Guardia Civil

Muere de un infarto Marley, el perro guardia civil que “olió” al niño Gabriel, Diana Quer o Laura Luelmo...

Especialista en buscar resto biológicos, ha muerto de un infarto a los tres años

Marley durante la búsqueda de Laura Luelmo/Foto: C. Pastrano
Marley durante la búsqueda de Laura Luelmo/Foto: C. Pastranolarazon

Marley, el perro de la Guardia Civil especializado en la detección de restos biológicos que ha participado en numerosas investigaciones de casos relevantes durante los últimos meses, ha fallecido a los tres años de un infarto.

“Solo” se trata de un perro de aguas y no se celebrará ningún funeral por él pero con todo lo que ha trabajado para la Guardia Civil y lo que ha aportado a la resolución de los casos más complicados los últimos dos años casi lo merecía. Marley, el perro del Servicio Cinológico central de la Guardia Civil especializado en la detección de restos biológicos falleció ayer de un infarto. El famoso perro de aguas, de solo tres años, se desmayó ayer por la mañana y Juanma, su guía, le llevó corriendo al veterinario, donde ya no pudieron hacer nada por él. El guía se encuentra bastante afectado, según fuentes cercanas. Y es que este tipo de perros viven con sus guías y pasan juntos casi las 24 horas del día porque desarrollan un vínculo especial necesario para el trabajo tan conciso que realizan. Marley viajaba mucho pero apenas trabajaba unas horas en cada caso. “Este tipo de perros suele jubilarse a los ocho años de trabajo y están muy controlados por el veterinario”, apuntan desde la benemérita, rechazando que ese “exceso de trabajo” haya podido estar detrás del triste final del perro, el “número uno” de su categoría y el más cotizado dentro del Cuerpo. Porque Marley era más temido por los asesinos que la prueba del luminol de Científica (un producto que, al aplicarlo y con una luz especial marca en color morado restos de sangre) o que toda la Policía Judicial junta. No escapaba a su olfato ningún resto biológico de la víctima que fuera por mucho que allí hubieran echado lejía ni hubieran tratado de enterrarlos. Su participación fue crucial en la resolución de los casos del pequeño de Almería Gabriel Cruz, Diana Quer en Galicia, Laura Luelmo en Huelva, el concejal Ardines en Llanes y, de los más recientes, el crimen de Castro Urdiales, donde una mujer aseguró haber recibido la cabeza de su marido.

Hijo de Hércules y de Lola, Marley había tomado el testigo de otro “número uno”, ya jubilado: Elton. Tras su triste marcha, podría ocupar su puesto el Athor, otro perro entrenado en las mismas condiciones. La rutina diaria de estos perros permite su especialización. “Hacen paseo y entrenamiento a diario. Cada día les vamos dificultando un poco más las pruebas, por lo que siempre van un poco por delante de los casos en los que solemos trabajar”, explicaba a este diario Israel, encargado de Athor, antes de entrar en la casa de Bernardo Montoya, asesino de Luelmo.