Castilla y León

Navarra, País Vasco y Madrid en cabeza, Murcia y Extremadura a la cola

La Razón
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Si hay algo que PISA pone al descubierto son las desigualdad que existe en los resultados educativos de los alumnos dependiendo de la comunidad autónoma en la que nos encontremos.

Si hay algo que PISA pone al descubierto son las desigualdad que existe en los resultados educativos de los alumnos dependiendo de la comunidad autónoma en la que nos encontremos.

Navarra, Madrid, Castilla y León, País Vasco y La Rioja son los mejor posicionados en el ranking de rendimiento de los alumnos, mientras que Murcia y Extremadura son las que quedan peor paradas. Algunas comunidades autónomas están incluso a una altura similar a países con muy buena puntuación, como Alemania.

Así podemos afirmar que un alumno de tercero de la ESO de Navarra sabe tanto como uno de cuarto de Extre-madura. Podemos llegar a encontrar 55 puntos de diferencia entre alumnos del mismo curso. ¿Cuál es la causa de esta situación? El informe revela que más del 85% de las diferencias en el rendimiento en matemáticas hay que atribuirlo a diferencias socioeconómicas, una cuestión que influye menos en otros países, como Canadá, Italia y Australia. «El índice socioeconómico es la principal causa de las diferencias, pero hay otros factores históricos que influyen como es el hecho de que el analfabetismo apenas ha existido en algunas comunidades autónomas», explica Ismael Sanz, director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa. «Hay comunidades, como es el caso de Madrid, que han implantado pruebas estandarizadas para medir el nivel de conocimiento de sus alumnos, y eso ha resultado muy útil, y en otras, como Castilla y León, la sociedad percibe la educación como un factor muy importante, por eso sus resultados son tan buenos aunque no tienen un PIB per cápita muy elevado», añade Sanz. Las desigualdades no ayudan pero la realidad, para Sebastián Barajas, experto en sistemas de aprendizaje, es que «el modelo educativo español está obsoleto y no ha ayudado el hecho de que no haya habido ningún cambio profundo en el sistema actual». En su opinión, «a pesar de que hemos tenido en España seis leyes educativas, han sido más bien cosméticas y desde el punto de vista del aprendizaje, ningún partido se ha ocupado de la raíz del problema. Hay que cambiar el método pasivo de escuchar al profesor y memorizar por otro más activo y participativo para conseguir mejores resultados».