es sorprendente ya que en la superficie terrestre sucede exactamente al contrario, hay más plantas que animales", explica Vogt. "El resultado ha sido sorprendente, los patrones concuerdan más con los de algunos lagos, en los que sí se da esta proporción y tenemos que averiguar por qué", añade la investigadora.

Este atlas ayudará a paliar "uno de los grandes problemas de la biología oceanográfica, que es la dispersión de los datos", según explica Francisco Gómez Figueiras, investigador en ecología del fitoplancton del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo. Los científicos han estado trabajando tres años para reunir información de colecciones, centros o institutos "para ponerla a disposición libre de quien necesite consultarla, lo que tiene mucho valor y facilitará el trabajo a los científicos", añade Figueiras.

Los científicos ya están planeando revisar sus datos y lanzar una nueva versión en 2015, para cuando calculan que "el atlas habrá cambiado considerablemente, porque completaremos zonas de las que aún se dispone de muy poca información como para incluirlos en el mapa", explica Vogt. Por ejemplo de algunas zonas del Pacífico Sur, donde apenas se dispone de información.

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