Podemos niega un intérprete a un consejero con discapacidad auditiva

Han sido cuatro meses de «tortura psicológica en la que me he encontrado desde que este consejo se creó y su secretario general trató mi situación de la forma más negligente que pudo, alargando esta tortura sin querer dialogar». La frase es sólo un breve extracto de la carta de renuncia que Manuel Colinas, consejero nº30 de Podemos de la Comunidad de Madrid, difundio el pasado miércoles 6 de mayo para explicar por qué «he decidido renunciar al puesto». Se ha atrevido a hacer pública su decisión «porque es una situación que querrán esconder, puesto que ha sido negligentemente», insiste a LA RAZÓN a través de correo electrónico.

Manuel es una persona sorda desde su nacimiento y, como él mismo explica en un detallado informe sobre su devenir dentro de la formación madrileña del partido de Pablo Iglesias, «sólo tenían que respetar el artículo 3 del ‘‘documento organizativo’’». De acuerdo con este apartado ningún miembro del organismo debería sufrir ningún tipo de discriminación y, sin embargo, Manuel considera que ha estado trabajando en un «ambiente agresivo y hostil». Todo porque desde la organización se le ha privado de un asistente personal/intérprete en su labor diaria. Así lo denuncia también la asociación Solcom (Para la Solidaridad Comunitaria de las Personas con Diversidad Funcional y la Inclusión Social), que ha estado ayudando al joven desde que inició la lucha por sus derechos. «Consideramos que se ha producido una situación de discriminación directa. Y que Podemos, al no tomar las medidas pertinentes para solucionar el caso, no solamente ha contravenido sus principios organizativos, sino que ha propiciado una situación de estrés personal que ha llevado a la renuncia de Manuel Colinas como consejero ciudadano», afirman desde esta entidad. «No es un momento fácil, pero debo ser honesto con las personas que me han votado y que he representado y por ellos hago este acto de transparencia. Y es que un acto discriminatorio de tal índole no se puede quedar en el cajón», insiste el ex consejero a este diario. Pone un ejemplo, «aunque las barreras son muchas»: «Todo el contenido de actos, ruedas de prensa, entrevistas o debates no me lo han dispuesto de forma accesible». Y es que él insiste en que estaba en un consejo «para hacer política, no para reunirme una vez al mes y votar algo que se necesite».

La cronología se remonta hasta el 25 de noviembre del año pasado cuando arrancan las candidaturas municipales y autonómicas y finaliza el pasado mes de febrero. Así, desde que se realizó la asamblea «Sí se puede» el pasado año, «el partido no ha velado» por implementar las «medidas de accesibilidad e inclusión de los candidatos que quieran participar como cargos electos». Todo ello, para cumplir con la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada por España en 2008. Y es que durante ese periodo de campaña Manuel sólo contó con el apoyo de una asistente voluntaria. Durante los cuatro meses de trabajo, «sólo en dos ocasiones se asumió la contratación de un intérprete en las candidaturas para la conformación de cargos electos del partido».

De acuerdo con sus propias palabras, «seguía luchando porque estaba realizando y materializando lo mismo que Pablo Iglesias tenía en su discurso como tema principal: ‘‘Si no quieres que te hagan la política, hazla tú’’». A lo largo de las 125 páginas que ocupa el dossier pormenorizado que ha redactado Manuel se citan conversaciones, e-mails y mensajes que el afectado se intercambió con diferentes miembros del partido en Madrid. En especial, con Luis Alegre, secretario general de Podemos en la capital. Le plantea presupuestos y soluciones para contar con ese asistente personal que la ley que España aprobó en 2007 exige: «Se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas», pero todas sus acciones, como afirma Manuel, no sirvieron para nada. «Ha sido una situación de sufrimiento donde yo seguía siendo el culpable porque mi diversidad funcional le suponía un coste al partido, era culpable por reivindicar mis derechos». Para convertirse en el consejero número 30, responsable del área de diversidad funcional/discapacidad del organismo, Manuel contó con el apoyo de 7.000 votos y considera que sin el apoyo solicitado «no iba a poder trabajar durante los próximos tres años».

«La continua negativa del secretario general (Luis Alegre) y del departamento de RRHH hacía que estuviera estigmatizado».

El detalle

El documento organizativo recoge la no discriminación

- «Todas las personas que sean miembros de Podemos tienen voz y voto, sin que quepa discriminación alguna por razones de nacionalidad [...], discapacidad, edad, opinión política o cualquier otra índole [...]. Al objeto de garantizar el ejercicio de este derecho, Podemos propiciará el uso de todas las lenguas del Estado, impulsará la accesibilidad de todos sus espacios y documentos, estimulará la formación [...] y promoverá la diversidad. El voto de todos los integrantes de Podemos tiene el mismo valor [...], sin que pueda sufrir ninguna alteración el principio de igualdad política».