Cambios climáticos

Miguel Arias Cañete: «Los compromisos que están encima de la mesa son insuficientes»

El Comisario de Acción por el Clima y la Energía cree que la UE llega en buena posición a la Cumbre de París por los esfuerzos que ha hecho

Miguel Arias Cañete: «Los compromisos que están encima de la mesa son insuficientes»
Miguel Arias Cañete: «Los compromisos que están encima de la mesa son insuficientes»larazon

El Comisario de Acción por el Clima y la Energía cree que la UE llega en buena posición a la Cumbre de París por los esfuerzos que ha hecho

–¿Qué mensaje quiere enviar a los ciudadanos justo antes de comenzar la Cumbre de París?

–Frenar el calentamiento global y alimentar a una población que aumentará en más de 2.000 millones de personas en el horizonte de 2050 –en un contexto en el que no aumentará la superficie cultivable, sino que se reducirá por la desertificación y la pluviometría– son los dos mayores retos a los que se enfrenta nuestra sociedad. El hecho de que el Papa haya dedicado una encíclica al cambio climático refleja la importancia de este fenómeno en todos los órdenes. Y no sólo el Papa, sino también desde otras confesiones religiosas. Todo ello pone de manifiesto la dimensión moral que tiene la lucha contra el cambio climático.

–¿Cuál es el objetivo de la Cumbre de París?

–Nos reunimos los representantes de los 197 países que integran la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático con el reto de alcanzar un acuerdo ambicioso, capaz de poner en marcha políticas que reduzcan progresivamente el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero hasta lograr una descarbonización total de nuestras economías...

–Se habla mucho de la descarbonización, pero ¿en qué consiste?

–Para producir energía, posibilitar el funcionamiento de los medios de transporte, se usan combustibles fósiles que dan lugar a la emisión de CO2 a la atmósfera; la creciente concentración de CO2 y otros gases de efecto invernadero provocan un incremento progresivo de la temperatura media mundial. Si este aumento supera los dos grados centígrados sobre los niveles preindustriales, los efectos para los ecosistemas y la biodiversidad serán devastadores, los fenómenos meteorológicos serán más extremos, subirá el nivel del mar y el proceso de desertificación se acelerará. Si siguiéramos como hasta ahora, los científicos nos avisan de que la temperatura del planeta podría subir por encima de los cuatro grados a lo largo de este siglo y eso sería catastrófico.

–¿Dónde estamos pocas horas antes de que comience la Cumbre de París?

–183 países han presentado sus compromisos de reducción de emisiones. Eso supone más del 95 por ciento de las emisiones totales. Se trata de un paso muy importante comparado con el Protocolo de Kioto; en este solo 38 países adquirieron compromisos vinculantes de mitigación, que apenas cubrían el 12 por ciento de las emisiones globales. Ésta es la buena noticia del proceso. La no tan buena es que el efecto agregado de estos compromisos no nos sitúan en el objetivo de dos grados, sino en una trayectoria hacia tres grados. El reto de la negociación es poner en marcha un procedimiento para elevar progresivamente el nivel de ambición de reducción de emisiones y frenar el calentamiento global en la barrera de los dos grados.

–¿Qué ha hecho la UE y cómo llega a París?

–La UE ha presentado el compromiso más ambicioso consistente en reducir las emisiones en un 40 por ciento sobre las cifras de 1990. Además, ha puesto en marcha políticas para conseguirlo en materia de energías renovables y eficiencia energética, estableciendo objetivos del 27 por ciento para las primeras y entre el 27-30 por ciento para la eficiencia. De los más de 170 compromisos presentados el más ambicioso es el de la UE. Llegamos en buena posición.

–¿Y Estados Unidos y China?

–Estos dos países también han presentado sus compromisos. En el caso de China no son tan ambiciosos. No comenzarán a reducir sus emisiones hasta 2030. Estados Unidos plantea entre un 26-28 por ciento de reducción en 2025 respecto de 2005.

–¿Aceptan que sean vinculantes?

–Los Estados Unidos tienen un problema para aceptar que dentro del acuerdo los compromisos de mitigación sean vinculantes, ya que la ratificación del acuerdo por el Congreso y el Senado tropieza con la mayoría republicana, que no apoyaría a la Administración Obama.

–¿Se podrá salvar el escollo de la financiación en París?

–Los países en vías de desarrollo tienen unas posiciones muy duras sobre financiación y exigen a los países desarrollados que faciliten sus procesos de reducción de emisiones y la adaptación a los efectos del cambio climático. En Copenhague los países desarrollados se comprometieron a movilizar 100.000 millones de dólares anuales para la financiación climática en el año 2020. En 2014 el nivel de movilización ya ha alcanzado los 62.000 millones. Para el periodo de después de 2020 la UE considera que la financiación post 2020 no puede limitarse a los países desarrollados en 1992 sino que debe incluir a las nuevas economías emergentes.

–¿Cuál es el punto más complicado para solucionar en París?

–La naturaleza vinculante de los compromisos de reducción y ponernos de acuerdo en un mecanismo para elevar cada cinco años el nivel de ambición. París no puede ser un acuerdo estático porque los compromisos que están encima de la mesa no son suficientes. Cada cinco años se debe hacer un balance para comprobar dónde estamos y lo que se necesita hacer en función de la evolución del clima. También los puntos de transferencia de tecnología y financiación.