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Samira ya no es una «marginada»

La rechazaban por un tumor que invadía su rostro, pero el doctor Cavadas le ha regalado una «nueva vida»

Pedro Cavadas y Samira se funden en un abrazo
Pedro Cavadas y Samira se funden en un abrazolarazon

La rechazaban por un tumor que invadía su rostro, pero el doctor Cavadas le ha regalado una «nueva vida»

A Samira no se le acercaba nadie. Sus vecinos huían de ella y su marido la abandonó. Vivía marginada en su barrio de Casablanca. Todo por culpa de una enfermedad genética, la neurofibromatosis, por la que un tumor benigno fue inundando, poco a poco, la mitad de su rostro. Ahora, con casi 40 años, por fin puede mirarse al espejo y volver a sonreír. «El doctor Cavadas me ha dado una nueva vida», afirmó ayer tras superar tres intervenciones en un año para conseguir extirpar todo el tejido sobrante. Y es que no era ella la única que sufría por su malformación, sus hijos, de 9 y 12 años, también han tenido que aguantar numerosos comentarios en la escuela. Por eso, «ahora están contentísimos».

A Pedro Cavadas, responsable de Cirugía Reconstructiva del Hospital de Manises, en Valencia, la petición le llegó de forma totalmente altruista. La Fundación Adra contactó con la entidad del cirujano y el centro sanitario para que asumieran el caso. Meses antes, una farmacéutica marroquí que colabora con Adra se había encontrado con Samira en un parque cercano a su casa y se interesó por su situación. «Tenía muchas ganas de encontrarme con alguien que se acercara a mí y me hablara. Le conté mi historia y me pedió una foto», recordó ayer Samira durante la rueda de prensa. Nunca se había hecho una fotografía y tuvieron que ir a una tienda para que se la hicieran. El dueño tampoco le quiso cobrar cuando le contaron el fin de esa imagen. Y así arrancó la búsqueda de un médico que, de forma completamente altruista, prestara sus habilidades para que Samira pudiese recobrar la sonrisa. Cavadas sabía que «técnicamente le podía regalar una nueva vida» y, aunque cada día le llegan multitud de peticiones, decidió ayudarla porque «la persona que nos lo planteó quería con honestidad ayudarla».

Desde el primer momento, Cavadas tenía claro que lo que quería era «restablecer un aspecto socialmente aceptable» y conseguir una simetría facial cuando le extirpara los tumores. La enfermedad que padece la paciente no tiene cura y, como apunta Cavadas, «no termina nunca, pero con la cirugía correcta se puede paliar gran parte de las secuelas, que es lo que hemos hecho». Es por este motivo por el que el cirujano planea mantener un seguimiento de la paciente. «Si requiere una cirugía menor que podamos hacer allí, nosotros iremos y si es más complicado la traeremos aquí».

Para conseguir extirparle el gran tumor que cubría todo su ojo derecho y que le sobrepasaba el pómulo y la barbilla, el equipo médico del Hospital de Manises ha necesitado cerca de un año porque la han tenido que intervenir en tres ocasiones. En junio de 2015 fue la primera. En esta ioperación le retiraron gran parte del neurofibroma del lado derecho. Cuatro meses después, terminaron de quitar lo que le quedaba encima del ojo y le bloqueaba la visión. La última se realizó el pasado mes de abril, cuando le colocaron una prótesis ocular para mejorar su aspecto.

Antes de contactar con Pedro Cavadas, el cirujano que realizó el primer trasplante de cara en España, la Fundación Adra intentó que la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana le diera una tarjeta sanitaria por la gravedad de su situación, «pero no nos la dieron», lamenta el presidente de la entidad, Manuel Pastor. Por suerte, en esta ocasión la historia de Samira termina bien y en dos o tres semanas regresará a Casablanca para reunirse con sus dos hijos. Para ello, Adra también ha reunido una cantidad de dinero suficiente, gracias a donativos individuales, para que pueda contar con una vivienda digna allí y pueda arrancar un negocio. Seguramente de confección, un oficio que le gusta.

«Hemos hecho algo bueno, por eso merece la pena. Cuando la gente honesta hace cosas por motivos honestos, el resultado es bueno. Entre todos hemos conseguido algo intrínsecamente bueno. Merecerá la pena hacerlo otra vez», afirmó Cavadas.