México

Pilar Garrido quería volver a España porque sufría maltrato

Su círculo revela que la española asesinada en México recibía un trato agresivo y vejatorio por parte de su marido. «Discutían hasta por la comida», dicen. El juez ha decretado dos años de prisión preventiva

Pilar Garrido con su marido, ahora detenido y el hijo de ambos, de un año
Pilar Garrido con su marido, ahora detenido y el hijo de ambos, de un añolarazon

Su círculo revela que la española asesinada en México recibía un trato agresivo y vejatorio por parte de su marido. «Discutían hasta por la comida», dicen. El juez ha decretado dos años de prisión preventiva.

La versión de los hechos aportada por Jorge Fernández el 3 de julio, un día después del presunto secuestro de su esposa, ha ido desmoronándose poco a poco para dar paso a otro relato mucho más escabroso. Lo aportó ayer la Fiscalía después de varias semanas en las que las exclusivas periodísticas intentaban arrojar, sin mucho éxito, algo de luz sobre el caso. Una de ellas, publicada en este diario, apuntaba a que la pareja no pasaba por un buen momento cuando se produjo la desaparición. Incluso sosteníamos que Pilar estaba planteándose volver a España con su bebé.

Esta información ha sido confirmada en las últimas horas por la Fiscalía de Tamaulipas y también por testimonios de allegados a la víctima recogidos por este diario. LA RAZÓN contactó con la amiga que unió a esta pareja –los presentó a ambos– y que les conoce desde 2005. «Aparentemente estaban bien. En los últimos años Pilar no contaba mucho», relata. Sin embargo, desde 2013 cuando la pareja llegó a México, «discutían mucho, incluso por la comida», motivo por el que Pilar quería regresar a su país natal. Además, el marido se burlaba de ella «porque no le gustaba que no hiciera ejercicio».

Así, esta amiga asegura que Pilar sufría agresión verbal por parte de su marido, aunque en ningún momento la maltrató físicamente. La relación entre ambos se empeoró en el momento en el que se fueron a vivir a México. «Los dos han sido de carácter fuerte, pero desde siempre han pensado distinto en muchos aspectos y, de alguna manera, él no la tomaba enserio y la menospreciaba», asegura. Por supuesto, Jorge «no se comportaba así delante de la familia» de Pilar.

Otro testimonio de una amiga de Pilar, en este caso recogido por Efe, es el de Carmen –nombre ficticio–. Según su versión, Jorge trataba a Pilar «de una forma ruda, grosera, incluso agresiva. Nunca lo exteriorizó pero las amigas comunes también lo decían porque era evidente».

Con todo, el giro de los acontecimientos de este caso está relacionado directamente con la búsqueda por tierra de Pilar. Para esta labor se destinaron, según declaró a este periódico Luis Alberto Rodríguez, portavoz de la fiscalía de Tamaulipas, «grandes operativos de búsqueda, con grupos de entre 80 y 100 personas, apoyados por unidades caninas y un helicóptero. Del mismo modo, tuvieron que recorrer edificios abandonados y diferentes lugares pertenecientes a cinco municipios y dos localidades, donde podrían haberse desplazado de acuerdo con las declaraciones aportadas por el marido».

Sin embargo, este método no reportó ningún hallazgo en más de 20 días de búsqueda. Fue entonces cuando los investigadores decidieron dejar de escuchar las indicaciones de Fernández para rastrear la carretera en sentido contrario. Gracias a esta decisión se pudieron localizar, en un paraje abandonado en el kilómetro 55 de la vía recorrida por la pareja ese fin de semana, los restos de Pilar.

Los detalles de su muerte han sido descritos por el fiscal Barrios: «Aconteció tras un golpe en la nariz que hizo perder el equilibrio a Garrido y caer en una superficie dura donde se golpeó el cráneo. Una vez en el suelo, fue estrangulada y arrojada a escasos 20 metros de la carretera». Una técnica que, según detalló, «no corresponde al modo de operar de los grupos delincuenciales, y de los cuales, vale decir, no se tiene registro de este tipo de acciones en esta región».

Estas palabras ponían fin a la versión denunciada por el marido, en la que alegaba que dos secuestradores les interrumpieron el paso y se llevaron a Pilar. ¿Por qué la iban a secuestrar para asesinarla sin pedir una recompensa por su vida?

Esto mismo se han preguntado los investigadores durante semanas hasta que han conseguido reunir «un cúmulo de medios probatorios». Según la declaración del fiscal, se trataría «principalmente de varias declaraciones que el marido realizó en calidad de víctima y que cayeron en contradicciones». Estas evidencias fueron suficientes para que un juez autorizara el martes su detención, y para que otro determinara ayer, tras 15 horas de audiencia, dos años de prisión preventiva para el presunto homicida.

La Fiscalía tiene por delante la ardua tarea de tratar de reunir en tres meses todas las pruebas posibles para presentarlas en un juicio con fecha aún por determinar. Jorge Fernández, criminólogo de nacionalidad mexicana, se podría enfrentar a penas de entre 15 y 40 años por el homicidio de Pilar Garrido.

La familia de la española todavía no se lo cree y, según declaró a Efe Pilar, hermana de Raquel, está «sorprendida por la detención, hasta ayer mismo mi madre estaba viviendo en su casa. No quiero opinar sin saber. Quiero ver y tener todas las pruebas. Cuando las tenga, entonces diré algo».

Madre e hija llegaron a México hace un par de semanas, cuando se confirmó finalmente que los restos óseos pertenecían a Pilar. Desde entonces han mantenido su intención de repatriar los restos y realizar además una segunda prueba de ADN en España. Este proceso sigue en marcha y la Fiscalía anunció el pasado martes que «pueden hacerlo cuando quieran».

En este sentido, el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Moragues, espera que «en breve» lleguen los restos de la valenciana. «Se está gestionando», aseveró. El delegado explicó además que la noche del martes estuvo hablando con Raquel Garrido. Una conversación que se centró exclusivamente en el asunto de la repatriación de los restos.

No obstante, el caso todavía no está resuelto. Fernández fue el único testigo de los hechos, al margen del bebé de ambos, por lo que, mientras se siga manteniendo en su inocencia, la labor de los investigadores continúa.