Sevilla

Muere otro bebé por tos ferina en víspera de la vacunación

La Consejería de Sanidad ha lamentado el fallecimiento y ha ofrecido apoyo a sus familiares

Imagen del exterior del edificio del Hospital La Paz
Imagen del exterior del edificio del Hospital La Pazlarazon

Un niño de un mes y 10 días falleció en Madrid horas antes de que comenzara la vacunación de gestantes en la Comunidad. Con esta muerte ya son cinco las registradas en lo que va de año, cuatro desde septiembre.

El inicio de la vacunación de tos ferina en la Comunidad de Madrid a las embarazadas en la semana 36 comenzó ayer coincidiendo con una triste noticia que pone de manifiesto la importancia de dicha medida. Un bebé de un mes y diez días falleció en la tarde del pasado miércoles por esta enfermedad infecciosa en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario La Paz. Según informó la Consejería de Sanidad de la comunidad, el centro ofreció todo su apoyo a los familiares del pequeño.

Los últimos casos conocidos han despertado alarma entre la población. Según el Centro Nacional de Epidemiología (CNE), hasta la fecha del presente año se han acumulado más de 7.200 casos, lo que constituye el triple respecto al mismo periodo en los cinco años anteriores. El centro también señala que, entre 2000 y 2006, se había registrado una media de una muerte al año. En el periodo que comprende 2007 y 2010 la cifra aumentó a 3,7. Entre 2007 y 2010, el número ascendió a 5,5, mientras que de 2011 a 2014, el número pasó a 5,5. Con la muerte conocida ayer, ya han sido cinco los fallecimientos confirmados. Cuatro de las muertes se han producido desde este mes de septiembre. Y en lo que va de año, ya son cinco los decesos.

Todos ellos son bebés en edad lactante, un grupo de mayor morbilidad y mortalidad. Antes del fallecimiento anunciado ayer, un bebé prematuro perdió la vida el pasado mes de febrero en Madrid; en septiembre, un retoño de casi dos meses en Sevilla; y el pasado octubre, uno de dos meses y medio en Cuenca y otro de apenas 15 días en Málaga también sucumbieron ante esta enfermedad infecciosa del aparato respiratorio.

Precisamente ayer, los padres de Lara, la niña que perdió su vida en Málaga, presentaron una denuncia contra la Junta de Andalucía ante la Fiscalía Territorial. Estos padres, representados por el sindicato Manos Limpias, consideran que se trata de una «muerte completamente inútil y perfectamente evitable». En su escrito, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, piden que se «investigue a los responsables de Salud Pública de la Junta de Andalucía por un presunto delito de prevaricación» y «contra la salud pública», al «generar una situación de peligro por tos ferina frente a un grupo indeterminado de bebés», en «concurso con un delito de homicidio en el caso concreto de su hija». Y es que aseguran que, en Andalucía, «los responsables de Salud Pública se han negado sistemáticamente a la implantación de la vacuna contra la tos ferina en las embarazadas, pese a conocer que ello ayudaría al bebé a tener las defensas precisas». De ahí que consideren que la Junta «concurre en una prevaricación culposa», es decir, «una negligencia o ignorancia inexcusable» por parte de esta Administración. Del mismo modo, los padres de Lara han iniciado una campaña en Change.org bajo el epígrafe «No más bebés muertos». Además, han remitido una carta a Mariano Rajoy y al Ministerio de Sanidad. ¿Su petición? «No basta con recomendar: hay que exigir». Así, piden apoyos para que Sanidad «exija la implantación de la vacuna de la tos ferina en todos los territorios».

Y es que este aumento de los casos ha provocado la reacción de la Administración que, a nivel estatal, se concretó el pasado mes de junio con la recomendación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a las comunidades autónomas para que iniciaran la vacunación de la tos ferina en embarazadas. En el momento en el que se produjo esa propuesta, sólo Cataluña había escuchado lo que las sociedades científicas involucradas en la vacunación y en la atención a gestantes habían dicho en 2013. Entonces, instituciones como la Asociación Española de Pediatría o la Asociación Española de Vacunología, ya habían advertido de la necesidad de que este colectivo recibiera la vacuna.

Tras el anuncio del Gobierno este verano reaccionaron sólo siete comunidades autónomas: Cataluña, Asturias, Canarias, Comunidad Valenciana, Extremadura, Navarra y País Vasco. El resto ha ido respondiendo gradualmente, sobre todo, por los casos que se han conocido en los últimos meses. Así sucedió en Andalucía, con los dos casos ya citados. Luego se sumaron Baleares y Cantabria. Los demás comenzaron la campaña de vacunación esta misma semana, como es el caso de Aragón y La Rioja (martes) y Madrid (jueves). Castilla-La Mancha lo hará el próximo 9 de diciembre y Galicia, el día 21, mientras que Murcia lo deja para febrero de 2016. A estas alturas, la única comunidad autónoma que no ha puesto en marcha ningún plan es Castilla y León, donde hay en funcionamiento un grupo de trabajo que tomará alguna decisión a lo largo de este mes.

En Madrid, el doctor Guillermo Martín Carballo, pediatra del Centro de Salud Fuentelarreina, donde ayer se inició la vacunación de las embarazadas, reconoce que se ha generado bastantes confusión. «Empezó a haber madres que venían derivadas del ginecólogo solicitando la vacuna porque se la recomendaban y en ese momento no estaba incluida dentro de las prestaciones y no se podía poner. Siempre que fallece un niño se crea una alarma social importante y si las madres pueden hacer algo para que a su hijo no le pase eso siempre da tranquilidad». Cabe recordar que la primera dosis de la vacuna que reciben los lactantes se produce a los dos meses y la inmunidad efectiva no comienza hasta transcurridas unas semanas.

El médico también explica que los casos de tos ferina se han elevado porque «la inmunidad que da la vacuna no es permanente». «Es importante disponer de la vacuna y ponerla y que la gente se conciencie de completar el calendario de vacunas que está en vigor. De esa manera cuanta más gente esté vacunada, pues menos gente será susceptible de padecer la enfermedad y por lo tanto se evita que la enfermedad se pueda ir extendiendo», explicó.