Educación

«Mis alumnos me insultan»

Nueve de cada diez docentes convive con situaciones de violencia en su centro. El 75% cree que tiene muy poca o ninguna autoridad. El Gobierno actualiza el Observatorio Estatal para la Convivencia

Peleas e insultos son las situaciones de violencia más habituales que denuncian los profesores en el ámbito escolar
Peleas e insultos son las situaciones de violencia más habituales que denuncian los profesores en el ámbito escolarlarazon

Nueve de cada diez docentes convive con situaciones de violencia en su centro. El 75% cree que tiene muy poca o ninguna autoridad. El Gobierno actualiza el Observatorio Estatal para la Convivencia.

Juanjo llega dispuesto a dar clase y se encuentra a Berta sentada encima de la mesa, con los pies en la silla y de espaldas al profesor. «¿Te quieres sentar bien?», exige Juanjo. Ni caso... Juanjo insiste. «¿Me quieres dejar en paz? ¿A qué has venido? ¿A dar clase? Pues hazlo y olvídame», replica, displicente, la alumna manteniendo la postura. Situaciones como esta a la que se enfrentan los profesores «son más habituales de lo que parece en los institutos españoles. No es tanto que nos agredan como que recibamos insultos, provocaciones de los alumnos y faltas de respeto... Los estudiantes te ponen a prueba todos los días», explica Juanjo, profesor de FP Básica en un instituto toledano. «A mi clase vienen alumnos sin libro, cuadernos ni bolígrafo. Y cuando les pregunto “¿por qué no sacas el material?” la respuesta es: “Mira, a mí déjame en paz. No estoy aquí porque quiera venir a verte la cara, sino porque mi padre me obliga, así que vengo, me siento y punto. ¿Comprendes?”».

Juanjo comenzó a trabajar como profesor interino con este grupo y, a medida que fueron pasando los días, empezó a comprender por qué habían sufrido una baja psicológica las tres compañeras que anteriormente habían ocupado su puesto. «Un día reñí a un alumno que no estaba haciendo absolutamente nada. Le dije: “Oye Alberto, aquí se viene a trabajar, no a pasar la mañana. Inmediatamente el chico se levantó de la silla y se marchó de la clase dando un portazo no sin antes decirme: “eres un gilipollas”». Casos como este «no es que ocurran con el cien por cien de los alumnos pero, aunque sean sólo unos pocos los que provocan estas situaciones, te generan mucha tensión, interrupciones en la clase y pérdidas de tiempo. No sólo hay un perjuicio psicológico para el profesor, sino que también tiene un perjuicio académico para el resto de los estudiantes. Y no son actitudes que se aprenden durante un solo verano, sino que vienen de atrás», añade.

La situación de este docente no es más que un ejemplo de lo que vive la mayoría ya que, según un estudio realizado por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) sobre un total de 2.000 cuestionarios en todas las comunidades autónomas, el 90 por ciento de los docentes convive con situaciones de violencia en su centro escolar. «Peleas, insultos, vejaciones entre compañeros y compañeras, amenazas al profesorado por parte del alumnado y familias son las situaciones más habituales», expone el sindicato. Las situaciones de violencia más habituales que describen los profesionales de la educación son amenazas por parte del alumnado y familias, la falta de respeto y reconocimiento de la autoridad docente, violencia psicológica y situaciones de indefensión. Así, según el sindicato, más de la cuarta parte de los encuestados considera que la vida en el centro donde imparten clase no es agradable y que la disciplina es insuficiente. Y no sólo eso, el 75 por ciento cree que el docente tiene muy poca autoridad o ninguna pese a que las comunidades autónomas ya disponen de leyes de autoridad que los profesores entienden que para lo único que han servido, hasta la fecha, es para reconocerles el principio de veracidad en el caso de una disputa.

La violencia no procede solo del alumnado, en muchas ocasiones son los padres los protagonistas. Marcelo es director de un centro público de Valladolid y un día recibió la llamada de otra directora de un centro de Murcia –a la que no conocía– para advertirle de una alumna de nueve años que se incorporaba a su colegio a mitad de curso: «Cuidado con la madre. Es muy conflictiva». Pasados unos meses, Marcelo pudo comprobarlo... «Llamamos a la madre porque había habido disputas en el patio y la niña había tenido faltas de asistencia sin justificar. La madre explicó que a su hija le pegaban. Vimos que se trataba de disputas normales de patio... Un día la madre acudió exigiendo ver a la profesora en hora de clase. “No puede atenderla”, le repliqué. La mujer empezó a gritarme. Yo la pedí que abandonara el centro y que cuando se tranquilizase regresara para hablar. Eso no hizo más que enervarla más hasta el punto de que acabó propinándome un bofetón y un par de empujones. Llamé a la Policía. Lo que más me dolió es que todo esto lo hiciera delante de su hija».

El sindicato Csif ayer anunció la puesta en marcha del servicio «Ayuda Profes», un gabinete psicológico especializado en asesorar, prevenir y tratar situaciones de violencia. Ayer, el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto que mejora el funcionamiento del Observatorio Estatal para la Convivencia Escolar de 2007, que no se ha convocado desde hace siete años.