Eutanasia

Por un plan de paliativos

La Razón
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Si muerte digna es un eufemismo para eutanasia, atención al final de la vida es el término por el que los mejores profesionales llevan luchando para garantizar la atención sanitaria de una forma integral.

Esto quiere decir una atención paliativa igual para todos los españoles en todo el territorio nacional. Por lo tanto, quienes acusan a la proposición de ley admitida a trámite en el Congreso de ser una «ley Frankenstein» de leyes autonómicas ignoran voluntariamente las responsabilidades del legislativo español en garantizar la igualdad de los ciudadanos y sus derechos elementales.

Atención al final de la vida es atender de forma global las singularidades de cada caso. Proveer de los medios para un Plan Nacional de Cuidados Paliativos que luche contra el dolor a lo largo de la enfermedad y al final de ésta. Significa atender a la opinión del paciente sobre la desproporción de medios que puede producir una obstinación terapeútica. Pero debe significar también una legislación que exija la atención debida e impida el abandono terapéutico. Es, en definitiva, realizar un estudio más adecuado de la indicación médica en cada caso y dar una voz decisiva al paciente, evitando los dos riesgos presentes en la atención al final de la vida. Uno, que se prolongue por la aplicación de medios una situación que el paciente claramente ha rechazado. Otro, que la vida de las personas pase a estar a disposición no sólo de los familiares o médicos, sino incluso de las gerencias hospitalarias, como ha ocurrido en algunos casos en Andalucía. Precisamente por ello una ley de atención al final de la vida es exactamente lo contrario a una ley de eutanasia, que pemitiría por acción u omisión, matar por motivos supuestamente humanitarios. Máscara de la humanidad que oculta la sonrisa de la hiena.

* Profesor de Filosofía del Derecho de la UCM