La Razón solidaria

Perros de diseño, una moda frívola

Las protectoras de animales rechazan la tendencia creciente de cruzar perros de razas diferentes para obtener animales más estéticos: su único fin es presumir y aparentar

Pomsky, perro de cruce entre husky y pomerania
Pomsky, perro de cruce entre husky y pomeranialarazon

Los conocidos como «perros de diseño» son tendencia. Reúnen las características físicas de dos o más razas convirtiendo a los ejemplares resultantes de la mezcla en perros más «atractivos» para sus futuros dueños. En la antigüedad, la manipulación del ser humano sobre las razas de perros se limitaba al cruce para conseguir buenos ejemplares para el pastoreo o la caza. Sin embargo, la ciencia ha permitido llevar a cabo procesos de experimentación con el fin de obtener canes de otros colores, formas y actitudes, todo ello con la excusa de que sean mascotas más «bonitas».

En Estados Unidos y Reino Unido estas técnicas genéticas llevan años en funcionamiento y en los últimos tiempos han llegado también a España. Algunas de las razas más demandadas actualmente son: labradoodle, cruce entre labrador retriever y caniche; pomsky, cruce entre husky siberiano y pomerania; puggle, cruce entre pug y beagle, y cockapoo, cruce entre cocker spaniel y caniche. En España estos ejemplares suelen venderse en portales de compraventa entre los propietarios de las camadas mestizas. Los criaderos españoles, a diferencia de los americanos, no están trabajando mucho estos cruces para obtener perros de diseño. El precio de ejemplares de estos canes en criaderos de Estados Unidos varía en función de las características de cada ejemplar; por ejemplo, el pomsky suele ser más caro cuanto menor es su tamaño ya que es su característica más demandada, aspecto de husky en tamaño «mini».

El creador del labradoodle, Wally Conron, hizo unas declaraciones el año pasado afirmando que estaba arrepentido de haber creado esta raza. El origen de este perro de diseño se remonta a hace más de 20 años. En palabras de su creador, con este cruce pretendía atender la petición de un matrimonio de Hawai: ella tenía problemas de visión y él era alérgico y querían un perro «que pudiese satisfacer sus necesidades». Sin embargo, al ser un cruce que adquirió mucha popularidad entre los famosos, fueron muchos los criaderos que empezaron a realizar esta mezcla por dinero sin tener cuidado con los antecedentes genéticos de los perros a cruzar. Las consecuencias de estos cruces fueron perros con convulsiones, problemas en los ojos, caderas, codos e incluso algunos ejemplares han padecido epilepsia.

Beatriz Menchén López, presidenta de la asociación La Voz Animal, afirma que «un perro mestizo de verdad es único, la madre naturaleza de manera natural y aleatoria lo ha creado». En su opinión esta nueva moda de los perros de diseño es «un capricho para aparentar» ya que en la sociedad en la que vivimos «si consumes marcas y consumes moda eres más guay y los perros no se salvan de esto». La presidenta de La Voz Animal anima desde su asociación a aquellas personas interesadas en tener un perro de diseño y único que se acerquen a las protectoras: «la gente que quiera un perro de diseño de verdad que adopte un mestizo, no hay dos iguales. Quien quiere un capricho compra raza o perros de diseño; quien quiere un animal de compañía lo adopta». Reflexionando acerca de la creciente fijación por el tamaño mini de los perros, Beatriz Menchén quiere concienciar a la gente de que «al final la obsesión por el tamaño pequeño de los perros la pagan los animalessiempre», y pone de ejemplo a los chiguagua toys. «Juntan a los más pequeños y débiles de las camadas. Crían perros enfermos y delicados, debido a su tara genética». Desde la asociación piden más respeto para los animales, que no se les trate como un objeto y añaden que «todo lo que sea criar animales habiendo tantos por adoptar nos parece fatal». «Nadie ve el daño que se hace cuando se provocan estas cosas. Debemos ser conscientes cuando rayamos lo absurdo, que es el reflejo de la sociedad en la que estamos viviendo», concluye la presidenta de La Voz Animal.